Capítulo XXI: EL FUEGO QUE SE CREÓ.

225 34 6
                                    

Primero escuchó un quejido, aunque eso no lo tomó por sorpresa, puesto que ya se lo esperaba después de la orden que le había dado.

Observó como sus puños se cerraban de par en par, y estaba vigilando su movimiento constante de adelante a atrás, esperando un fuerte derechazo en la mejilla; pero eso no ocurrió.

La miró con detenimiento, sus cejas revelaban su clara molestia, y la mueca de su boca sólo le revelaba que estaba por contradecirlo o insultarlo, aún no lo decidía.

- Ni se te ocurra. - fue lo primero que dijo. - No voy a hacer eso, ¿Cómo piensas que yo voy a dejarte?. - le reclamó con un tono sereno, aunque él sabía que tarde o temprano eso iba a cambiar.

- Lo harás, es lo necesario. - devolvió el argumento con mirada neutra, pero con un tono molesto, esperando que eso le dejara en claro que no estaba dispuesto a negociar.

Aunque había un ligero detalle, olvidó por completo con quién trataba.

El golpe que esperaba llegó, pero era menos fuerte, no quería causarle daño, lo notó porque su mano se detuvo a centímetros de su rostro, dejándolo estático, luego sintió como la palma de ella descansó en su mejilla y dió tres palmadas, la primera fue imperceptible, la segunda fue un golpe más notorio y la última fue un toque fuerte, pero no tanto como los que recibió el día de su reencuentro.

- Shadow, eres un idiota. - se rió ella como burlándose de él en un grito bastante alto, tanto como para asustarlo por el tono demoníaco que su risa tenía. - No sé con quién piensas que hablas, pero no te voy a dejar atrás, eres parte de mi, eres mi amigo, no te dejaré para que mueras, así que quita esa idea imbécil de tu mente, creí que eras más listo. - finalizó apartando su mano de él y dándo media vuelta se apartó del chico, buscando tomar camino hasta su cuarto, pero eso no se quedaría así; sintió el calor de la mano ajena y giró su rostro para encontrarse con el de el azabache, quien no dudó en hacerla girar para tenerla frente a frente.

En esa maniobra, ambos se miraron a los ojos, devolviendo memorias del pasado, en las cuales ella ni siquiera era capaz de observar sus ojos fríos y misteriosos, pero ahora los veía sin temor alguno, lo cual le causaba intriga, pero a la vez le gustaba. Ella, en cambio, estaba entusiasmada, Shadow jamás la había tratado de esa forma, antes apenas y le dirigía la palabra, y al verla, estaba casi segura que sentía nauseas e incomodidad por su presencia, pero ahora, parecía que todo había cambiado; sus pies querían retroceder al notar la cercanía que ambos tenían, pero por cada paso hacia atrás, él daba uno adelante, recuperando su distancia, capturandola en ese espacio; claro que podía escapar de su agarre, era simple y no estaba ejerciendo fuerza, pero no quería, y aún no sabía porqué.

Claro que podía haberse ido de su casa en cuanto Sonic regresó, pero no quería, todavía no sabía porqué.

- Tú ganas.- susurró a ella mirándola fijamente mientras que aún sostenía su mano. - Pero si hay peligro, aléjate de él, y llévate a los niños tontos, ellos no merecen ver otra masacre.

- Bien, me llevaré a los niños, pero volveré por ti, y más te vale seguir con vida. - enunció con una ligera sonrisa. - Aunque eres Shadow The Hedgehog, no tendrás problema con eso.

- ¿Desde cuándo aprendiste a amenazar? - cuestión divertido por su repentina respuesta, ocasionando un leve sonrojo en ella.

- Un tonto me lo enseñó.

- Primero me contradices, luego me golpeas, insultas y me llamas tu "amigo", estás jugando con fuego, Rose.

- Si los demás supieran lo dócil que eres. - Respondió en un contraataque peligroso, aunque muy en el fondo sabía que no le haría nada.

Entonces, su segunda mano se posicionó en su hombro, haciéndola retroceder, ella ejerció presión en su pecho buscando alejarlo, pero no lo podía frenar, y en cuanto se dió cuenta, ya era demasiado tarde, y ese chico la había acorralado en la pared, siendo su mano lo único que le impedía  juntar ambos cuerpos. - Si se lo dices a alguien, tendré que matarte. - enunció con una voz grave baja, buscando alertarla con ese sutil susurro en su oído,  pero no pudo causar ese efecto en ella, puesto que sólo lo miraba estupefacta con los ojos abiertos de par en par.

"- Es muy suave." - pensó Amy en su mente mientras daba un pequeño giro de muñeca y se permitía sentir ese atractivo pelaje blanco que poseía el azabache, hipnotizandola y obligándola a querer tocar más y más cada vez.

- Nadie puede saberlo, hablo en serio. - volvió a decir al instante que observaba los leves giros que la eriza hacía, jugando en su pecho.

Ella asintió avergonzada y apartó de inmediato la mano, esperando alguna represalia, pero eso no sucedió, simplemente lo vio apartarse y caminar a su habitación. - Duerme bien, Rose, mañana será un gran día. - dijo lo último con sarcasmo, a lo que ella sonrió, pero solo por un instante, pues el leve momento de hace un rato la dejó de pie ahí, congelada.

...

"Esa chica se parece mucho a ti"

Leyó en su teléfono el mensaje entrante de Rouge, quien al parecer aún no se había dormido.

"- Es lo que veo.-" respondido él mientras se recostaba en su cama y colocaba la mano en su mejilla, recordando el suave tacto de su mano en su rostro y las pequeñas amenazas de la eriza. -"eso me preocupa.-"

"¿Preocupado por ella o por ti?"

Devolvió su compañera en una jugada sutil, algo que le fastidió por completo, odiaba cuando Rouge era más inteligente que él.

"Pasan mucho tiempo juntos, Black...
Del odio al amor hay un solo paso, tú la querías fuera de aquí, pero cuando Sonic apareció, no dejaste que se le llevaran, antes no la soportabas, ahora hacen todo juntos"

Le recordó la murciélago, lo que devolvió los flashbacks de las semanas enteras de investigación, en donde ambos pasaban los días juntos intercambiando información.

-"Eso fue por el trabajo, era necesario. "- respondió, aunque ese argumento no tenía mucha lógica.

"Puede ser, y quizá sea eso, por ahora...
Pero créeme, Black, la amistad cambia constante, y, por lo que escuché, lo de ustedes..."

Y, pum, aventó el celular al otro lado de la habitación, negándose a leer lo que su amiga estaba por decir.

Aunque en su mente, ese tema rondó un par de horas antes de poder dormir.

✨...✨

ReparandoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora