Narra Miguel:
Me estacione en frente de uno de los edificios más grande de la ciudad de San Francisco, en un lugar algo privado para por fin cambiarme, ya listo salí de mi auto y me mire por última vez en el espejo, me veía chingon con mi traje de mariachi, ese color rojo y los detalles dorados me hacían más llamativo, algo que seguramente a los Hamada no les iba a gustar.
Ya estando preparado me dirigí adentro del edificio, donde fui a la recepción de este y preguntar sobre mis "suegritos", la chica que me atendió fue muy amable ya que rápidamente hablo por teléfono para avisar de mi presencia. Al terminar su conversación me dijo que esperara por el elevador que hay me recibirían.
Aquí vamos... Pensé bien emocionado esperando en frente de las puertas del elevador para ver a quien me iba a encontrar a encontrar, pero no me imaginé encontrarme al parecer un mayordomo algo regordete y de un aspecto muy adorable, casi acordándome al mayordomo de que tiene Batman, por lo que me de quede confundido por un momento. ¿Dónde están los Hamadas? ¿Me estarán esperando? ¿Quién es este que huele a malvavisco?
-Hola yo soy Baymax, asistente y medico persona de los Hamadas.- Se presente el malvavisco gigante, recodando apneas lo que andaba platicando con Hiro en la llamada, el muy agradable, y yo como pendejo olvidando estos pequeños detalles.
-Hola Baymax, yo soy...
-Tu debes ser Miguel Rivera, me asignaron para acompañarlo.- Me interrumpió como si nada y se hizo para un lado para que yo pueda entrar, algo que lo capte y entre junto con el después de dos minutos pensando que este tipo es un robot, ósea míralo, nadie en su sano juicio es tan adorable y serio al hablar a la vez.
En ese momento que estábamos subiendo por el elevador, me comenzaba a poner algo nervioso por la situación, pensando en todo los posibles momentos que puedo hare para continuar con el plan, ya que si la visita de toda mi familia no la tome en cuenta, y lo del posible es también algo le sucedió para que no me vieran, estos 100% seguro que esto ya esta valiendo madres. AYUDAME CHINO...
-Tus neurotransmisores se están alterando, al igual que tu ritmo cardiaco, yo te recomiendo que comiences con ejercicio de respiración para relajarte.
¿Qué layos dijo?. Lo primero que pensé cuando lo primero que escuche de su oración, habar así como un robot, pero para no me viera como pendejo le hice caso a su consejo y comencé a calmarme respirando lentamente, hasta que por fin llegamos al ultimo piso.
-Gracias Baymax, valla que necesitaba ayuda.- Dije ya mas relajado, saliendo los dos del elevado y comenzando a seguirlo hacia las únicas puertas de este lugar.- Una pregunta ¿Dónde estamos?
-Bienvenido Rivera a la Residencia Hamada.- Es lo que dijo abriéndome la puerta y dejándome entrar con esa voz neutral que me estaba empezando a acostumbrarme.
-Oh claro jeje...- Dije algo avergonzado, entrando a la habitación, escuchando como el malvavisco entraba de igual manera y cerraba las puertas en el proceso.
En eso pude identificar a tres personas en unos sillones, dos mujeres y un hombre, una de ellas tenia al parecer rasgos de que es asiática, como china o japonesa, mientras que la otra mujer y el señor eran personas idénticas, mismos color de cabello y piel, además de algunos de sus gestos son similares, en eso Baymax se me adelanta sin que me diera cuenta hasta llegar en frente de ellos, seguramente para platicarles sobre mi o algo parecido, mientras que yo me quede parado como menso sin saber que hacer ahora.
De repente se me paran ellos y se dirigen donde yo estaba, comenzando a darme algo de pánico olvidándome de lo que debería hacer ahora, pero ya que estuvieron enfrente mío me quite el sobrero por respeto y les sonreí incómodamente, se notaban que eran personas muy serias, no como yo que lucia como un payaso en estos momentos, aunque no entendía el porque lo sentía, ya que me enorgullece llevar mi traje en este tipo de cosas.
-Valla valla, el famoso Miguel Rivera ya esta aquí, nos alegra que hayas llegado con mucho bien.- Es lo primero que dijo al parecer el señor Hamada de manera amable, extendiéndome la mano para saludar.
-Gracias por su preocupación señor Hamada...- Me limpie disimuladamente el sudor de mi mano para poder corresponder rápidamente al apretón de manos de mi ¿suegro?.
-Es un gusto por fin conocerte Rivera, por favor siéntate con nosotros, vamos a tener una hora de te.- Ahora me extendió la mano la señora Hamada, que tan solo soltar la mano del señor, ella me agarro y también la sacudió levemente con una sonrisa en su rostro.
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Y aquí me tienen, sentado en uno de los sofás estando en frente de ellos, que ni me di cuenta de como llegue a esta situación, me comendaban a platicar y aconsejar de todo lo que debo hacer para que Hiro no este del tingo al tango, algo que ni tampoco hago bien, ya que es mas probable que los dos seamos de desmadrosos en cualquier lugar a que yo sea el niñero de mi supuesto esposo.
Pero con la presión que me están dando solo asentía con la cabeza y comía grandes bocados de galletas que traía Baymax para calmar mis nervios que tenia en ese momento, pensando en las posibles excusas de como salirme de esta he irme de una vez por todas del lugar, admito que los familiares del chino son muy atentos y agradables de conocer, pero me hubiera gustado conocerlos en otras circunstancias.
En eso veo algo que me llamo la atención un retrato familiar, al parecer todos estaban en esa foto, incluso el malvavisco estaba, pero luego de revisar la foto y mirar disimuladamente mi alrededor, no encontraba a una persona alta de cabello negro y que tenia gorra de al parecer de un equipo de deportes o algo parecido, así que decidí cambiar un poco el tema para relajarme un poco esto.
-Disculpe las molestia pero ¿Quién es el chico de la gorra?-Dije señalando la foto familia que estaba colgada.
Todos se digirieron donde estaba la foto y nuevamente me vieron pero con una cara de preocupación y de frustración, al parecer no querían hablar de el en ese momento, eso aumento mi curiosidad y nuevamente iba a preguntar, pero alguien me interrumpió respondiendo a mi pregunta.
-Tadashi...-Dijo Baymax de la nada, siguiendo mirando el cuadro donde estaba.- Es el hermano mayor de Hiro...
-¿Y donde esta el?
-Esta organizando una de nuestras empresas en Japón...- Me respondió rápido el Señor Hamanda, acariciando el puente de su nariz con frustracion.
-Bueno eso creemos nosotros...- Ahora me dijo la señora Hamada, mirando el contenido de su taza con preocupación.- Perdimos todo contacto personal de el después de los primeros meses que se fue al extranjero, pero aun recibimos informes de la empresa.
-¿Hiro sabe de esto?- Todos asintieron la cabeza mientas ponían sus cosas en la mesita de enfrente, para así mirarme fijamente, okey ya la cague.
-Después de eso, Hiro a comenzado a actuar de esa manera tan irresponsable.- La hermana del señor Hamada se me acerca a mi y me pone una mano en mi hombro, poniéndome derecho rápidamente por su acción.- Oh Miguel, se muy bien que tu eres lo que necesita Hiro para que sea un chico feliz nuevamente.
-¿C-como están seguros que y-yo...?- Me puse supe nervioso por el simple hecho de que le den esa simple confianza con el chino greñudo.
-Se han visto cambios en su actitud después de que su reunión, es algo que nos esta alegrando ver de el.- Me dijo tranquilo el señor Hamada, también acercándome a donde estoy y tocándome el otro hombro.
-Eres alguien muy especial Rivera, y es por eso que siempre puedes contar con los Hamadas en cualquier momento.- Finalizo la señora Hamada, agarrando mis manos con delicadesa y hace una leve reverencia.
Mientras que mi exterior les agradecía de tener ese gran honor y todo el pedo de cuidar bien de Hiro, de la cual era extrañamente satisfactorio de que la familia de tu "esposo" te adore, internamente estaba gritando de que era un pendejo por no seguir el plan y hacer que todo se volviera complicado, ahora solo deseo que el chino haga maravillas de que ya no le quiera ni verlo.
Cuento contigo Hiro...
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¡¿CASARNOS?! (Higuel)
FanfictionA pesar de estar en el siglo XXI, los matrimonios por conveniencia no se han detenido, estos se hacen con el único propósito de tener ganancias tanto económicas como en el estatus social, por lo que deben de pagar los hijos de esas familia, tanto lo...