Narración normal:
Un nuevo día comienza, haciendo que para empezar bien se debe despertar temprano como a las 5 de la mañana, algo que Miguel sabe muy bien a pesar de no dormir tanto, al contrario de Hiro que se quedó en cama durante más de 5 minutos hasta que lo obligaron a pararse su madre y tía.
¿Y por qué tanta apuración? Pues era sus primeros días para prepararse para su boda, algo que no le agradaba tanto a los chicos, en especial al omega, ya que lo primero que deben hacer es ir a unas lecciones que deben tener en la iglesia, haciendo que los ánimos del nipón estén a los suelos. Nunca a creído en una religión específica, prefiriendo ser alguien que cree en la teoría del big bam que creer en un señor con barba blanca que dice creo todo lo que vemos.
Y así comienza su día de estos chicos, desde las 6 de la mañana, cuando abren las puertas de la arquitectura católica, comenzaron las lecciones de los "promedios", dónde las primeras quejas no se esperaba de Hiro ignorando por completo las enseñanzas del sacerdote, aveces el nipón se dormía en las explicaciones del padresito y es el deber del alfa en despertarlo sutilmente, lo peor que le pasó al omega es cuando el padre descubrió que no estaba bautizado, por lo que hicieron un bautizo expréss, algo que no le agarro para nada al nipón, pidiendo ayuda al mexicano pero recibió algunas risitas y burlas después del espectáculo que vio.
Tres horas después se fueron a ver los salones donde se realizarían la fiesta, tenian que poner atención a cada lugar para ver si era perfecto, algo que sería aburrido para ellos, por lo que Miguel comenzo hacer varias tonterías, cómo imitar burlonamente a la agente de bienes, girar sin sentido en todo el salón e incluso comenzar a patinar en los pisos mojados, eso hizo enojar a la encargada del lugar y sacar unas risillas al nipón.
Pasado de una hora les dieron a probar varios menús para elegir el que serviría en su fiesta, para Hiro sería algo complicado ya que es alérgico a los manís, por lo que no tardo en reclamar o quejarse a los meseros sobre ese condimento. A pesar de eso todo transcurrió con normalidad, bueno casi, ahí se dio cuenta el nipón sobre algo peculiar del mexicano, casi no comía o comía muy poco, nunca lo noto hasta ahora, incluso recordó cuando se conocieron en el restaurante, también comió muy poco esa vez, por lo que se quedó pensando de las muchas posibilidades de lo que le pasaba al alfa.
Después de la comida de dirigieron a sus lecciones de baile, una de las cosas que le avergonzaba hacer al omega, ya que sentía tener dos pies izquierdos en todo momento, algo que lo recalcó al pisar varias veces al alfa, incluso residiendo los regaños del profesor, algo que no le agrado para nada a Miguel, por lo que el se propuso a enseñar a Hiro y demostrale al maestro que no era necesario prácticas tan complicadas, por lo que tomo la mitad de las clases para enseñarle solo al nipón, tomo algo de tiempo y algunos moretones en los pies, pero logro hacer que el nipón hiciera lo básico, ganando una linda sonrisa de chico y unos billetes (Hizo una apuesta con el profesor).
Ya era las dos de la tarde y los chicos se fueron a una boutique de trajes de ropa, hay los pusieron en habitación diferente para probar los trajes que les prepararon, eso se hizo por la creencia de que si se ve el traje de algunos de ellos sería de mala suerte, algo que no creía el nipón y algo necesario para el mexicano, por lo que se enviaban fotos de los trajes que se enviaban, eligiendo el de uno del otro.
(Hiro le eligió ese conjunto para Miguel)
(Miguel le eligió ese conjunto para Hiro)
Lo último que necesitan haces es aprender sus votos y algunas oraciones para las entrevistas que puede tener en un futuro, por lo que con eso fue el límite que necesitaban ambos para dejar todo esto de lado. Estaban en el parque en uno de los bancos leyendo en voz alta todas las estupideces que le pusieron sus padres, haciendo que ambos se pusieran molesto.
-¡Ya esto harto de todo esto!- Dijo Hiro en un tono molesto lanzando los papeles al suelo, cruzando los brazos y haciendo un puchero, provocando unas risas de parte de Miguel.
-Tranquilo limoncito...- El mexicano alzó los papeles que tiro el nipón y se los devolvió.- Encontraremos una manera de detener esto.-
-¿Limoncito?...- Se puso algo rojo el omega al escuchar ese nuevo apodo que le puso el alfa.
-Es por tu actitud... ¿Acaso no te gusta?.- Dijo un poco nervioso, rascando su nuca por la pena, provocando que se sonroje más el nipón.
-¡N-no bobo! es solo que siempre me pones apodos tontos...- Miro para el otro lado para que no lo viera de esa manera, arrebatando los papeles que tenía en el proceso, pensando en un nuevo tema que hablar.- Tengo una pregunta para ti, pero no sé si querés contarme sobre eso y...
-Escupe Lupe chino, no creo que sea tan malo una pregunta.- Interrumpió el mexicano, mostrando un sonrisa para darle más confianza al nipón.
En eso vio de reojo el omega al alfa, provocando que nuevamente lo mirara a los ojos seriamente y decirle en un tono preocupado su pregunta.- ¿Por qué no comes bien Miguel?
Eso hizo borrar la sonrisa del mencionado, poniéndola sería y algo triste, haciendo que ahora el evite la mirada de Hiro, provocando que esté se moleste un poco pero entendiendo la situación, también el tenía ese tipo de problemas y no quería decirle a nadie, bueno solo una persona, aún que ahora esa persona especial este a miles de kilómetros lejos de el.
¿Ahora que hago Tadashi? Es lo que pensó el nipón mirando sus pies sin saber cómo empezar de nuevo la conversación.
-... Presión- Por fin dijo algo el mexicano, pero susurrandolo por alguna razón, aunque lo entendió muy bien Hiro.- Mi familia siempre quiere verme como un alfa ideal cuando lo descubrieron, por lo que muchas de las veces que hago algo que le disgusta, bueno mis padres me golpea y se quejan de lo inútil que puedo ser, es algo tonto ¿no lo crees?
Cuando por fin voltio a ver a Hiro, mostró una sonrisa de oreja a oreja, pero sus ojos estaban comenzando a lagrimear, eso hizo que el omega sintiera una maldita puñalada en el corazón, recordando por completo que a pesar de todo lo que le dijo, lo hacía reír y se sentía muy seguro con el, por lo que sin pensarlo lo abrazo con mucha fuerza sorprendió a Miguel, comenzando a llorar como si fuera un niño pequeño.
-Maldita sea Mig, eso es horrible, ni siquiera mis padres me hacen eso.- Puso su fente en el hombro de Miguel para oler un poco mejor el aroma del alfa para poder tranquilizarse mejor.
-¿Mig?- Dijo algo confundido el mexicano, correspondiendo al abrazo del nipón algo dudoso, por qué no sabía si era algo bueno o malo.
-Olvida ese apodo y escúchame bien.- lo miro atentamente a los ojos, mirándolo con mucha precaución y secando las lágrimas de ambos, sorprendió aún más al alfa.- A la próxima vez que te sientas como una mierda, me lo tienes que decir, no quiero que me lo ocultes con falsas y tengas esas atractivas sonrisas tuyas, para que te sientas un poco mejor aunque sea.
Eso provocó unas risas de Miguel, poniéndose sonrojado por la actitud que puso Hiro, era un chico muy compresivo y empático que no pudo evitar las ganas de darle un pequeño beso en los labios, haciendo que ahora el omega se sonrojara, pero eso no evito corresponder con gusto a los besos del mexicano, aunque no por mucho tiempo, ya que los sonidos de sus celulares comenzar a sonar con mucha fuerza, en eso se separaron con algo de pena y contestaron para ver que quería sus padres.
El día de ellos a terminar por hoy, por lo que ellos tuvieron que regresar a su respectivo hogar, aunque con una sensación en el estómago muy especial para ambos...
Así comienzan a sentir el amor...
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¡¿CASARNOS?! (Higuel)
FanfictionA pesar de estar en el siglo XXI, los matrimonios por conveniencia no se han detenido, estos se hacen con el único propósito de tener ganancias tanto económicas como en el estatus social, por lo que deben de pagar los hijos de esas familia, tanto lo...