Capitulo 11

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Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

Sasuke había hecho, circo, maroma y teatro, para quitarse de encima a la atrevida mujer que lo ganó en la subasta. Estuvo prácticamente planeando una reunión en un cuarto de hotel, en lugar de una cena en un restaurante público. Lo peor era, que cuando por fin parecían llegar a un acuerdo, ella fingía que ese día no lo tenía libre. Él pudo darse cuenta, que sólo estaba queriendo entretenerlo.

Luego de mucho estar perdiendo el tiempo, se disgustó y le lanzó una tarjeta con el día, la hora, la fecha y la dirección del restaurante público—Tómalo o déjalo, no tengo tiempo para continuar perdiéndolo aquí... y si no estas de acuerdo, se te reembolsará lo que pagaste—estaba por salir, dispuesto a ser él mismo quien cubriera la cantidad, cuando ella lo llamó y le dijo que si estaba de acuerdo en cenar en el lugar que anotó. Con un bufido de inconformidad, salió en busca de Hinata, para saber quién la había ganado.

Observó por todos lados y no logró ubicarla, sólo se encontró con Tenten, quien colgaba del brazo, de Utakata, un joven empresario proveniente de Arabia y también miró a Itachi, con el rostro imperturbable por haber sido comprado por una multimillonaria viuda, la cual era incluso mayor que Mikoto. De no ser por la persona que caminaba hacia él, se hubiera echada reír del pobre Itachi.

—Te metiste en mis planes cómo se mete una plaga en las cosechas—espetó con sorna. Sasuke vislumbró uno de los hematomas que le ocasionó el día que se quiso llevar a Hinata y no pudo evitar sonreír con la típica arrogancia que siempre lo caracterizó.

—Fuiste tu, quien intentó llevarse lo que no te pertenece y ya conoces las reglas—aún en el bajo mundo, había reglas que se debían cumplir y una de ellas era, no meterse con las mujeres o bien, con los hombres ajenos. Eso era como interferir en el ámbito familiar, lo que podía ocasionar una guerra entré mafias.

—Mientras no sea tu esposa, no se rige ninguna regla—era cierto, a eso se debía la urgencia del azabache por casarse con ella, así ese degenerado no podría acceder a Hinata sin ocasionar un desastre.

—Si, tienes toda la razón, pero ese detalle, cambiará mañana mismo—el Raikage se sorprendió al comprobar que lo que le habían informado sus hombres, era cierto. Cuando le informaron que el maldito cuervo se casaría con la ojiluna, no lo creyó, pero ahora, él mismo se lo confirmaba—Así que no se te ocurra acercarte a ella o me dará mucho gusto, regresar a romperte la cara—Sasuke se volvió a mofar del enfurecido hombre. No tuvo la necesidad de preguntar si Hinata había sido obtenida por él, ya que de haberlo conseguido, se lo hubiera echado en la cara. Seguramente, Madara había hecho lo que le pidió.

—En ese caso, te enviaré un regalo digno de ti... y créeme será inolvidable—el azabache no se inmutó, sin embargo, algo en el tono de ese imbecil, no le gustó para nada—Y antes que lo olvidé... es bueno que cuides a tu futura "esposa" ya que lleva horas encerrada con Indra Otsutsuki—el mayor sonrió cuando Sasuke cambio el semblante—¿Sabes? Me sorprende que aún siendo el sucesor de Madara y evidentemente conocer las reglas, pagará tanto para obtenerla... Ándate con cuidado Uchiha, ya que si el jefe la quiere, te la puede quitar—el Raikage se alejo sonriendo y con un propósito en mente. Le enviaría a ese engreído un regalo digno de él, uno que pondría su vida patas arriba.

Sasuke apretó los puños ¿Porque demonios Indra interfirió en la subasta de Hinata? Los Otsutsukis eran quienes se hicieron cargo del negocio, cuando Madara se retiró, pero a diferencia de Ashura, quien era alegre y amigable, Indra era más hermético. Seguramente por ese motivo, encajaba a la perfección en sus dos vidas, ya que en una lograba hacer temblar al bajo mundo y en la otra, se mantenía como el juez más intachable y justo de los tribunales.

No quiero ser ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora