CAP 10

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Narracion normal:

Al terminar todo, los chicos decidieron que al día siguiente se verían para ver como les fue, algo que los ponía muy nerviosos, por una parte por haber fallado rotundamente en desagradar a la familia del contrario, y seguramente darles mas esperanzas que es la persona correcta para su respectivos hijos, mientras que la otra sus nervios venían también de todo lo que descubrieron cada uno de ellos.

Hiro tenia demasiada curiosidad (además de los celos que quiere ocultar) de saber del omega que antes traía locamente enamorado a su "esposo", con Miguel aun sentía confusión y algo de tristeza saber de lo que le paso con el hermano mayor del nipón y le gustaría preguntarle algunas cosas sobre el.

Se acordaron de que se verían en un parque japonés, era algo poco conocido para los familiares de cada uno de ellos que era el lugar perfecto para que no los vieran y poder platicar con mas tranquilidad sobre el plan, además de que no averigüen de lo que estaban haciendo para detener todo la locura.

El primero en llegar fue Hiro, llegando a una zona de arboles de cerezo, se quede esperando al alfa con algunos papeles en la mano, quería decirle sus ideas para la cancelación de la boda si su acompañante tampoco lo a logrado y quería saber su opinión acerca de esto, algo que le hizo tener un leve escalofrió en su espalda por el simple hecho de querer saber sus ideas.

En eso lo ve de lejos, saludando desde lejos con un estuche de guitarra en su espalda y algo de color blanco en sus manos, pensó el omega que posiblemente sea algunos papeles, pero a medida de que se acercaba se notaba que era un extraño peluche blanco, algo que hizo que una rara sensación se producía en el estomago del nipón.

-Hola chino, cuanto tiempo sin verte.- Dijo alegremente pero a la vez nervioso el alfa, llegando al frente del susodicho, jugando un poco con el muñeco.

-Hola Miguel, tarde como siempre al parecer...- Dijo tranquilamente el omega, doblando un poco el papel que llevaba por los nervios y guardándolo en su bolsillo de la sudadera.

-Bueno, si nos vamos a reunir seguido, me tendrás que esperar algo de tiempo jeje.- El mexicano se comenzó a rascar la cabeza por la vergüenza de la situación, en eso ve el muñeco que tenia y se lo extiende para el nipón.- Toma, un pequeño regalo.

- Oh Miguel... ¿Por que el regalo?- El omega algo confundido agarra el regalo y lo comienza a revisar cuidadosamente, sin notar que se presente un leve sonrojo en el.

-¡¿Qué?! ¿Acaso no puedo darte un pequeño obsequio?- A pesar de querer ocultar su emoción, se notaba mas nervioso el alfa que rápidamente el omega supo lo que paso. 

-¿Tampoco lo lograste verdad?- Dijo frustrado el nipón, que acariciaba el puente de su nariz con la mano que no tenia al peluche para relajarse un poco.

-SI... Lo siento mucho Hiro, pero intente...- En eso el mexicano analizo un poco las palabras que utilizo su "esposo", algo que hizo ponerlo nervioso al susodicho. -Espera, espera... ¿Tu tampoco lo lograstes?

-Ammm... y-yo, bueno...

El silencio incomodo comenzó en ese momento, mostrando al omega totalmente sonrojado por el descubrimiento que hizo el alfa, tapándose su rostro con el peluche que le dio para que no lo viera de esa manera, no lo iba a admitir en publico, pero las hormonas que sacaba el mexicano lograron algo que ningún otro alfa consiguió, poner nervioso y sumiso al genio, algo que odiaba (y extrañamente le atraía) por completo.

Mientras que con el mexicano no le molesto por completo, es mas le relajaba saber de que el fracaso que tuvo no sea unilateral, se acerco poco a poco al nipón, y con mucho cuidado le agarro sus manos, comenzando a bajar el peluche para ver el rostro totalmente rojo del omega, provocándole una rara sensación es su pecho que provocaba un impulso de idiotez de agarrarlo y abrazarlo con mucha fuerza, depositando un chingo de besos en toda su cara para que vea que  no le haría daño, pero se contuvo para mejor hacer algo mas casual.

-Chapitas... ¿Qué tal si caminamos un poco?...

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La supuesta pareja estaban caminando por los alrededores del parque, no iban a mentir al respecto, pero al admirar el paisaje y platicar todo lo que les paso para que el plan no funcionaba con algo de nervios, los hizo calmar lo suficiente para que esos silencios incomodos de volvieran mas tranquilos para ambos, sintiendo un sentimiento extraño pero agradable entre ellos dos.

Mientras caminaban, por fin Hiro pudo darle la hoja de los próximos planes que pueden hacer para detener la boda, algo que Miguel le sorprendió demasiado con lo preparado que estaba el omega, por lo que dio una rápida leída para también tener ideas de todo esto y no quedar mal enfrente del nipón. 

-Valla Hiro, no sabia que estas muy preparado para esto.- Dijo sorprendido el alfa, leyendo nuevamente el papel que le dio.

-No es nada interesante, la verdad me gustaría saber de tu opinión de todo esto.- Un leves sonrojo apareció en las mejillas del omega, mientras jugaba un poco con el peluche.

-Awww chapitas... ¿Acaso piensan en mi?- Dijo burlonamente, pero no noto que también se sonrojo un poco.

-C-callate Rivera...- En  eso le da un fuerte golpe con el peluche en la bazo del mexicano con el peluche.

En eso ambos chicos comenzaban a reírse de esta situación en particular, desde que se conocieron no paraban de pensar en uno en el otro, sintiendo que era una de las pocas personas que podían confiar sus preocupaciones, es mas que claro que tenían una conexión muy especial entre ellos dos, pero eso no significaba de que pensaban de que encontraron a su destinado, preferían pensar que eran buenos amigos y nada mas que eso.

Entonces el tema del romance fallido del Rivera nuevamente se apodero de la mente del nipón, sintiéndose nuevamente enfadado por ese tema, por lo que dio un suspiro cansado y se detuvo por completo su paseo, provocando la preocupación del mexicano por ese extraño comportamiento, también deteniéndose enfrente de su "esposo". 

-Miguel... ¿Por que no te quieres casarte?- Dijo algo enojado y triste el nipón, sintiendo que había otra razón, aparte de las exigencias de sus padres.

El alfa se quedo mudo por la pregunta que le dijo, no quería decirle sobre ese capitulo tan doloroso para el, pero al verlo de esa manera se le apretó el corazón tan feo y decidió contar una parte de todo esto.

-Aparte de que mis padres y los negocios que no quiero administrar... Tuve unos pedos con mi primer y ultima pareja... El lo único que te puedo decir, no me siento cómodo habla sobre esto.- Dijo seriamente cruzando de brazos, mirando para el otro lado, maldiciendo mentalmente a su supuesto destinado. Maldito camaleón de mierda.

-... Entiendo, no te presionare con eso.- A pesar de su curiosidad, el nipón acepto tranquilo la condición del mexicano, aunque apretando un poco el peluche en su pecho por la tristeza guardada.

-... Y bien ¿Qué hay de ti? ¿Por que no te quieres casar?- Nuevamente sonrió pero de manera falsa el mexicano, intentando ocultar su despecho de su pareja y continuar con la conversación.

El nipón agacho su cabeza y apretó mas el peluche en su pecho por la tristeza que sentía, el tampoco quería decir su secreto, le dolía también decir ese capitulo, pero tomo valor para decir en un susurro que apenas pudo oír el mexicano.-... Tadashi.

¿Su hermano? Pensó el alfa al escuchar nuevamente el nombre de ese familiar, así que se acerco al omega y agarro con mucho cuidado su mentón, levantando poco a poco su rostro para verlo a los ojos con mucha preocupación.- Chapitas, si tu tampoco quieres hablar del tema, no molestare en eso hasta que estés listo. 

Miguel Rivera, por que tenias que ser tan... tan... Fue lo único que pensó Hiro antes de hacer una estupidez por su instinto, sin previo aviso el omega pego sus labios con los del alfa provocando un torpe beso entre ellos, al principio Miguel se sorprendió por el acto del nipón, pero poco a poco profundizo el beso para hacerlo mas tierno y profundo. 

Ambos chicos sentían que el tiempo se detuvo por ese momento, disfrutando del momento entre ellos como si de verdad fueran una pareja de enamorados, pero ellos sabían que esto estaba mal, que las heridas que tenían todavía no sanaban por completo, por lo que se separaron del beso lentamente y se miraron a los ojos sabiendo perfectamente lo que pensaba el otro...

No hay que hablar de esto...

¡¿CASARNOS?! (Higuel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora