CAP 7

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Narra Miguel:

Esto esta saliendo de control, mis padres están tomando muy enserio esta pendejada, al tal punto de al parecer escuchas algún evento especial, que van a planear decir al publico la "relacion" que tengo con el chino y que se vea oficial después de conocer a mis "suegritos", creo que decirles a todos es algo exagerado, por lo que seguramente era imaginación mía.

En fin, después de que me mandaran a dormir temprano para conocer a los Hamada, Hiro me hablo por celular, era mas que obvio que le daría mi numero al chino amargado, así como le contaría todo el chime que haría mis padres y el de los suyos.

Y al parecer mis padres piensan los mismo que los suyos, por lo que al escuchar que el también el tenia que conocer a sus "suegros", rápidamente nos comenzamos a contar todos lo que sabemos de ellos durante la noche, comenzando a planear todo lo que íbamos a hacer cuando nos encontremos a ellos y dar una pequeñita sorpresa.

A pesar de que el plan que formamos esta fríamente calculado, me gustaba escuchar como Hiro hablaba seriamente de esto, era algo que no comprendía, ya que después de la cena que tuvimos, no me lo puedo sacar de la cabeza, sus ojos, su cabello, su sonrisa, su aro...

Epa epa, me di una cachetada mental por pensar en estas pendejadas que están en mi cholla, seguramente es por el cansancio que pienso en esto, por lo que ver la hora y despedirme de Hiro, colgué el celular y lo puse en su lugar, acomodándome en mi cama y comenzar a dormir

Hasta que escuche ruido en la casa, al no estar al cien porciento mi conocimiento y energía, me levante de mi cama, salí de mi cuarto y baje lo mas rápido posible para ver que estaba pasando en este lugar, pensando que todavía era de noche, deduciendo que nos estaban robando las cosas. Pero en ves de ladrones era toda mi familia, y no me refiero a mis padres y mi hermana, no, me refiero a TODOS, mis tíos, primos, e incluso mi abuela estaban en nuestro hogar.

Mientras que yo me quedaba como un payaso total, alterándome que podría haber rateros, viendo que ya era de mañana y sobre todo estaré en piyama, si consideramos que estar en boxers y con una playera sin mangas era una piyama decente. 

En eso siento como mi mama me lleva de vuelta a mi cuarto, jalándome de la oreja con mucha fuerza, escuchando como mis tíos y primos se reían de mi, además de escuchar que mi abuela le estaba dando un leve sermón a mi padre.

 -¿En enserio mijo? ¿En boxers?... Pobre del chico cuando estén viviendo juntos, por lo menos algo de pudor Miguel- Escuche a mi madre frustrada y decepcionada de mi, dejándome sentado en la orilla de mi cama, comenzando a buscar al parecer un traje en mi armario.

-Ma cálmate un poco ¿No crees que es muy pronto que pienses que viviremos juntos?- Dije confundido sobándome mi oreja y nuca, ya que al entrar recibí un zape de parte de ella.

-¿Qué dices mijo? Es mas que obvio que estarán juntos después de la boda, no creas que lo hacemos para aparentarlo, hablamos en serio.- Al parecer el asunto de la "boda perfecta" para su cachorro me estaba provocando migraña al escuchar su emoción.

Gruñí levemente, mientras acariciaba el puente de mi nariz con la frustración que tenia, pensando lo que va a pasar con el pobre chino y todos mi familia reunida. -¿Por lo menos puedo elegir lo que me voy a llevar para los Hamadas?

Al parecer eso fue un no ya que mi mama me dejo el traje en mis piernas y se dirigió a la salida, sin antes decir otra cosa mas, viéndome de manera seria.-Por favor Miguel... No lo arruines...

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Valla que me veía como si me fuera a un funeral, unos tonos muy tristes para mi gusto, nada de colores diferentes, muy monocromo, incluso la corbata es muy aburrida, gracias al dios que tengo un traje muy especial en mi auto, por que si no ya había valido verga todo el plan, además de que si pongo ese traje en mi armario, se van a emputar demasiado mis padres.

Ya listo me dirigí a la salida de mi cuarto, hasta que cuando abrí la puerta me encontré con mi prima "favorita" por toda la familia, Rosita esperando a que saliera, por lo que mostré la mejor sonrisa forzada que podía hacer.

-Hola Rosita...-

-Hola Miguel, me envió tu madre para ver si ya estabas listo.- Vi como se acomodo sus lentes y me sonrió laridamente, valla que disfrutaba mi sufrimiento. -Y dime primito... ¿Ya tienes el dinero de la apuesta?-

-Ja, todavía no me caso Rosita, tienes que esperar un poco mas.- Dije saliendo de mi habitación, serrando la puerta por detrás, teniendo mi pecho inflado de orgullo de lo que planeaba hacer con mi parte.

Mi prima y yo apostamos en su cumpleaños, decía que pronto me iba a casar, mientras que yo ni me la creía, por lo que apostamos que se case primero antes de que yo hacienda a la compañia, si ella tenia razón tengo que pagarle, pero si yo la tengo ella me paga, así de sencillo, además de que planeo cancelar mi boda, mucho mejor.

-Oh vamos Miguel no niegues lo inevitable...- No le hice caso y comencé a caminar hacia las escaleras con tranquilidad, escuchando su burlona voz a lo lejos- No te puedes escapar de tu omega destinado...

En eso pare en seco, mirando directamente a mi prima de manera seria.-Rosa... Eso de los destinados ya no es para mi, así que no me hables de eso ¿De acuerdo?- Y con eso seguí mi camino hacia abajo, escuchando como mi prima me seguía el paso.

Tengo mis motivos para no creer mas es los destinados, no digo que lo detesto esa leyenda, al contrario, antes me encantaba escuchas esas historias de los destinados, era algo mágico y místico a la vez, pero ahora me siento decepcionado y deprimido de lo que me paso, por lo que evito en cada momento ese tema.

-Miguel...- Mire de reojo a mi prima, llegando al final de las escaleras, de una manera susurrante, ya que estaba mi familia cerca.- ¿Estas seguro que no es para ti?... Estas a punto de casarte con el omega que amas, y lo se por ese brillo especial en tus ojos, así que piénsalo bien.

Así nos acercamos a toda la familia, me dieron consejos y alguno que otro sermón de lo que tenia que hacer en todo momento, ya listo me subí a mi coche y comencé a conducir a la casa de los Hamadas, aunque estaba distraído por el momento, tenia un puto caos en mi cabeza en ese momento.

El plan, los Hamadas, lo que me dijo Rosita y los destinados, todo esto se cayo hasta pensar nuevamente en Hiro, que era raro en este momento, era como si la existencia de ese omega altanero me tranquilizara en ese momento especifico...

¿Sera que Hiro se mi destinado?... No, no lo creo...

¡¿CASARNOS?! (Higuel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora