Tumbado en la cama sobrevolando otra vez por encima de las nubes, pero esta vez todo estaba muy oscuro, no veo nada no sé hacia donde voy, conecté otra vez con mi cuerpo y dirigí mi mirada hacia la ventana, estaba atardeciendo, notaba como el sol cada vez se iba a apagando más y más, me levante de la cama y me posé sobre el marco de mi ventana, no paraba de pasar gente por la calle algunos iguales que los demás y otros muy diferentes, gente paseando a cualquier tipo de raza de perro, gente escuchando música con sus auriculares enchufados a un Walkman, algunos con una barra de pan en la mano, seguramente para la hora de cenar, padres con sus hijos millones de personas todas diferentes entre ellas, allí me pasé horas y horas hasta que el sol desapareció del cielo y el cielo se sumió en la oscuridad, en cuanto desapareció el sol del cielo la gente desaparecía de las calles, no quedó nadie, y en cuanto todo, todo desapareció, pero como siempre vuelve a aparecer mi madre y sus famosos gritos.
-¡A CENAR!-
-¡VOY!-
Dejé de apoyarme en la ventana para proseguida mente cerrarla de inmediato y salir de la habitación y hacer la misma ruta hacia el comedor, esta vez todo estaba oscuro menos el comedor el cual estaba totalmente iluminado, todos se encontraban sentados en la mesa menos mi madre la cual se encontraba en la cocina acabando lo que sería nuestra cena de hoy, me senté mi sitio el cual era al lado de Rod, él estaba escuchando música, estaba escuchando a Black Sabbath, lo pude adivinar por el alto volumen de los auriculares, mi padre estaba observando la televisión la cual se encontraba detrás de mí, podía escuchar al periodista dando las noticias del día, pero yo me senté y me quedé viendo el vaso lleno de agua, mi mente se centraba tanto en el agua que parecía que estaba dentro de aquel vaso y ahí me vino a la mente como una estela de luz el sueño que tuve antes de ir a casa de Ana, el rostro que había soñado se estaba difuminando de mi mente lentamente, es como si mi cerebro se fuese deteriorando y me costara más recordar aquellos recuerdos, me quede un par de minutos observando aquel vaso de agua, intentando recordar aquel sueño tan extraño y peculiar el cual todo había ocurrido en mi mente, pero todavía no podía reconocer aquel rostro que me rescataba de las profundidades de aquel inmenso mar, no podía visualizar aquel rostro milagroso que intento llevarme a la superficie, sin ningún tipo de éxito, un gran estruendo el cual hizo mover el agua del vaso me hizo volver a conectar con el mundo actual, mi madre había dejado caer la bandeja la cual estaba lleno de pescado, aquella bandeja desprendía un delicioso olor a pescado recién cocinado.
-Que buena pinta tiene cariño, seguro que está buenísimo- dijo mi padre.
-Gracias mi vida- dijo mi madre dirigiéndole una sonrisa.
-Rod, Rod, ¡ROD!- gritó mi padre.
Mi hermano se dio cuenta de que le estaban llamando, así que se quitó los auriculares mientras la canción seguía reproduciéndose hasta que mi hermano le dio al botón de "pause"
-A cenar, deja eso ya-
-ohhjj, vale-
Mi hermano hecho su silla hacia atrás para llegar al mueble que se situaba al lado de la mesa del comedor y posteriormente volvió a acercarse hacia la mesa, mi madre alzó la espátula y empezó a cortar el pescado en porciones lo más exactamente igual y empezó a ponerlo en cada plato que se encontraba encima de la mesa de madera blanca de mi comedor, cando la bandeja quedó completamente vacía mi madre la retiró de la mesa para a continuación traer otra bandeja, pero esta vez de plata y lleno de patatas fritas.
-Esto sí que es una cena- manifestó Rod observando la cena la cual estaba delante de sus narices.
Rod levantó sus cubiertos para empezar a comer, aquella cena fue como cualquier otra cena, pero faltaba mi esencia, no hable durante toda la cena, durante toda la cena me quede pensando en la situación de Ana, la cual no le encontraba sentido, mi cabeza trabajaba más de lo que podía, ¿Por qué estaba llorando al entrar en su habitación?, ¿Quién era el que salía en las fotografías de su habitación?, ¿Qué pasó el 15 de enero de 1985?, había tantas preguntas sin resolver, me pase casi toda la cena observando la comida y comiéndome pequeños trozos de pescado el cual estaba delicioso, pero mi apetito en aquel momento era inexistente, Rod me empezó a mirar, creo que su mente también empezó a rumiar, pero él supo disimularlo de cara a mis padres, al fin llegó el final de la cena todo el mundo se empezó a levantar de la mesa dejando los platos encima de la pica de la cocina, y de uno en uno todos empezaron a irse a sus respectivas habitaciones, yo fui a la mía, me tumbé en la cama y como siempre mirando al espantoso techo, pero esta vez mi cara podía expresar un sentimiento de preocupación y de duda, Rod pasó por el pasillo en el cual se encontraba mi propia habitación y al verme se posó sobre el marco de la puerta.
-Toma Pringao'- lanzando un Casete hacia mí.
Él me tiro un casete el cual acabo cayendo en mis manos, pude ver una portada de color dorada conde aparecían en letras doradas, pero distintivas del fondo "Deep Purple Made In Japan".
-Escúchalo anda, y se te quitará la cara de atontado que llevas puesta-
-¡CÁLLATE ROD!- Dije enfurecido.
-¡A DORMIR TODO EL MUNDO YA!- gritó mi madre desde su habitación.
Rod se marchó volviéndose a poner sus auriculares enchufados a aquel walkman Sony, no se separaba de él ni un solo instante, se lo llevaba a todas partes, es como si formara parte de él.
Él se fue hacia su habitación y yo procedí a buscar mi walkman pera escuchar ese casete, busque entre los cajones y encontré el walkman el cual me habían reglado para mi cumpleaños, justo enchufado a ellos se encontraban unos auriculares de diadema con esponjas totalmente naranjas, lo saque del cajón, comprobé si todavía funcionaba, pero al parecer se había quedado sin pilas, así que abrí con suavidad la puerta de mi habitación y recorrí todo el pasillo a oscuras hasta llegar a las escaleras las cual me llevaban al piso de abajo, busque el mando de la tele, lo encontré, procedí a retirar las pilas del mando de la televisión para ponérselas a mi walkman, pero justamente al retirar las pilas y darme media vuelta me pude encontrar a mi hermano mirándome fijamente, solté un pequeño grito, pero rápidamente me tapo la boca con su mano para que yo no pudiese gritar más.
-¿Qué haces aquí, pequeñajo?- dijo en tono entrometido.
-MMMMMMM..- ladré todavía con su mano en mi boca.
A continuación él me retiro la mano de mi boca y al fin pude hablar.
-¡QUE HACES...!-
-¡SHHH!- Me interrumpió.
-¿Qué coño haces tú aquí?- dije susurrando.
-Yo he preguntado primero, renacuajo-
-No me llames así- dije más alto.
-¿Qué haces con el mando de la tele?-
-Le estoy sacando las pilas, las necesito para el walkman-
-Como papá te pille te mata, no vuelves a ver la luz del sol hasta los 18-
-No porque mañana por la mañana las pondré de nuevo en el mando-
-Más te vale, ahora vete a tu cuarto-
-¿Y tú que?-
-¿Yo que?-
-¿Qué que vas a hacer?-
-No es de tu incumbencia-
-Si lo es-
-No lo es ahora a tu cuarto enano-
Le dirigí una cara de enfado y directamente me fui hacia mi habitación, allí encontré el walkman encima de la mesa, le abrí la tapa y metí las pilas ordenadamente, procedí a abrir la bandeja donde después metí el casete el cual era totalmente transparente solo se podían leer las letras en las cuales ponían los títulos de las canciones y en que orden iban, cerré la tapa y presioné el botón de "Play" y empezó a reproducirse una canción, ese casete era una grabación de un concierto de japón, empezó a sonar la canción y ya podía saber cuál era porque anteriormente ya había escuchado la grabación de estudio, estaba sonando "Highway Star" la verdad aquella versión era más potente y con más ruido, me lleve el walkman a la cama mientras la canción se reproducía, pero solo me senté encima de las sabanas totalmente arrugadas, la ventana todavía seguía totalmente abierta, entraba aire por ella que hacía que las cortinas empezaran a bailar sincronizadamente, empecé a mirar la pared que había al final de la habitación y en aquel momento solo me podía concentrar en cada nota que se reproducía en aquel casete todas mis dudas habían desaparecido temporalmente para centrarse en cada melodía y acorde de aquella canción, pero por la ventana salió un trozo pequeñito de piedra hacia mi habitación, pensé que fue el viento, pero después de un rato esta vez salió un avión hecho de papel ahí ya me extrañó, me quité los auriculares mientras la música seguía sonando y me dirigí hacia el avión de papel, me fije en lo que tenía escrito en un ala "Mira por la ventana" al leer aquello me dirigí hacia la venta y me posé sobre ella, en la calle no vi absolutamente a nadie, mire hacia abajo y tampoco había nadie.
-PSSS... Eros- llamó una voz susurrante.
Aquella voz venía de la ventana que se situaba a mi izquierda, así que miré hacia la izquierda, pero seguí sin ver nada ni a nadie.
-Hola-
-¡AHHH!-
-SHHHH Calla-
Ana estaba colgada del techo de mi casa, apareció repentinamente y grité a más no poder, al parecer esa noche solo me llevaba sustos, ella estaba en el techo observando el cielo, no sabía como había llegado hasta allí pero ahí estaba.
-Nos vemos abajo en cinco minutos-
Después de decir aquello desapareció de mi vista e hice lo que ella me pidió, abrí la puerta de mi habitación, pero esta vez no la cerré para hacer el mínimo ruido posible, pero antes de bajar las escaleras por tercera vez aquella noche fui a la habitación de Rod para asegurarme que estaba totalmente dormido, y efectivamente, estaba totalmente dormido junto a sus auriculares y su walkman, así que decidí a retomar lo que estaba haciendo, baje las escaleras de casa lo más lentamente posible para no hacer ruido, hasta que por fin llegue al salón, allí pude encontrar mis zapatillas que seguidamente calce para poder salir al la calle, recorrí el pasillo que llevaba al recibidor y cuidadosamente abrí la puerta salí por ella, pero estaba tan concentrado que de repente sentí la mano de Ana y di un salto del susto.
-¡PUEDES PARAR!- grité susurrando.
-Eres tú que eres muy miedica, va cierra -
La obedecí y cerré la puerta con suavidad.
-Va sígueme -
-¿A dónde vamos?-
-Es una sorpresa-
-No me gustan las sorpresas-
Después de decir aquello ella me ignoro y me agarró de la mano para a continuación llevarme por las calles de aquella ciudad, ninguno sabía hacia donde iba, pero yo estaba experimentando una felicidad especial, una felicidad que hacía que mi pulso se elevase igual que el bombeo de mi corazón, pero aquella experiencia me encantaba, ella giró la vista hacia atrás, fue el mejor contacto visual que tuve en toda mi vida.
-¿Y a ti que te gusta hacer?-
-Pues no lo sé...-
-Venga ya, algo te gustará hacer-
-Bueno... Me gusta escuchar música, y ver la televisión y no sé-
-¿Qué música escuchas?- dijo acelerando cada vez el paso.
-Deep Purple, Led Zeppelin, un poco de todo-
-¿Así que te gusta lo cañero no?-
Ella me soltó y empezó a correr como una posesa.
-¡OYE PORQUE CORRES!- grité parándome en seco.
-¡¿NO TE GUSTABA LO CAÑERO?!, ¡DALE CAÑA!-
Seguidamente, al escuchar aquello una sonrisa apareció en mi cara como nunca lo había hecho, al ver que ella estaba corriendo, yo me prepare para alcanzarla lo más rápido posible, así que mis pies empezaron a correr como nunca lo habían hecho, podía notar como mi pulso se aceleraba igual que mi respiración y mi corazón, mi frente empezó a sudar pequeñas gotas de sudor hasta que por fin pude alcanzarla.
-¡¿OYE A DONDE VAS?!- preguntó mentiras me veía adelantándola.
-¡DANDO CAÑA!, ¡¿NO LO VES?!-
Ella se paró en seco y también empezó a reír.
-¡OYE ESPERAME!- dijo entre carcajadas y recogiendo el mayor aire que ella podía.
Empezamos a correr por todas las calles de la ciudad, pasamos por la panadería donde mi padre compra el pan cada mañana, corrimos por las calles más grandes y más estrechas, muchos vecinos se asomaban por las ventanas al ver el escándalo que estaban formando y muchos otros nos gritaban para que bajáramos el volumen, pero nuestros corazones y nuestra mente no podían parar, allí estábamos gritando y corriendo por las calles, a grito pelado junto a carcajadas pero intentando recoger el mayor aire posible. Cuando corríamos por todos lados me fije en un parque donde se encontraba en un extremo de una gran plaza, donde que también se situaban varios bares al lado de otros, decidí correr hacia el parque y subir hacía el tobogán plateado que se situaba allí.
-¡OH, VENGA! ¡¿QUÉ HACES TONTITO?! -
-¡OYE SIN INSULTAR!- expresé bromeando.
-¡LO SIENTO FINOLIS!- respondió burlándose.
-¡OYE!- Me quejé.
-¡¿QUÉ ESTÁS HACIENDO?! -
-¡¿NO LO VES?! ¡DIVIRTIÉNDOME! - solté subiendo las escaleras de tobogán.
-¡OYE ESPERAME!-Dijo riendo.
-¡VENGA LENTA, ESTOY A PUNTO DE BAJAR! - Dije en tono burlón.
-¡OYE, NO ESPERAME, OYE!-
Al fin llegué a la cima de aquel tobogán y me senté para estar casi a punto de tirarme por él.
-¡NO, SI, NO VIENES PRONTO ME TIRARE POR ÉL! - En tono burlón.
-¡NI SE TE OCURRA EROS! -
-¡ME TIRARE EN, 3...2...1...!- cada vez empujándome más cerca de la pendiente del tobogán
-¡NOOO! -
Me tiré por el tobogán mientras Ana intentaba subir las escaleras del tobogán para tener posibilidad de cogerme y tirarse conmigo, pero al parecer no lo consiguió.
-¡OYE!-
-¡A VER SI CONSIGUES COGERME! -
Ella automáticamente de llegar hacia arriba del tobogán se deslizó por él con impulso para después aterrizar de una salto.
-¡VENGA LENTA, NO ME PILLAS! -
-¡YA VEREMOS QUIÉN ES EL LENTO! -
Ella empezó a correr de nuevo, pero esta vez mucho más rápido que antes, se acercaba a mí a una velocidad vertiginosa hasta que consiguió adelantarme.
-¡¿QUÉ TAL POR AHÍ ATRÁS?! - Dijo ella con un tono muy burlesco.
Al ver que ella me había adelantado eso no podía quedar así, así que mis piernas empezaron a acelerar todavía más, jamás había corrido tan rápido, mi pulso se aceleraba todavía más de lo que estaba, pero al final conseguí adelantarla de nuevo.
-¡NO ESTÁ MAL PARA SER TÚ!- dije vacilándola.
Corrí a más no poder, corrimos por todas las calles hasta por las más oscuras hasta llegar al campo de cultivos de la ciudad, en ella solo se encontraba la tierra arada, pero sin ningún tipo de plantación, por qué en verano jamás plantaban, en cuanto pude hacer contacto visual con aquel campo, me dirigí directo hacia él.
-¡¿OYE A DÓNDE VAS?!- Dijo mientras corría detrás mío
-¡ES UNA SORPRESA!-
Corrí por el camino el cual llegaba hacia el campo, aquel camino era muy frondoso, lleno de cañas, árboles, trigo no cosechado, y todo tipo de flores, ese lugar era totalmente oscuro por la noche ,ya que no había ni una sola farola y ni una fuente de luz, lo único que alumbraba aquel lugar era la luna llena la cual resplandecía en aquel cielo lleno de estelas mágicas de luz, conseguí despistarla y esconderme entre la fauna de la naturaleza.
-¡¿EROS?!- llamó finalizando sus carcajadas.
-¡¿EROS ESTÁS AHÍ?!- preguntó de nuevo.
A ella se le comenzaba a ver asustada por qué se encontraba sola en aquel sitio y completamente a oscuras, y con un millón de sonidos a su alrededor, yo intente moverme entre todas aquellas cañas, pero al final pise un palo que rompí al instante, Ana se giró en dirección de aquel sonido que había provocado yo.
-¿Eros?, sé que estás ahí-
Así que yo la rodeé entre toda aquella arboleda de cañas y trigo hasta llegar a su espalda, ella hecho un vistazo donde yo me encontraba antes, de pronto salgo de detrás de su espalda poniéndole una mano encima del hombro.
-¡AHHH!-
-¡TRANQUILA , TRANQUILA!- Dije entre carcajadas.
-¡ERES IMBÉCIL, NO HA TENIDO GRACIA!- Dijo molesta.
-¡PORQUE NO TE HAS VISTO LA CARA!- respodí sin parar de reír.
-¡DE VERDAD QUE TONTO QUE ERES!-
-Anda va sígueme, y no te pierdas anda-
-Esta vez no me voy a perder ¿Sabes por qué?-
-¿Por qué?-
-Porque me vas a llevar tú- dijo subiéndose a mis hombros.
-¡OYE NOOO!- grité entre quejidos y carcajadas.
-¡CLARO QUE SI!- Dijo entre quejidos de esfuerzos.
-¡OYE QUE NO!- Me quejé.
Al final terminé cediendo y la dejé que le llevará a caballito, recorrimos todo el camino hasta una cueva en la que nos adentramos en ella.
-¡ECO...ECO...ECO!- grité provocando un infinito eco.
-¡CÁLLATE!- Dijo ella dándome un golpe con sus pies hacia mi cadera.
-¡OYE NO ME PEGUES!-
-¡PUES CALLATE!-
-¡CÁLLAME TU MIEDICA!-
-¡JA! ¡¿Y LO DICES TÚ?!- comentó mirándome el pelo.
Al fin llegamos al final de la cueva y llegamos a la otra parte de aquel extenso campo, vi el viejo árbol, aquel árbol llevaba ahí demasiados años, jamás le ha ocurrido absolutamente, los ciudadanos de la ciudad lo consideran como el árbol mágico.
-¡OYE A VER SI ADELGAZAMOS QUE PESAS MUCHO EEE!-
-¡CÁLLATE MANGUIS!- Dándome un golpe en la cabeza.
-No puedo más contigo eee creo que me voy a desmayar- dije vacilando.
-¡NO EEE!-
-Me voy a desmayar, ay, ay que me desmayo!- dije cayéndome hacia el suelo.
Al final terminé cayéndome al suelo e hice que ella diese vueltas por el campo arado.
-¡AYYY, MIRA COMO ME HAS PUESTO!-
-Perdóneme doña finolis-
-AYYY ¡CÁLLATE!- Dijo dándome un puñetazo en el brazo.
A continuación los dos nos quedamos boca arriba mirando todo aquel cielo que era el único foco de luz que había en aquel largo campo, era totalmente hermoso, podía ver cada una de las constelaciones junto a la luna llena que hoy sé lucia en el gran cielo, noté como Ana empezaba a temblar por el frío.
-¿Tienes frío?-
-Un poco-
-Si quieres volvemos a casa-
-¡No, No, no pasa nada!-
-Bueno-
Me puse cómodo poniendo mis manos detrás de mi cabeza y de mi cabello, cerré los ojos y por primera vez sentí mucha paz, nada ni nadie podría arruinar aquel momento, sentía como la brisa daba en mi cara, mientras todos los grillos del campo cantaban sin ton ni son, pero de repente sentí como algo rodeaba mi abdomen y a la vez se posaba en él, abrí los ojos y vi a Ana abrazada a mí, en ese momento note como mi cara subía de temperatura hasta conseguir un rojo tomate, el corazón bombeaba más rápido de lo normal.
-Tranquilo- me dijo poniéndose cómoda en mí y con los ojos cerrados.
-...- En aquel momento me quedé sin palabras de la que soltar por mi boca.
-Solo tú y yo- anunció antes de quedarse dormida en mi.
Mire de nuevo al cielo y de nuevo cerré los ojos e intente tranquilizarme, pero antes de quedarme dormido visualicé por última vez la luna llena y me quedé dormido al instante.
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Con Amor, Adiós
Teen FictionEros conoce a su nueva vecina la cuál ha estado en mil ciudades diferentes de todo el país, Eros se enamora perdidamente de ella a niveles de hacer cualquier tontería por ella.