Pervertidos Cuentos

Casi algo...

Estoy destrozada...

Jamas pense que me pasaria a mi pero no puedo negar lo que mis ojos estan viendo y mis oídos escuchando.

Mi esposo creyo que estaria fuera de la ciudad por una semana, incluso yo tambien lo pense, pero una repentina cancelacion en mi itinerario hizo que mi viaje terminara antes y regresara antes a casa.

Solo para encontrarme con que mi mentiroso marido quien decia amarme y adorarme tiene sexo con una jovencita quien es totalmente lo opuesto a mi.

Entre tan sigilosamente en la casa y subi aun mas silenciosamente las escaleras hacia nuestra habitacion cuando observe que habia alguien mas aqui, la bolsa ultra femenina y rosada dejada sobre la mesa de la cocina me hizo tener un mal presentimiento.

Ahora que estoy mirando como una voyeur la escena erotica de los dos teniendo sexo...

Correcion, haciendose el amor...

Comiendose sin descanso el cuerpo de su amante, veo que yo era el problema las escasas veces que tuvimos relaciones sexuales mi todavia esposo y yo.

Mis ojos no me mienten cuando veo que se devora y come con tanto jodido entusiasmo el cuerpo ondulante de la gimiente niña que olvido que los dos estan sobre nuestra cama matrimonial, pero...

En este punto me importa un carajo seguir en esta relacion.

Tomo mi celular y grabo discretamente lo que sucede dentro de la habitacion para tener pruebas de esta infidelidad para que mi puto proximo ex marido no pueda mentir a la hora de pedirle, mas bien, exigirle el divorcio.

Despues de tomar algunas provisiones, recuerdos mios y papeles importantes, tomo con mi mano mi maleta y salgo de esta casa para siempre.

Enciendiendo el auto me detengo un momento porque no se a donde ir hasta que decido que lo mejor sera buscar un hotel para pasar la noche, mañana a primera hora llamare a mi abogado.

La habitacion es amplia, moderna, comoda, incluso tiene una pequeña cocineta lo cual me viene bien pues tengo hambre por lo que desciendo al mini super del hotel para comprar algo de comida.

-Buenas noches hermosa-

Me saluda un chico detrás del mostrador esbozando una gran sonrisa amable.

"Hola, buenas noches."

Respondo sonriendo apenas antes de ocuparme de mis asuntos.

"Por favor."

Indico mientras coloco las sopas instantaneas sobre el mostrador al igual que unas galletas saladas, dulces y chocolates.

Esta es una forma de vivir mi duelo por lo que acabo de ver y lo que pasara.

-De acuerdo hermosa-

Acuerda el chico quien se da prisa en cobrarme e indicarme cuanto es el monto total que debo pagar.

Camino de vuelta a mi habitacion, mis pensamientos estan unica y exclusivamente enfocados en la venta de la casa donde vivi por tantos años con mi ahora ex por lo que cuando llego a mi habitacion esta noche no logro encontrar mi llave!

Buscando freneticamente en todos mis bolsillos, el piso e incluso en la bolsa del super, me doy por vencida cuando no la encuentro por ningun lado.

Maldiciendome porque estoy tan distraida que seguramente la deje caer en la tienda o en el pasillo o en el elevador camino de regreso para encontrar la llave pero en ese momento mi frente choca contra algo duro.

-Cuidado bella-

La voz grave y masculina del chico me tranquiliza mientras sus grandes manos me sostienen para que no caiga sobre mi trasero.