XIII No Surprises

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Advertencia: Lenguaje ofensivo y obsceno.

Humor, cursilerías. Me ha quedado bastante feo :'(

Le puse como título la canción "No surprises" de RadioHead porque no se me ocurría nada y era lo que estaba escuchando mientras escribía. No tiene nada que ver con el fic, pero no se me ocurría que poner de título xD 

Al colorearse el cielo de negro, un manto luminoso y centellante se dispersó en el mismo gracias al cielo estrellado que se presentaba esa noche y también a la maravillosa luna llena que aclaraba fulgida la ciudad a su esplendor

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Al colorearse el cielo de negro, un manto luminoso y centellante se dispersó en el mismo gracias al cielo estrellado que se presentaba esa noche y también a la maravillosa luna llena que aclaraba fulgida la ciudad a su esplendor. Casi no parecen necesario los farolitos de luces amarillas desperdigados por todo el parque para dar un toque tradicional al festival.

En el Tori que las autoridades destinaron como la entrada del festival, ya había muchas personas reunidas esperando a sus conocidos desde grupos de adolescentes que esperaban a sus amigos a grupos de familiares que esperaban que un miembro de su clan llegara.

Al capitán de la quinta división aún le cuesta trabajo aceptar que gastó demasiado tiempo encontrando un traje tradicional para los dos que hiciera "juego" tal como le pidió su vice capitán. Y todavía le cuesta más asimilar el dinero que gastó en algo tan innecesario como vestuario para un día. En su concepción, era más simple ir con ropa deportiva y ya.

Pero allí estaba, usando un traje a juego con su vice capitán, que incómodo. Sanzu se ve muy bien con todo así que cualquier cosa le queda bien, pero a él sólo le queda bien la ropa deportiva según su juicio. Sanzu lleva una hakama roja, con una camisa tradicional blanca, y un haori rojo, a Mutō le tocó lo mismo, pero se veía tan ridículo que quería morirse. Definitivamente a él no le viene el estilo tradicional.

¿Realmente era un idiota? Porque se estaba convirtiendo en la clase de estúpido que le hace caso a un subordinado. Pero captar antes de que la cubriera con el tapabocas la sonrisa sincera, aunque sutil y discreta, en los labios de su vice capitán al menos le daba el consuelo de no estar haciendo el ridículo sin sentido.

Si eso contentaba al peliclaro, supone que bastaba con ello.

—Capitán, ayúdame con esto. — le pide mientras trata en vano de ajustarse el obi que se había aflojado.

—Ven aquí. — le llama a un lugar más apartado para evitar que los demás transeúntes expectante en entrar al festival les estorbaran. Su vice capitán se acerca a él, y Mutō tiene que agacharse un poco, inclinándose, para poder atar bien el obi de Sanzu. —¿Así está bien?

—Un poco más apretado, no quiero que se vuelva a caer. — apoya una mano sobre el hombro de su capitán para no perder el equilibrio con el zarandeo poco suave del mayor. Mientras tanto, Sanzu jugueteaba con su dedo índice sobre la tela del hombro del otro, haciendo pequeños círculos imaginarios en él, con una conducta más infantil.

—Estás más delgado...— susurra en tono bajo, casi para sí mismo. No le gusta notar ese detalle en su vice capitán.

—¿Tú crees? Quizá se deba...Porque— toma una pausa mientras el más alto le aprieta más el obi. —Tengo más actividad física... Tú sabes...— le dice con tono sugerente, pero su capitán no capta la picardía en sus palabras por estar más al pendiente por el estado físico de Sanzu. —...— entrecierra sus ojos, ensimismado. —¿No te gusta que esté así?

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