Capítulo 21: El Gato vs El Perro

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Wei Ying bostezó mostrándose cansado sin ningún tipo de vergüenza. Su shidi había cumplido con su palabra de "salir temprano en la mañana" y él lo lamentó. La noche anterior había dormido bastante bien, pero de todas formas se despertó cansado. Tuvo que arrastrarse de la cama y no tenía idea por qué se sentía tan agotado. Tal vez podría dormir una siesta si volvían temprano, pero Jiang Cheng no parecía dispuesto a terminar con su búsqueda ese día.

La información que les dio el gato los había llevado a un primer lugar donde no encontraron nada interesante. Sólo se trataba de una posada en un pueblo no demasiado lejos del puerto y ni siquiera A-Huang pareció inmutarse en su viaje. Las personas con las que hablaron tampoco les dieron ninguna pista y no obtuvieron información de anomalías en esa zona. Era un pueblo bastante tranquilo y Wei Ying se preguntó por qué Xue Yang lo usaría como punto de reunión con alguien, aunque quizá fuese justamente porque era un lugar bastante pacifico y los mismos habitantes les dijeron que por allí pasaba mucha gente debido a la cercanía con el puerto. Sería un buen lugar para ocultarse siendo extranjero y que los lugareños olviden rápido sus rostros.

Con el segundo lugar fue algo similar, pero tuvieron que trasladarse aún más lejos y se sintió cansado caminando bajo el sol. Apenas la primavera estaba comenzando y Wei Ying se asombró por el calor que hacía ese día. No podía comparar ese ambiente con los veranos abrasadores en Yunmeng, pero sintió demasiado calor en ese momento y su frente se perló de sudor más de una vez.

—¿En serio estás cansado? —preguntó Jin Ling impresionado y hastiado al verlo—. Qué débil eres.

Wei Ying tuvo ganas de gruñir molesto porque, obviamente, los niños estaban investigando con ellos. No podían dejarlos en esta ocasión, por más que hubiera sido buena idea, pero tuvieron que resignarse a que los acompañaran.

—No digas eso, Jin Ling —agregó Sizhui mientras caminaban—. Hoy es un día bastante caluroso en realidad.

—Gracias por defenderme, Sizhui —suspiró Wei Ying acercándose a ese niño y puso un brazo alrededor de sus hombros—. Nadie en este grupo entiende mis necesidades, cuando regresemos te conseguiré algo de licor.

—No es necesario, Mo qianbei...

—No los soporto —masculló Jin Ling enojado—. ¡¿Y para qué lo tocas si tienes calor?! No puedo creer que llevamos todo el día caminando y no encontramos nada.

—Así son las investigaciones, niños —Wei Ying observó que Jiang Cheng iba más adelante de ellos—. Iré a hablar con Jiang zongzhu para que nos deje descansar.

Por dentro, se felicitó por haber recordado usar el título de Jiang Cheng y no llamarlo por su nombre, cosa que era muy difícil para él y siempre olvidaba hacerlo frente a los niños. Debía ser convincente frente a ellos aunque sea.

No esperó a que los chicos le respondieran y se adelantó hacia donde estaba Jiang Cheng.

Estuvo a punto de hablarle a su shidi, pero la expresión seria de éste lo confundió. Jiang Cheng se había parado para mirar a un lado del camino que estaban transitando y, cuando Wei Ying siguió su mirada, sintió escalofríos al ver perros.

Dio un paso hacia atrás dando un un pequeño grito hasta que se alivió al ver que sólo eran estatuas y respiró aliviado. De hecho, se parecían a algunas que había visto en el pasado, pero estas eran mucho más feas.

—No son reales —espetó Jiang Cheng molesto al verlo actuar así—. Es la entrada de un templo.

Wei Ying asintió de acuerdo. Las estatuas de perros estaban a cada lado de un torii igual que había cerca del templo del maestro Geto. Sin embargo, ese portón era mucho más pequeño y rústico. Apenas a un par de metros de donde estaba ese pequeño portón, se podía ver ese templo, pero no era nada grande ni espectacular. Apenas era una capilla diminuta que ni siquiera un niño podría entrar. Parecía un lugar donde las personas podían sólo acercarse a rezar o dejar una ofrenda. ¿Qué clase de dios tendría un templo tan humilde?

Mil vainas de lotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora