Enfermedad terminal

1.2K 38 1
                                    

Mi mañana comienza como cualquier otra, con muchas preocupaciones.

Despues del divorcio de mi ex, toda la responsabilidad de pagar la renta de este diminuto apartamento y mantener a mi pequeña hija fueron completamente mías.

"Mami, tienes que ir a trabajar hoy?"

Cuestiona con su inocente y tierna voz mi nena mientras frota con su manita su ojito adormilado.

"Si mi princesa, debo trabajar más tarde."

Respondo mirando su carita la cual lentamente se torna triste.

"Oye, la vecina te cuidará y te divertirás mucho con ella, no te pongas triste."

Trato de animarla pero no esta funcionando.

"Me quedo contigo otro rato recostada, te parece bien bebé?"

Ofrezco con voz maternal, mi nena asiente antes de abrazarme amorosamente.

Ojala no tuviera que trabajar turnos dobles para mantenernos a duras penas, pero perdí todo lo que poseía con tal de tener la custodia total de mi nena.

Estoy casi dormida de nuevo cuando el timbre de la casita suena en repetidas ocasiones.

Extrañada me incorporo de nuestro colchón en el piso para asomarme a la ventana, una chica afuera me saluda agitando su mano.

"Señora, necesito hablar con usted de inmediato!"

Grita una chica joven de cabello largo ataviada con un traje blanco impoluto, un papel se agita en su mano.

"Bebé, no te muevas de aquí y espérame."

Pido a mi nena quien asiente.

Beso la frente de mi niña antes de colocarme un sueter para descender al primer piso de este complejo de apartamentos.

"Tu eres esta chica de la foto?"

Me cuestiona con rapidez la chica cuando desciendo por completo la escalera, miro la foto que me muestra.

No puede ser!

Es una sonriente foto mía de joven, cuando estaba en la escuela media.

"Siii..."

Susurro en respuesta, la chica me abraza con fuerza antes de gritar.

"TE ENCONTRÉ!"

"Le dije que te encontraria y lo hice!"

Declara la chica con autosuficiencia.

"Debes venir conmigo, mi padre, te necesita de inmediato."

La chica trata de jalarme hacia un auto pero la detengo con firmeza.

"No te conozco, no se quien eres y no puedo ir contigo!"

Declaro mientras retiro mi mano de la mano de la chica quien me da una mirada severa.

"No tengo tiempo para convencerte por las buenas."

Indica la chica antes mostrarme que esta armada, tres guardaespaldas aparecen detrás de ella, uno de ellos sube a mi apartamento.

"Mi hombre traerá a tu pequeña hija, lo siento, no tengo tiempo para ser amable."

"Mi padre te necesita y es todo lo que importa."

Miro impotente cuando el gran hombre carga en brazos a mi pequeña cubierta con una frazada antes que uno de los guardaespaldas sujete con fuerza mi brazo para hacerme caminar hacia la enorme camioneta oscura de lujo con el motor encendido.

Pervertidos Cuentos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora