V. Touch Me (+18)

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De nuevo, muchas gracias a todos por sus lindos comentarios! Siempre me motivan a seguir escribiendo y si no fuera por ellos el fic se quedaba en un solo capítulo, pero como ven al final le sigo continuando, aunque pensaba que con el capítulo anterior se terminaba.

Lamento la demora pero aquí está por fin la continuación. 

Advertencia: Contenido +18 casi al final.

Touch Me

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Touch Me

¿Así es como se siente el cuerpo después de tener sexo por primera vez?

Incluso ahora, después de un par de días de haber tenido relaciones sexuales, su cuerpo lo sentía adolorido.

Pensó ilusamente que tendría la oportunidad de hacerlo muchas veces con Mutō aquella noche de San Valentín. A su mente vinieron varias posiciones distintas que le hubiera gustado probar, pero no fue como imaginó.

Recuerda haber quedado inconsciente después del intenso orgasmo. Aunque después pudo despertarse unos breves momentos para asegurarse celosa y posesivamente de que Mutō estaba con él, se durmió de nuevo tan profundo que no volvió a despertarse hasta el otro día.

Cuando por fin despertó todavía se encontraba en el hotel. En esa ocasión, no encontró a su capitán por ningún lado y prefirió volver a su casa bastante avergonzado por su deplorable estado.

No recuerda bien el camino de regreso a su casa, sólo se recuerda a él mismo dentro de un taxi y con la caja del pastel a su lado porque era suyo. Se lo llevaba como botín de guerra.

Al llegar a su casa volvió a echarse a la cama porque le dolía mucho el cuerpo y por alguna extraña razón todavía el cuerpo estaba acalorado, pero tal vez no de lujuria sino por la fatiga muscular. Desde el principio entendió que le costó trabajo caminar con normalidad, pero hasta llegar a su casa lo disimuló muy bien.

La entrepierna le ardía, las caderas le dolían, le costaba moverse bien y estaba seguro de tener un vago recuerdo del momento post sexo donde se tocó su entrepierna encontrando líquido seminal ajeno y un rastro de sangre. Suponía que esto era el motivo por lo que le dolía tanto esa zona. Más que asustarse, estaba orgulloso de haber perdido su virginidad con quien él lo planeó.

Ya en la intimidad de su cuarto se permitió descansar, presumiendo que la recuperación le costaría algo de tiempo. Estuvo así por un par de días.

Tras un descanso, Sanzu se levanta de la cama y se mira su cuerpo en el espejo que tiene en su caótica y desordenada habitación. En ese momento sólo estaba con la ropa interior puesta y el espejo era de aquellos grandes, y aunque quebrado el cristal, podía ver a la perfección su cuerpo entero.

Lo que más le llamó la atención fue unos círculos morados marcados en la parte de sus caderas. Sanzu sonrojándose recordó que en esa parte su capitán lo había agarrado muy fuerte cuando lo penetraba así que dejó sus manos marcadas en su pálida piel.

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