Prefacio

14.6K 486 26
                                    


—¿Estás completamente seguro que quieres entrar? —Su voz se torno más seria a lo que estaba acostumbrado escuchar, haciéndome reflexionar ante su propuesta.


Pensé rápidamente mis opciones: me encontraba sin trabajo, me habían corrido de la cafetería por llegar tarde en más de tres ocasiones y, peor aún, por ocasionar que señoritas fuesen a reclamarme por haber pasado una noche con ellas y después no volver a contactarlas ¡Háganme el puto favor, yo jamás les prometí más de una noche!

Recién terminaba mi tercer año de la facultad y debido a mi falta de experiencia dudaba que me ofrecieran un trabajo que me ayudara a sustentar el pago de la carrera y al mismo tiempo mi estancia en el departamento con mis roomies. ¿Mis padres? hacia cinco años que dejaron de apoyarme económica y moralmente; mi hermana, casada, manteniendo a su hijo, al inútil de su marido y, muy a mi pesar, a mi (básicamente ella pagaba la mayor parte que me correspondía del alquiler).


¡La vida me era jodidamente cruel!


—Tú has pasado por la misma situación en la que me encuentro Alan, es más que obvio que necesito entrar. No tengo otra opción, si quiero seguir con la carrera y terminar algo de una maldita vez en mí vida tengo que involucrarme, además quiero ayudar a Dalia —. Repliqué.


No era una opción más, estaba obligado a seguir adelante. Pensé.


—Hermano ¿estás consciente que al entrar te olvidas de involucrarte sentimentalmente con alguien? Tu vida no será la misma y por ende todo tipo de romance adolescente queda atrás. Esto es un trabajo al cual te tienes que entregar completamente —Sus ojos se clavaron en mí—. Insisto, piénsalo detenidamente, aun estas a tiempo de no cegarte y perderte en los excesos. Tal vez puedas conseguir un trabajo un poco más ¨humilde¨ dentro de la facultad y no sé, con algo de administrac...


Que equivocado estaba Alan. Llevaba meses considerando entrar a su circulo y ahora no me iba a retractar.


—¡No! —Lo interrumpí—. Ya pensé todo el tiempo que considere necesario. Es un hecho. No cambiaré mi decisión. Además, me dijiste que al negocio le hacía falta un chico joven y mírame —Insistí— Vamos Alan ¿Qué más te da? Sabes perfectamente que eso del amor esta muerto desde el día que supe los placeres de tener sexo casual sin ataduras de por medio, jamás me ha interesado alguna mujer lo suficiente para creer en esas cursilerías. En resumen, tengo lo que buscas —. Le dije a mi amigo en tono arrogante. Era cierto, odiaba las boberías del romance, eso en mi vocabulario no existía a menos que tuviera la palabra negocio incluida.


Alan dejó escapar un suspiro y con una sonrisa de aprobación extendió su mano en mi dirección.


—¡Bienvenido, a partir de hoy eres un Scort! —Sonreí.


¡Estaba dentro!


Sin saberlo, mi infierno se empezó a construir a partir de esta terrible decisión. Debí haberle hecho caso a mi amigo. Pude haber evitado la desgracia que marcaría mi vida. Pude haber conocido y hacerle frente al amor. Y no ser el maldito cobarde que la destruyó.

Scort © [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora