CAP 2

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Narra Miguel:

-Puta madre...- Es lo primero que dije por dejar caer uno de los jarrones favoritos de mi jefesita, en medio de la sala, bien de madrugada, ahora sí me cargó el payaso.

Sin pensarlo mucho deje mi guitarra en el sofa, para así poder agacharme mejor y comencé a recojer todos los pedazos del jarrón con mucho cuidado de no cortarme, rezando a la virgencita que mis papás todavía esté afuera de la ciudad y que no haya llegado antes de lo habitual, por qué no solo me iban a cagar por el jarrón, si no también de que me escape de la junta y me fui a tocar a no se dónde. Nunca le agrado la idea de que yo fuera un músico, siempre quisieron que siguiera con el negocio familiar, no lo puedo negar, me gusta mucho ayudarlos, pero también quiero tener mi propia vida.

En eso se enciende la luz, es donde mi presión se bajó horrible, sin pensarlo agarré mi guitarra y la puse debajo del sofá, de tal modo de que no se viera, ya listo me pare de golpe y puse mis manos hacia arriba para que vea que no estaba haciendo nada sospechoso.

-Yo no fui.- Mire por todos lados de quién era quién prendió la luz, me alegre y me preocupe al saber de quién era.

-Miguel... Es muy tarde.- Me encontré a mi hermanita, se veía algo adormilada, teniendo a uno de sus peluches en brazos.

-Coco... Se supone que estaría en tu cama.- Dije bajando mis brazos, agacharme nuevamente para sacar la guitarra de su escondite.

-Escuche un ruido, pensé que sería mamá y papá, así que...-

-Espera, ¿Todavía no han llegado?- La vi sorprendió, y al ver qué ella asintió con cansancio, gruñía de coraje por la situación, pero tuve que relajarme para no alterar con mi aroma a Coco.- Ven mi chamaca, te llevo a la cama.

Ella asintió con la cabeza, alzando los brazos para que la cargará, me acerque a ella y le cumplí a su capricho, aunque tuve que tomar todas las fuerzas necesarias para llevarla, dios mío ya cumplió 10 años y este bien pinche pesada, pero no me molesta tanto, después de todo, siento que es mi cachorra en vez que de mis papás.

Llegando a su cuarto la haberte a su cama, claro sin tanta fuerza, escuchando como está chamaca comenzaba a reírse, también me reí pero levemente, por lo que me acerque lentamente a ella y le comencé a acomodarla para taparla con las cobijas, acomodando sus peluches y un poco su cabello, ya lista me senté en la orilla de la cama para verificar si todo estaba bien.

-Muy bien Coco, ya es hora de dormir con los angelitos, ya que seguramente nuestros padres llegué temprano.- Nuevamente asintió con la cabeza, abrazando uno de sus peluches, me iba a parar hasta que sentí como ella me detuvo agarrandome la muñeca.

-Me cantas algo...- Negué suavemente la cabeza, pero aún así no me soltaba.- Por fas, solo una, y así me duermo.

Me reí levemente para nuevamente sentarme en la orilla de la cama, acomode mi guitarra en mis brazos y comencé a afinarlo, viendo de reojo como Coco se acordaba en su cama.

-La de siempre ¿Verdad?- Asintió varias veces para que comenzara.- A petición del público...

Comencé a tocar mi guitarra una melodía algo melancólica, respirando profundamente y comenzando a cantar.

- Recuérdame hoy me tengo que ir mi amor
Recuérdame, no llores por favor
Te llevo en mi corazón y cerca me tendrás
A solas yo te cantaré soñando en regresar

Vi como mi peque comenzaba a cabecera, intentando escuchar toda la canción, escuchando como tarareaba el ritmo de está, se le hizo demasiado lindo.

- Recuérdame, aunque tenga que emigrar
Recuérdame, si mi guitarra oyes llorar
Ella con su triste canto te acompañará
Hasta que en mis brazos estés, recuérdame

Al fin Coco se durmió, me pare de la cama para acercarme a ella y darle un beso en su frente, ya todo listo me dirigi a la salida de su cuarto, viéndola antes de cerrar la puerta...

✨˖ ꒰ ੭' - - - - - - - - - - 🌺⁺ಿೖ୭

Ya era de mañana y estoy en un pequeño problema con esta chamaca, no quiere que la peiné, entiendo perfectamente el por qué, pero dios mío es muy necia que me mueve su cabeza para que no le quede las trenzas, y tenía que hacerlo ya que nuestros padres quiere que estemos siempre presentables en cualquier momento, aunque a ningún de los dos los guste estar como pinches pingüinos todo el tiempo.

- ¡Ay! ¡Ay! ¡Miguel me jalas! -Se escuchaba como se quejaba está niña, sobando su cabeza a dónde la jale.

-No te jalaría si "alguien" no se moviera tanto, eh Socorro.- Dije de manera sarcástica, haciendo unas comillas con mis dedos en la palabra alguien.

Se iba a quejarse más, cuando escuchamos como abrían y cerraban la puerta, sabía de quienes se tratara, le dejé el cepillo a Coco para que ella se peiné sola y me dirigí hacia abajo, donde estaba la sala los encontré sentados en el sofa al parecer checando algunos papeles, me alivie de que estuvieran tan ocupados que no se dieron cuenta del jarrón "desaparecido".

-Buenos días jefes- dije alegremente, aunque me estaba controlando para no quejarme sobre ayer.

-Oh Miguel, es es alfa que estamos esperando.-Voleto a verme mi mamá, mostrando una sonrisa muy sospechoso.- Ven siéntate, tenemos que hablar.

Ya valió madre esto. Pensé en ese momento, seguramente ya sabe del jarrón y yo ni en cuenta, me acerque a ellos y me senté en el sofa, viendo como mis papás acomodaban todavía esos papeles y me daban una a mi.

-¿Que es esto?- señale el papel que me dieron, algo confundido, pero ni siquiera me explicaron, solo se rieron entre ellos.

-Leelo y lo sabrás hijo.- Ahora me dijo mi papá, también con esa sonrisa sospechosa.

No tuve de otra que leer su cochino papel, cuando estaba checando cada vez más tenía una extraña mesclado de emociones, confusión, asco, enojo, termine de leer con un dolor de cabeza horrible, acariciando mi puente de la nariz.

-Dígame que es una broma...- Dije frustrado por todo esto, deseando que de verdad fuera eso, una broma.

-No es broma hijo, te casaras con el hijo de los Hamada, ya está todo listo para preparar la boda en...- Le interrupi a mi madre con un gruñido que coraje, donde mi aroma se hizo más fuerte.

-No, ni madres.... DE NINGUNA MANERA ME CASARÉ CON UN DESCONOCIDO.- Me pare del sofá intentando controlar un poco mi enojo, pero era casi inútil.

-Miguel, todo está preparado, no te comportes como un cachorro y responde a tu responsabilidad.- Vi como mi papá se levantó también del sofá, se veía también serio con mi actitud.

-USTEDES ME METIERON EN ESTE PEDO, NO ES MI RESPONSABILIDAD.- Quería gritarle de todo, ya me vale si me quitan mi herencia, pero llegó mi salvadora.

-¿Q-qué sucede?- Todos volteamos a las escaleras, donde estaba Coco medio peinada, viendo con preocupación lo que está pasando.

Mis padres me dejaron de lado por un momento para ir a ver a mi hermana, susurrando que después "discutimos sobre esto" antes que subir con Coco, nuevamente me senté y di un suspiro cansada, agarrando el papel de la discordia, nuevamente leyendo su contenido con más detalle, pensando por un momento que podría haber pensado el omega que me juntaron...

Seguramente tampoco quieres hacerlo... Hiro Hamada.

¡¿CASARNOS?! (Higuel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora