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El restaurante estaba en el extremo de Pittsburgh

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El restaurante estaba en el extremo de Pittsburgh. Un modesto y tranquilo restaurante, con una clientela poco frecuente.

Tiene cierta fama por tener cabinas privadas de cuatro personas en el piso superior, aunque sus paredes son insonorizadas para el oído humano, había que protegerse si te cruzabas con un sobrenatural. O tal vez, solo tal vez era su paranoia hablando, después de los acontecimientos de está mañana, sus nervios estaban a flor de piel.

De camino aquí ya había mandado dos lobos y una bruja a la escuela de Elena, no quería sorpresas desagradables después de hoy y su corazón se preocupaba lo suficiente por ella, aun cuando estaba a prueba.

Un ligero golpe la sacó de sus pensamientos. El aroma le daba una idea del sujeto en cuestión.

"_Adelante...-" Tomó un sorbo de su café y no despegó la vista de la ventana que daba a la entrada del sitio y parte de las concurridas calles. "_Aprecio que hayas podido venir, Goic."

Vladimir posó frente a ella y la observó detenidamente. Lejos de incomodarse siguió con vista a la ventana, pareciera que lo ignorara.

"_He escuchado por ahí, las noticias como estás vuelan." Ambos se saltaron los saludos y buenos deseos. Inmediatamente lo miró, rostro ilegible, facciones duras y avanzadas, lobunas y muy agradables para un hombre de su edad. Siempre que lo observa se pregunta que hay en su cabeza y si sacará reacción algún día.

"_Me están poniendo a prueba y esperando si soy capaz." Anuncié.

"_Bueno, a Katerina Petrova la describen dos palabras: impulsiva y pusilánime..." Anunció. Su rostro detallando cualquier expresión ante sus palabras. Poco impresionada, suspiré con molestia.

Recordando como los hermanos originales, siglos pasados, difundieron rumores marcando la gracia y actitud de la joven Katherine como una cobarde y traidora. Aquello en su momento había marcado enorme y rápidamente a la temerosa e ingenua adolescente.

Siendo, además, una de las variadas razones por la que su sér moral; magulló, hundió y adormeció todos sus buenos impulsos.

Años después aquello le suena tan infantil, y mentalmente poco fortaleciente de su parte. Pero reitero, solo contaba con diecisiete años.

"_Poco importa, se dicen tantas cosas, ¿no crees?." Blandeé los ojos antes de fijarlos en él.

"_Creo recordar que no estamos para hablar de rumores." Trató de cambiar de tema incómodo.

"_Crees bien. Tengo una nueva oferta para ti. Dime si estás dispuesto a escuchar y considerarlo." Pero por algo está presente, ambos sabemos que si estamos aquí son para futuros negocios.
Fácilmente podría posponer la reunión si quisiera, afuera hablan de una futura guerra entre especies. No me sorprendería si él, un humano, no quisiera arriesgarse.

" _Estoy dispuesto a correr el riesgo." Tan centrado y serio.

"_Necesito que entrenes a mi gente. Digamos que nos vimos arrinconados y es hora de pelear." Un pequeño ceño se formó en su ilegible rostro. "_Piénsalo; podrías obtener lo que quisieras de todo esto. Después de todo un humano entre lobos, no es cualquier cosa." Claro podría buscar y obtener un vampiro o lobo, pero e visto pelear y combatir a este hombre y es bastante letal, minucioso y bastante rudo. Sus tácticas y experiencia en combate nos he prescindible.

Miss SimpathyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora