Capitulo 20

1.8K 164 301
                                    

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

Sarada estuvo callada durante el día escolar, apenas intercambio unas cuantas palabras con Chocho. Ignoró por completo a sus otros compañeros, pues lo único en su mente era la situación de su padre.

La hora de salida llegó y mientras caminaba hacia su auto, miró a Sumire subir en la motocicleta de Kawaki. Mentiría, si decía que no le afectó verlos, pero ese asunto ya no tenía arreglo. Su familia atravesaba momentos difíciles y esa debía ser su única prioridad.

Sin más, condujo hasta su casa y se preparó para la hora en que su padres pasara a recogerla, tal como lo hacían en los viejos tiempos. Esa noche durante la cena, intentaría obtener la mayor información posible y de ese modo, le sería mas sencillo saber que era lo que le venía sucediendo... Quizás al lograr que se sincerara con ella, lograba ayudarlo y su familia volvería a ser como antes.

...

Sasuke arribó en su hogar dispuesto a recoger a su hija para ir a cenar. Taro se había ido con sus padres y se sintió realmente mal por él. El chico necesitaba de su atención y él como su padre estaba fallando enormemente, gracias a su mal humor, a la frustración de saber a Hinata con otro hombre y a los constantes desacuerdos con Sakura.

Estacionó el vehículo frente a su casa y envió un mensaje a Sarada. Ella no tardó en salir corriendo y subió feliz, a él también le causó felicidad verla así.

—¿Estas lista?—le pregunto luego de saludarla.

—Lo estoy papá, será como en los viejos tiempos—el azabache puso en marcha el auto y en minutos llegaron al restaurante. El mesero los condujo a la mesa desde dónde podían ver todo. Sarada eligió el lugar precisamente para observar y al mismo tiempo, pasar un rato agradable.

—¡Buenas noches!—la joven encargada de su mesa llegó con los menús—¿Desean algo de beber mientras deciden lo que pedirán?—ambos Uchiha pidieron un jugo de tomate y minutos mas tarde, ya habían pedido los platillos que eran sus favoritos.

—Tienes salsa de tomate en tu barbilla—el azabache se sorprendió y de inmediato se limpió con la servilleta. Estaba tan hambriento y comió sin percatarse de sus modales—Lo hiciste como lo hacía Taro—Sasuke comenzó a reír contagiando a la chica.

—Esperó que nadie me haya fotografiado, de lo contrario, harán bromas sobre mí—soltó todavía sonriendo por la angelical imagen de su pequeño cuando comía y se manchaba el rostro.

—Quisiera verte siempre así... hace tanto que no te veía sonreír—Sasuke se conmovió y acarició la mejilla de la chica. Él no era una persona divertida, como lo eran sus primos, o incluso Naruto, sin embargo, trataba de ser el mejor con los dos niños, aunque últimamente, ni siquiera con ellos se comportaba alegre.

—Siento mucho no ser el padre que ustedes se merecen, pero nunca dudes que tu hermano y tu, son las personas que mas quiero en este mundo—la menor negó con la cabeza. Ellos no podían haber tenido un mejor padre, él siempre los ponía a ellos por encima de todos.

—No digas eso, tu eres el mejor en todos los sentidos, es por eso que quiero verte feliz y si puedo ayudarte lo haré, sólo dime ¿que te está molestando?

—Son cosas de adultos y pronto se solucionarán, no tienes nada de que preocuparte—la cena continuó entre pláticas divertidas. Sasuke decidió relajarse, al menos por esa noche, después de todo, lo menos que quería era preocupar a su hija.

Su intención funcionó por unos momentos, pero todo se vino abajo con la repentina llegada de dos personas. Apretó los puños y la quijada, mientras sentía que la comida le quemaba por dentro debido a la molestia ¿Que demonios hacia Indra con Hinata? ¿Porque la tomó de la mano? Siguió sus movimientos hasta donde los sentaron, como si fuera un cazador dispuesto a embocar a se presa.

No quiero ser ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora