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El día a día de Diana, haciéndose pasar por Elena, en Mystic Falls era, en una palabra, gratificante

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El día a día de Diana, haciéndose pasar por Elena, en Mystic Falls era, en una palabra, gratificante. Todo había sido sorprendentemente fácil. Después de su "gran escape" de las garras de Katherine, nadie se había atrevido a poner en duda la veracidad de su historia. Después de todo, ¿quién querría arriesgarse a desatar los recuerdos traumáticos que "Elena" había experimentado bajo el control de Katherine? Se habían tragado su actuación sin pestañear, y eso le daba a Diana un poder que nunca había tenido en su vida.

Por las mañanas, Jenna y John la observaban con una mezcla de preocupación y ternura. Diana podía ver la culpa en sus ojos cada vez que la miraban. Estaban desesperados por reparar lo que creían que le había pasado a Elena, por ganar su confianza, por hacerla sentir segura de nuevo. Jenna le preparaba el desayuno, sirviéndole lo que recordaba que a Elena le gustaba, mientras John, a su manera rígida, trataba de mantener conversaciones ligeras, preguntándole cómo se sentía, siempre con un tono cuidadoso, como si temiera romperla con una palabra equivocada.

—¿Cómo te sientes hoy, Elena?— preguntaba Jenna, su voz llena de una preocupación que rozaba la desesperación.

—Bien, Jenna, gracias.— respondía Diana con una sonrisa débil, ajustando su expresión para parecer vulnerable pero valiente. El papel le venía como anillo al dedo.

John se mantenía más reservado, observándola desde el otro lado de la mesa, buscando alguna señal de que su hija estaba recuperándose. Diana jugaba con esa distancia, dejando entrever pequeños destellos de la antigua Elena, como cuando mencionaba algo sobre su vida anterior, o se reía en los momentos precisos. Nadie se atrevía a acercarse demasiado, nadie quería hurgar en el trauma. Era la estrategia perfecta.

—No tienes que hablar de nada si no quieres—, decía John con un tono más serio, intentando ser un padre comprensivo. Diana sabía que lo último que quería era que ella reviviera su supuesta experiencia con Katherine, y ella se lo facilitaba.

La atención constante era adictiva. Diana disfrutaba cada momento, regodeándose en la preocupación de Jenna y John, manipulándolos con facilidad. Había sido casi insultantemente sencillo hacer que todos creyeran que era Elena. Se apoyaba en su nueva "fragilidad", en la idea de que cualquier comentario fuera de lugar podría desencadenar recuerdos dolorosos. Eso les mantenía alejados, lo suficientemente cerca para cuidarla, pero sin ahondar demasiado en su comportamiento.

El único que parecía incomodarla, ligeramente, era Jeremy. Aunque también era fácil de manejar. Con su comportamiento apático y distante, Jeremy había sido un blanco fácil. Se mostraba callado, siempre preocupado por no agitar más la "delicada" situación de su hermana, pero su cariño por Elena seguía siendo evidente. Diana había notado cómo sus ojos la seguían con preocupación, cómo intentaba acercarse, pero siempre con miedo de empeorar las cosas. Lo había convertido, poco a poco, en su pequeño "cachorro". Cada gesto de atención que le mostraba era devuelto con una pequeña sonrisa, un toque suave en el hombro, lo justo para hacerle sentir que estaba ayudando.

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⏰ Última actualización: Sep 23 ⏰

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