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(Este capítulo contiene escenas +18 y palabras malsonantes)

Días después

Me despierto en la habitación del motel y al abrir los ojos me encuentro a Dean curándome las heridas suavemente con el rostro serio, tiene el ceño fruncido por la concentración pero le conozco lo suficiente para saber que está enfadado, lo observo curarme con delicadeza y no puedo evitar recordar lo que me dijo antes de que cayera desmayada sobre sus brazos "Te tengo cariño, estoy aquí, te tengo, vas a estar bien" esas palabras se repiten una y otra vez en mi mente y me hacen sentir un hormigueo en el estómago que me hace sonreír pero me muerdo el labio tratando de evitar mostrarlo mientras vuelvo la vista hacia Dean, lo observo y las ganas de acariciarle el rostro hace que sienta un suave cosquilleo en la yema de los dedos que reprimo con todas mis fuerzas, justo entonces veo como él levanta la cabeza y me mira, sus ojos se suavizan un poco al verme despierta pero su mandíbula sigue apretada por lo que suspiro sin apartar mi mirada de la suya mientras me incorporo con suavidad.

- Vamos dilo, sé que te mueres de ganas por decirlo -digo con suavidad y veo como él cierra los ojos tratando de calmarse.

- Casi mueres Miriam, si Sam y yo no llegamos a tiempo hubieras muerto desangrada y yo... -se interrumpe antes de seguir y suspira con suavidad, cuando levanta la vista hacia mi veo la vulnerabilidad invadiendo sus ojos verdes- casi te pierdo...no sé...no sé que hubiera hecho si eso hubiera ocurrido... -él se levanta de la cama dándome la espalda- Nunca piensas en las consecuencias Miriam, nunca -dice girándose para mirarme- te lanzas al peligro sin pensar y si te hubiera pasado algo, si hubieras muerto yo... -deja la frase en el aire y sé lo que estaba a punto de decir, lo cual hace que me enfade y me sienta culpable al mismo tiempo.

- No tienes ningún derecho a enfadarte conmigo ni de reprocharme nada Dean -digo levantándome de la cama y me coloco de pie frente a él -Ninguno, así que déjate de victimismos, eso nunca se te ha dado bien -termino por decir mirándole seria y me encamino hacia la puerta pero antes de que pueda si quiera llegar siento como Dean me agarra por la muñeca para detenerme.

- Claro que tengo derecho Miriam, tu me importas -dice y siento como su mano trata de agarrar la mía, lo que mi débil cuerpo le permite y yo cierro los ojos al sentir como los ojos se me llenan de lágrimas y aparece un nudo en mi garganta- Me importas más de lo que puedo admitir Miriam, siempre ha sido así -su voz tiene un deje triste y desconsolado que mi corazón apenas puede soportar pero me mantengo firme sin ni siquiera girarme para mirarlo.

- ¡Me dejaste! ¿recuerdas? -gruño mientras me giro para mirarle apartándome de su agarre con las lágrimas hirviendo en mis ojos y mi voz a punto de romperse en un sollozo- Me abandonaste, después de prometerme que volverías a por mí, que volverías conmigo -sigo diciendo y siento como el nudo en mi garganta se hace más grande- Te esperé durante semanas, durante meses y tu... - Apenas puedo mantenerme firme, mi voz suena rota y sé que si sigo ahí voy a terminar rompiéndome pero algo me impide salir corriendo de esa habitación- nunca apareciste, ni siquiera fuiste capaz de llamarme Dean...

- Lo sé Miriam y sé que fui un capullo y un imbécil que no te merecía, y sé...sé que sigo sin merecerte, no tengo disculpas para lo que hice pero no puedo dejar de pensar en ti, da igual las chicas con las que esté o lo mucho que lo intente nunca he podido sacarte de mi mente y no puedo mantenerme alejado de ti... -sus palabras se me clavan en el corazón como una flecha y hace que el nudo en mi garganta se agrande mientras lo miro a los ojos tratando de buscar sinceridad en ellos, su forma de mirarme me mata y apenas puedo seguir manteniéndome firme, seguir manteniéndome alejada de él y no puedo evitar dejar caer los brazos derrotada con mis ojos clavados en los suyos.

- Me rompiste el corazón Dean, eso no puedes cambiarlo pero no puedo mantenerme lejos de ti, no puedo sacarte de mi maldita cabeza Dean y te odio por eso pero me odio más a mi misma por ello, por ser débil ante ti, por no poder alejarme, por necesitarte tanto que duele, nunca acabó para mi, yo nunca quise que lo nuestro acabará pero tu lo terminaste, me dejaste, te alejaste y me rompiste el corazón, yo estaba... -me interrumpo antes de poder decir algo de lo que me pueda arrepentir y veo como Dean me mira, su mirada y su gesto son de completa vulnerabilidad mientras me mira y tengo que tomar de todas mis fuerzas para no abalanzarme sobre él, para no abrazarlo.

Sombras OscurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora