Es el quinto día en su estancia en París, la semana de la moda comenzó hace dos, y puede decir que fue un evento interesante. La moda europea es exquisita y extravagante. No su estilo, pero no le quita lo vivido.Pasea por calles parisinas en lo que observa vidrieras aquí y allá. Sería el sueño adolescente de toda chica, en cambio ella lo toma con entusiasmo, sí. Pero no sería el caso estando sola.
Lucy quedó en el hotel por otra siesta, la resaca se notaba en su aliento o tal vez la forma en que gruñó cuando golpeaban las puertas o se abría paso un destello de las puertas entre abiertas.
Hace un puchero, Lucy se tomó muy enserio lo de no dejarle beber o salir con menos de dieciocho años. O tal ves es lo aterradora que podría ser Katherine si se enterase de su negligencia.
Rodea los ojos y saca su teléfono por sexta vez, ni un mensaje, ni siquiera Tonia con sus padres estrictos está despierta a esta hora.
“Escríbeme cuando te acuerdes de tu amiga.”– Escribe en lo que avanza lentamente. Mala idea, es lo que dice su mente, cuando choca contra un duro cuerpo, enviándola al suelo.
–Disculpe mi torpeza.– Se apresura a decir el sujeto.
Elena lo descarta en lo que evita que otra persona pise su teléfono. –Lo siento, no te vi.–
–Déjame ayudarte.– Dicen al mismo tiempo. Provocando qué alce la mirada a la voz. Una sonrisa avergonzada la recibe.
Toma su mano y en cuanto está de pie, no puede evitar recorrer su mirada en él. Es atractivo, él tiene ese punto.
Tiene una apariencia hermosa con su tez pálida, cabello castaño claro, ojos verdes hundidos y un cuerpo delgado pero bien formado.
Es alto, una cabeza por encima de la de ella.
Su camisa negra abraza bien su torso y sus jeanes marcan bien sus largas piernas.
El sonríe de lado y aproxima el bolso que dejó caer. –Esto es tuyo.–
–Oh, sí. Gracias.– Devuelve la sonrisa con cortesía.
–Me disculpo de nuevo, veo que arruiné tu café.– Señala el vaso de plástico y la gran mancha marrón sucia en el suelo. –Déjame compensarte.– Anuncia.
Elena enarca una ceja y pregunta sagaz;–¿Ah, sí? ¿Y como lo harás?–
Él eleva su ceja también;–Invitandote un café, tal vez.– Propone sutilmente.
–¿Tal vez?– Sigue el juego, cruzando sus brazos.
Sonríe en una sonrisa de dientes completos, baja la cabeza y la eleva en lo que dice;–Sólo si me dejas compensarte, claro está.–
–Bien, suelo ponerme de mal humor sin mi café en la mañana.– Confiesa encogiendo los hombros.
El sujeto niega con la cabeza brevemente y pone una sonrisa más tímida antes de señalar el camino.
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Miss Simpathy
FanfictionSimpatía Manera de ser y actuar de una persona que la hacen atractiva y agradable a las demás. "Su mejor virtud es su simpatía" O eso es lo que describían quién me conociera. La niña educada, ojos de cierva, corazón bondadoso, apacible y afectuosa. ...