Fruta Madura

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"Ya voy!"

Exclama la bella mujer en sus cuarentas hacia la puerta mientas termina de admirarse en el espejo.

Es su primer dia de trabajo en un restaurante por lo que ella está super nerviosa!

"Mamá, debemos irnos ya!"

"Tu yerno está impaciente en el auto!"

La voz de la hija de la mujer se escucha apurada.

"Lo siento, ya voy!"

Ambas mujeres se dan prisa para subir al auto y ponerse en marcha.

"Que tengas suerte hoy, mama!"

-Suerte suegra!-

Exclaman los chicos de veintidos y veintiseis años antes de ponerse en marcha hacia su lugar de trabajo.

El gerente, el único amigo hombre que ella tuvo alguna vez de joven ya la espera en la puerta.

-Muy bien, tu trabajo ser ayudarme sirviendo mesas y limpiando, de acuerdo?-

La mujer se siente nerviosa al atender a sus primeros clientes, pero conforme paso el dia, ella se fue relajando.

Hasta que...

-Hey tu.-

Un hombre llama a la mujer de malas formas.

"Digame señor, que puedo hacer por usted?"

El hombre avienta el platillo en su mesa.

-Llevate esta porqueria y sirveme algo decente.-

-Donde esta el gerente?-

La mujer no puede creer lo imbécil que es!

"Escuche, no tiene que ser tan grosero."

"Que desea ordenar su majestad?"

El hombre sonrie de forma burlona ante las palabas de la mujer.

Ella es la primera mesera que no sale corriendo y llorando para acusarlo con el gerente del lugar.

-Quiero algo que me prepares tu.-

El gerente apareció en ese justo momento para calmar la situación.

-Todo esta bien viejo amigo, ella me preparara algo.-

-No es asi, primor?-

La mujer le dedicó su mejor sonrisa engreída antes de tomar el plato de comida.

"Ahora que se que no le gusta a su majestad, le preparé algo mas acorde a su fino paladar."

El gerente está infartado!

Ella no sabe que al hombre que está hablando con el dueño del lugar!

Pero antes de que pueda decir nada, la mujer se levanta para entrar en la cocina.

-Yo, la verdad...es que ella es nueva.-

-Es una amiga y pensé que como faltaba una mesera podría trabajar aqui.-

-Pero la despedire si eso quieres.-

Oh no, eso no.

El dueño, un hombre de edad madura, atlético, fuerte, de presencia impresionante, muy guapo aún, pero aburrido de su vida, quiere probar la comida de esa mujer que lo desafió.

-No, quiero ver que me servirá.-

La bella mujer solo tardó cinco minutos en salir de la cocina llevando un charola con sus dos manos con dos platos.

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