Capitulo 8

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Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.



—¡Pero que agradable chica!—tanto Sarada como Chocho, miraron en dirección a Karin, la cuál, aun sonreía por el agradable encuentro.

—Estoy totalmente de acuerdo con usted... Hinata es por mucho, una gran persona—añadió Chocho.

Sarada pensaba decir algo, pero mejor no lo hizo, pues era evidente que también su maestra, quedó engatusada por esa tipa. Karin y Chocho, notaron la molestia de la azabache y optaron por cambiar el tema.

Aunque la Uzumaki, no tenía mucho tiempo conociendo a Sarada, ya había descifrado su personalidad, la chica le caía muy bien, incluso le tomó cariño, pero era evidente, que estaba muy consentida y acostumbrada hacer cualquier cosa que se le viniera en gana y ese detalle resultaría contraproducente, especialmente para ella misma, ya que su familia se vería arrastrada por sus actos. Lo que hizo momentos atrás con el regalo que le trajo la tutora de su hermano, fue muy grosero y hasta ella sitió pena ajena.

—Tu hermano es adorable Sarada—remarcó Karin, cuando tomó el regalo dirigido a ella con la dedicatoria de Taro. Debía lograr quitar la hostilidad que se colocó en el rostro de la joven—yo nunca tuve hermanos y debe ser gratificante, recibir muestras de cariño de ellos—Sarada dejó su molestia y enfocó sus orbes en el regalo que sostenía su maestra.

—¡Ábrelo...!—grito Chocho—Muero por saber que te regaló tu hermanito—la Uchiha negó con la cabeza, pero lo abrió y su mirada se quedó clavada en el objeto en sus manos—¡Cielos es hermoso!—Taro le entregó a Hinata unas fotografías donde aparecía Sarada, siendo sostenida por Sakura, para que ella, eligiera una. La ojiperla la llevó con uno de los vecinos, el cual era un anciano artesano que manejaba la madera y los metales. Ella le pidió que hiciera un joyero musical y al abrirlo, se mostraba la fotografía encapsulada con hermosos detalles dorados. El color de la madera oscura combinaba con la habitación de la joven y al voltearlo tenía una placa de metal dorado, donde estaba una inscripción.

Feliz cumpleaños a mi querida hermana Sarada... Que seas muy feliz y nunca olvides que te quiero mucho... son los mejores deseos de tú hermano, Taro.

¡Mamá...!—la azabache sintió que le picaban los ojos. No tenía idea como fue que su hermano logró tener acceso a regalarle algo así, pero sin duda alguna, le había gustado mucho, a tal grado de soltar las lágrimas. La fotografía era hermosa y seguramente fue antes del nacimiento de Taro—Me haces tanta falta...—Karin y Chocho, fueron hacia ella y la abrazaron, mientras veían la detallada pieza en sus manos.

—¡Basta de llanto! Arruinarás tu maquillaje y los invitados están por llegar—sentenció Chocho.

—Chocho tiene razón, mejor date prisa y abre el otro regalo—Karin le entregó el paquete que tenía la dedicatoria de Hinata para que lo abriera, pero la morena lo tomó y lo arrojó dentro de un cajón abierto que tenía la cama.

—Lo haré mas tarde, ahora ya no hay tiempo—con el pie empujó el cajón y este se cerró, dejando el obsequio adentro y seguramente olvidado. Las tres bajaron las escaleras para ir hacia el encuentro de los invitados.

Sasuke y Taro, llegaron seguidos de Mikoto y Fugaku. Sarada saludo a sus abuelos y sorprendiendo a todos, le dio un abrazo a su hermano.

—Gracias por tan bonito regalo... te prometo que siempre lo tendré conmigo—Taro le regreso el abrazo y cuando se separaron, busco con la mirada a la dueña de los ojos color luna, pero no logró encontrarla.

—¿Y donde está Hina? Ella fue quien te trajo mi regalo ¿verdad?—era evidente que su plan había funcionado y su tutora tuvo que venir, a su casa.

No quiero ser ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora