Online vibing love → emiliaco

XIII🎮

Ok, contando desde el día de aquella pelea ya habían pasado más de 1 semana y seguían sin contactarse hasta esa madrugada. La incertidumbre aún crecía más y más pues las interacciones entre ambos streamers habían pasado a cero. Nadie sabía más.

El semirizado no esperó más al ver la llamada entrante a las 4 de la mañana de su amigo; la hora era lo de menos, lo estaba llamando y no desaprovecharía la oportunidad, quizás dejando a un lado la pelea necesitaba de su ayuda y no ignoraría si fuera así. 

— ¿Emilio?

Los nervios comenzaban a crecer más y más en él al no escuchar más que su respiración acelerada al otro lado de la línea. Supuso escuchar un sollozo y como trataba de mantenerse tranquilo, fallando en el intento

— ¿E-en qué fallé?

—... ¿Qué?

— ¿No era- lo que querías? ¿Realmente ya no quieres mi amistad?

¿Tanto daño le habían hecho como para sentirse de esa manera? Joaquín ya no podía más con ese dolor que albergaba en su interior. Más al no saber como consolar a su amigo en aquel estado vulnerable.

—No, Emilio-

No iba a llorar alto y menos por llamada, así que suspiró varias veces tratando que ese molesto nudo en su garganta lo dejara hablar con calma —Ok, ok... Perdón por esto, yo no-

—No hiciste nada malo y no quiero que vuelvas a pensar en eso — decide por una vez tratar de aclarar las cosas antes de que su chico creara más escenarios falsos en su cabeza —. Al contrario, has hecho tantas cosas buenas por mi y sin ti, mi vida volvió a ser la misma monótona y aburrida de antes

<<No sé qué o quién te ha hecho sentir de esa manera y realmente quisiera saber que sucede contigo, pero no voy a presionarte para que me digas. Solamente quiero disculparme porque mis palabras se hayan malinterpretado y por hacerte sufrir de esa manera. Te... quiero mucho, Emilio. Me dolería perderte sin saber realmente el motivo...

Ahora ambos acostados en la cama y dejándose llevar por sus impulsos deliberaban en sus mentes con respecto a sus sentimientos... Sabía que tenían que hablarlo y lo ideal era que se vieran cara a cara. No sabrían lo que les depararía más adelante si no hacían el intento.

—Gracias... Perdón por llamarte a esta hora, mi mente me traicionó y-y no sé, me dejé llevar — trata de explicar y nuevamente se acomoda en su cama cerrando los ojos concentrándose en calmarse —. Tienes razón ¿podemos vernos mañana?

—Sí, sí... Estaría bien

—Te mandaré mi ubicación, uhm... Descansa, buenas noches

—Igualmente, Milio... Descansa

—Y Joaquín... Yo también te quiero, mucho

No fue necesario decir más, pues sentían que suficiente respuesta era ambas sonrisas traviesas colándose por sus rostros, como si hubiesen visto al otro con la mirada enternecida y feliz.

Colgaron y después de tanto tiempo, pudieron dormir tranquilos y con una sensación de calma arrullándolos...