Pervertidos Cuentos

Colageno. Segunda Parte

No me dolió pagar una habitación con jacuzzi por toda la noche.

Tampoco afectó mi bolsillo comprar los condones y juguetes sexuales en la sex shop que localicé en mi celular.

Casi no pude evitar mi excitación cuando este maldito niño eligió una cola de zorro negra,
un vibrador,
esposas de juguete,
lubricante de cereza con retardador para él y estimulante para mi...

Y una funda para su miembro.

Mientras pagaba, la joven y linda chica de la sex shop se mostró demasiado amable y coqueta con mi colágeno divino quien también le coqueteó un poco, desencadenando unos extraños celos en mi los cuales nunca pensé sentir por un hombre.

Mucho menos por este maldito mocoso quien ahora me sigue tan de cerca mientras caminamos por el pasillo del hotel hacia nuestra suite.

Ni bien introduzco cierro la puerta detras mío cuando soy empujada contra ella mientras el niño me encierra con su cuerpo mientras me mira con lujuria caliente.

-Por fin te haré mía, mami-

-Y rogaras no haberme provocado tanto por chat-

Nuestras bocas se estrellan con demasiada hambre pues los dos tenemos horas, dias, MESES de deseo carnal atrasado!

Nuestras respiraciones pesadas...

Nuestras lenguas follandose sin parar un segundo...

Nuestros dedos intentando quitar la ropa que nos impide comernos como tanto deseamos!

"mmmhhhhh..."

"AAAAAHHHH!"

"Mi dulce niño..."

Gimo porque este maldito chiquillo solo deslizó hacia abajo mi sostén para tener libre acceso a mis senos los cuales ahora está lamiendo, chupando y mordiendo mientras me aprieta con una de sus grandes manos.

Mi falda esta toda enrollada en mi cintura mientras sus dedos me penetran de forma jodidamente suculenta y delirante.

Gime...

Oh por dios!

Su gemido me excita tanto y mas verlo gozando con su ceño ligeramente y los ojos cerrados mientras me tortura de forma deliciosa.

Mi cuerpo se ondula mientras mis dedos se enredan en su cabello medianamente largo.

Estoy tan caliente, excitada y mojada por él que necesito que me penetre de pie como dijo que lo haría.

-Eres mi putita personal-

-Y te follare como tal-

Sus palabras sucias me quitan el caliente y poco aliento que aún tenían dentro mis pulmones.

Y más cuando su mano toma mi cabello con su puño para hincarme frente a él.

-Pero primero quiero que me des la mamada que prometiste me darias-

-Quiero comprobar que es verdad que no te haré llorar con mi miembro caliente y grueso-

Maldito niño hijo de puta.

Hago lo que me ordena mientras él se recarga en la puerta.

A medio desvestir y despeinada me hinco ante mi colágeno para desabrochar sus jeans y deslizarlos hacia abajo.

Dentro de su boxer oscuro puedo ver su gordo, ancho, duro y palpitante miembro el cual ya dejó una ligera mancha de humedad en el frente.

"mmmmhhhh!"