Katherine bajó a su habitación, las paredes internas silenciaron el de por sí silencioso exterior.
Su mente enredada en pensamientos que no le dejan en paz. Sabe que el tema de Klaus Mikaelson siempre ha sido una línea peligrosa, una que nunca quiso cruzar con Elena, pero la mención de su nombre ha desatado algo en ella. Algo que no había anticipado.
¿Por qué me molesta tanto? Debería ser simple, un intercambio… Elena por mi libertad. Eso siempre fue el plan, y ella lo sabía. La protegí, la escondí, la preparé para este momento. Sabía que Klaus vendría por ella tarde o temprano, y ella no era más que una moneda en ese juego. Mi moneda. Pero ahora… todo se ha complicado.
Klaus. Solo escuchar su nombre me provoca un nudo en el estómago. Ese maldito vampiro tiene una sombra tan larga que sigue acechando, incluso ahora. No me importa él. Nunca me importó realmente.
Pero Elena… ella siempre pregunta por él. Es como si quisiera entender esa parte de mi vida, y cada vez que lo hace, siento cómo se aleja de mí, cómo duda de todo lo que soy.
Obvio que mis acciones la confundirán. Son dos personas diferentes, con puntos de vistas diferentes y perspectivas diferentes... La Katerina original fue moldeada por la crueldad de la vida, la suerte no estuvo de su lado y adquirió un comportamiento que Klaus fomentó con su persecución despiadada y sangrienta. Haciéndola cada vez más insensible a los horrores de la vida.
No obstante ella no tuvo esa suerte, no es una vampira de quinientos años y mucho menos una sanguinaria y asesina sádica.
Sí Elena le preguntara a Katherine, ella no dudaría en aceptar matar a Klaus.
Pero yo... yo tengo planes más grandes para él. Planes que incluyen al mal más grande rendido a mis pies. Y no de forma romántica, si no de la forma en que simplemente tomo lo que quiero. Y quiero su vida milenaria en mis manos...
¿Acaso no lo entiende? Lo he hecho todo por ella. La he mantenido con vida en un mundo sobrenatural que constantemente quiere destruirla. Era un medio para un fin, sí, pero algo cambió. Yo cambié. ¿Cuándo? No lo sé. Tal vez fue en alguna de esas noches, cuando la veía dormida, vulnerable… o tal vez cuando vi ese miedo en sus ojos por primera vez y supe que no quería perderla. Se supone que soy fuerte, fría, manipuladora, cualidades que adquirí en un mundo que respeta a través de cuanto miedo puedes infundar.
Pero aquí estoy… sintiendo algo más. Algo más que control. Un lazo.
¿Es esto lo que se siente ser una madre? Dios, qué ridículo. Nunca quise ser madre de nadie.
Pero ahora no puedo ignorar esta conexión que crece entre nosotras. No lo estaba fingiendo, no esta vez. No me había dado cuenta de cuán real era hasta que ella empezó a alejarse. Cuando dejó de confiar en mí.
Elena… Me mira diferente ahora. Ya no hay esa mirada inocente de la chica que protegí, esa que confiaba en mí para sobrevivir. Ahora, veo desconfianza. Siente que la estoy utilizando, que hay un precio oculto detrás de todo lo que hago por ella. Y no está equivocada. Pero duele más de lo que debería. Nunca tuve problemas manipulando a las personas, usando sus emociones para obtener lo que quería. Utilizando su fragilidad mental. Pero con ella… ahora es diferente. Cuando Elena me mira como si fuera uno de los monstruos que juré protegerla… siento que algo dentro de mí se rompe.
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Miss Simpathy
FanfictionSimpatía Manera de ser y actuar de una persona que la hacen atractiva y agradable a las demás. "Su mejor virtud es su simpatía" O eso es lo que describían quién me conociera. La niña educada, ojos de cierva, corazón bondadoso, apacible y afectuosa. ...