Buena Chica

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Miré a la puerta.

—Quién eres?— pregunté parándome frente a Severus— Qué le hiciste?—

Él rió.

—Soy Severus. Tu esposo?—

—No. Eso no es verdad y lo sabes.—

Voltié a mirarlo directamente y me acerqué.

—Bésame—

—Qué?—

No dije nada y agarré fuertemente su cara,halándolo en un beso.

Sus manos volaron al aire sin siquiera tocarme.

Y no besaba como Severus.

Bruscamente lo solté y le empujé. Haciendo que se fuera hacia atrás y cerré la puerta en su cara.

—Severus—

Me acerqué a su cuerpo y traté de cubrirlo con su ropa.

—amirah...—susurró— amirah...—

—tranquilo.— aseguré — ya estoy aquí —

Le saqué la cuerda del cuello y le envolví su capa alrededor de su cuerpo.

Me acerqué a su cara y la volví a levantar. Dándole un lento y sensual beso.

Soltó un suave gemido y rápido me alejé,pensando que lo había lastimado.

—Severus... estás bien—

—Necesito agua Amirah. Agua por favor— logró decir —

Agua.

—Si. Agua...— comenzé a buscar en mis bolsillos como loca —Severus no tengo mi varita—

—Agua—

Tengo una idea.

—Vuelvo ahora—

Caminé hasta la puerta y pegué mi oreja contra ésta.

— qué vamos a hacer?!. Ya lo tuvo que haber soltado!—

—Si,pero está muy débil. No va a poder levantarse —

— Esa chiquita es muy ingénua.—

—Tengo una idea!.—

—Qué?—

—Pince. Ella nos puede ayudar.—

— Y qué le vamos a decir?. "Secuestramos a los directores en la misma escuela y necesitamos tu ayuda para que se queden en dónde están!—.

— y que compartiremos a Severus con ella.—

Qué enfermas!.

De ninguna manera van a compartir a Severus con nadie. Él es mío.

MÍO.

Poco cuidadosa abrí la puerta. Asustándo a esas dos réplicas que estaban en mi aula de clases.

—Discúlpen su discusión pero me temo que tienen algo que me pertenece—

Ambos se levantaron.

—Qué es esta broma de tan mal gusto?!— Snape preguntó —

—Eso mismo me pregunto yo—dijo mi otra yo.—

—Eres yo siendo tú pero mucho más fea. Y tú— lo señalé– no te pareces en nada a Severus. —

—Cómo te atréves?!— se me acercó —

Sin pensarlo lo agarré de los pelos y lo halé hacia mi.

—Eres tú?. Dime las palabras que me dijo mi abuelo antes de que Voldemort me casara contigo— dije entre dientes — te escucho—

No contestó.

Cómo me iba a contestar. No es Severus.

—Accio!— se escuchó desde la puerta —

Voltié y allí estaba mi otra yo.

—Baja ese cuchillo — dije —

—Ni sabes quién soy verdad?— sonrió — te lo demostraré —

Cerró rápidamente la puerta y yo corrí a ella.

—Por favor no!. No le hagas nada!— grité —

—No te hará caso — se burló —

Le miré de vuelta y chasquié la lengua.

— Eres tú. Verdad Hecate? —

Su cabello se comenzó a alargar,su piel a palidecer más. Hasta que quedó en la ropa de Severus.

—Cómo?!—

—Un mago jamás revela sus trucos—

Corrí de nuevo hacia la puerta.

—Déjalo maldita. O te juro que cuando ponga mis manos sobre ti voy a-...

—Amirah...—

—Severus...—

Hecate me agarró del pelo y me haló. Me empujó hasta mi escritorio y con mi cuerpo me hizo tirar todo al piso.

—Debiste saber. Que él es mío— susurró en mi oído— y a mi nunca me gustó compartir.

—A mi tampoco—

Torcí mi brazo hasta mi espalda y agarré el suyo. Torciéndocelo mientras me levantaba. Haciéndole una dolorosa llave.

Se lo torcí tanto.

Que su propia mano tocaba su nuca.

—Cuando lo veas no estará vivo.— dijo tratándo de encontrar las palabras correctas.

—Lo estará aún para cuando termine contigo—

Le patie las rodillas por atrás y la tiré al piso.

—Quién las dejó entrar?

....

—Contéstame mierda!. —grité— quién putas las dejó entrar?!.

—El squib—

—Es mentira. El no haría eso. Además de que no se pueden aparecer dentro del castillo. Ni en su territorio. Argus no es tan bobo

—Yo nunca dije que lo hiciera por las buenas...

No.

—Y la señora con la dona. La vieja de la túnica verde...

—Qué le hicista maldita. Más les vale que no le tocaran ni un pelo!.

—Muy tarde— soltó una carcajada. —debiste haber visto su cara cuando choqué su cabeza contra el filo del escritorio. Su cráneo rompiéndose terriblemente rápido y lento a la vez. Rogándo porque no lo hiciera. Porque su amada Amirah nunca le haría daño. Porque ella te AMABA.

Maldita hija de puta.

—Te voy a matar maldita perra. Si que lo haré.

Tomé con más fuerza su brazo y lo seguí tociendo hasta escuchar el satisfactorio...

Crack

De sus huesos.

Agarré su cabeza y empezé a darle contra el suelo.

—Te odio. Te odio. Te odio. TE ODIO— no podía pagar de golpearla contra el suelo.

No me detuve hasta ver como un charco de sangre inundaba mis alrededores.

—Te metiste con mis hijas. Mi marido. Mi madrina. Con todos. Y ahora vienes con ésto?!—le grité a su cuerpo inerte y ensangrentado—te veré en el puto infierno. Hecate Hardbroom.

Ahora le toca a Anastasia.

—Anastasiaaaa,queridaaaa—canté—Ven. Juguemos un juego

Querían ver acción.

Me verán en acción.

Sirius?Lupin?Snape?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora