Pacto de amor

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Me entregué a él por amor.

Le entregué mi inocencia, mi virginidad y mi amor completo en una sola noche.

Me entregué en cuerpo y alma a sus promesas, palabras y suspiros de amor.

Dolió un poco, si, pero fue solo un momento para despues dar paso al placer.

Gocé, si...claro que si gocé.

Pero después, él tuvo que irse por un viaje de negocios, lo cual no es raro ya que es un comerciante joven y exitoso.

Y esperé.

Todos los días me sentaba en la misma banca donde él me declaró abiertamente su amor y deseo por mi.

Pasaron los días, despues las semanas y cuando se cumplieron tres meses estaba segura que él no regresaría más.

Así como tampoco regresaría mi periodo, el cual rogué a todos los santos y entidades supremas para que volviera.

Y entonces un día sin más supe que él habia regresado.

Mi padre y madre me enseñaron muy contentos la flamante invitación a la boda de ese bastardo mentiroso con otra dama joven de sociedad.

Y mis sueños, esperanzas y deseos murieron conmigo en el momento en que me desmayé.

Sin más remedio tuve que contarles a mis padres de mi estado, mi deshonra, mi embarazo.

Les conté entre llantos avergonzados quien era el padre del hijo que crecía en mi vientre.

Quien era el mismo mentiroso que anuncia su boda con una chica más joven y rica que yo.

Dejé...

Dejé que mi padre me arrastrara al convento.

Lo escuché aseverar y asegurar que ya no era su hija amada.

Lo escuché decirle a la madre superiora que era una deshonra para su apellido y que debía quedarme en el convento para salvar a la reputación de mi familia.

Dejé...

Dejé que la estricta y malvada madre superiora me golpeara con una vara el día que llegué al convento.

"Las jovencitas bonitas, tontas e ingenuas me hacen enfadar."

"Un hombre guapo les endulza el oído con baratos sonetos de amor y ustedes extienden las piernas regalando el tesoro más preciado que posee una mujer decente."

"Su virtud inmaculada."

Con cada maldita palabra, su larga vara golpeaba y mordía mi piel, haciendola sangrar.

Grité...

Grité las primeras veces, pero despues, callé.

Cuando termino de castigarme me quedé sola en mi oscura, fría y lugubre celda de penitencia maldije todo y a todos los que solía amar.

Todas las noches, la abusiva madre superiora se ensañaba conmigo mientras otras chicas tontas y embarazadas como yo miraban mi castigo, mi penitencia, mi sufrimiento.

Mi expiación.

Despues de ser arrojada de nuevo a mi celda me desmayé en el suelo mientras mi sangre descendía como ríos por mi espalda.

Rogué...

Rogué por que alguien me ayudara, no me importaba quien fuera, solo quería que me ayudaran a obtener venganza del hijo de puta que me engañó tan vilmente.

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