Bajé de ese árbol y recorrí todo el bosque en busca de Ana, en busca de la casa, mientras corría podía ver las huellas que había dejado Ana, corrí corrí y corrí hasta poder ver la casa junto al lago, corrí lo más rápido posible, subí los tres pequeños escalones y abrí la puerta, pero al abrir la puerta como no me encontré a Rod.
-Eeeee, ¿Dónde vas tan rápido?-Pregunto con un sándwich en la mano.
-No te importa joder apártate- dije esquivándole
-No tan rápido, ¿Qué pasa?- volvió a preguntarme
-¡QUE TE APARTES JODER, QUITATE Y VETE A LA MIERDA DE UNA VEZ !- Grite enfadado.
Después de aquel grito hacia mi hermano conseguí quitármelo de encima y subir las escaleras a toda leche, estaba muy furioso, pero no por Rod, sino porque no paraba de cagarla, primero la cague con Ana y ahora la cagué con mi hermano, no quería decirle aquello, pero los nervios y la rabia y la incertidumbre de aquel momento superaron mis casillas, no aguantaba más esa tensión que sentía en ese momento, por eso intentaba arreglar las cosas, pero primero lo necesitaba arreglar con Ana, corrí por todo el pasillo hasta llegar a su habitación, me encontré la puerta de la habitación abierta si nadie dentro, entré y di un par de vueltas por la habitación, por producto de la desesperación así que me senté en la cama de Ana, preocupado con un nudo en el pecho y con una presión en el pecho que jamás había sentido, sentía como si todo se me viniera abajo, la sonrisa de Ana aparecía por mi mente como un destello de luz en mitad de la noche y eso no arreglaba para nada mi situación, junté mis rodillas con mi cabeza y empecé a llorar en completo silenció, ya había hecho bastante ruido hasta que por un momento deje que el silencio se apoderara de esa habitación, y gracias a aquello pude escuchar los sollozos de alguien, aquellos sollozos venían de la ventana así que me levanté de la cama y me dirigí hacia la ventana donde después me asomaría por ella.
Aquellos sollozos provenían del tejado así que saque mi cuerpo por la ventana para subirme hacia el tejado, me costó subir, pero al fin pude subir, mientras me secaba el sudor que desprendía mi frente por culpa del esfuerzo hecho para subir a ese tejado, me encontré a Ana sentada en la otra punta del tejado, sacando los pies por la cornisa del tejado, estaba viendo como lloraba, en aquel momento me sentía fatal, era un completo imbécil, ella no se merecía nada de esto, ella estaba llorando por mi culpa, y esa culpa me comía por dentro y no podía soportarlo, es como si me estuvieran matando por dentro lentamente, muy lentamente.
Me acerqué y me senté a su lado.
-Oye Ana.... Yo... yo no quería-
-No hace falta que digas nada- dijo interrumpiéndome
-joder no quería gritarte en serio, solo que joder me gustas mucho, me gustas muchísimo, y joder estoy confundido porque no sé si somos algo o no sé lo que somos-
-Eros, tú también me gustas mucho en serio, eres un chico maravilloso y no eres como los demás, jamás me ha mirado alguien como lo haces tú, en muy poco tiempo has conseguido que sienta cosas que jamás había sentido por alguien, y joder ya sé que no lo he hecho bien, pero quería que todo fuese especial, pero mi entorno no ha sido bastante fácil, siempre se me han acercado a mí por el interés, porque mi familia tiene dinero, nunca me han querido por como soy y a nadie le ha interesado como me siento en realidad-
-¿Qué me estás diciendo que me he enamorado de ti por interés?, ¿Qué me he interesado por ti por el dinero de tu familia?, joder lo que me faltaba por escuchar, a mí nadie me ha querido nadie, siempre he sido el imaginado que se sienta a final de clase con su libreta y a final solo escribe chorradas el típico que se pasa los patios solo, sentado en las gradas deseando que todo eso acabe pronto, jamás me ha interesado nadie por su dinero, yo no quiero dinero en mi vida no me quiero aprovechar de ti no quiero que me regales nada solo quiero estar contigo joder sea donde sea y como sea joder-
-Eros no estoy diciendo que te hayas acercado a mí por interés solo digo que no estoy acostumbrada a este tipo de tratos, y no estoy preparada para algo y ya está-
-Pues el otro día en la cocina no lo parecía-
Después de decir aquello me largue de ahí dejando a Ana sola observando el cielo.
Entre por la ventana de nuevo y fui hacia mi habitación, cerré la puerta y me tire a la cama, agarre la almohada hundí mi cara sobre ella y empecé a gritar como jamás lo había hecho, sentía tanta impotencia en mi cuerpo tanta rabia, pero a la vez tanta tristeza y el sentimiento de derrota, y después del ruido llega el silencio, después de gritar me puse a llorar encima de la almohada hasta quedarme sin energía y quedarme dormido entre lágrimas, a veces pienso que hay días en los que no despertarse, hay días en los que no vale la pena levantarse de la cama, sino seguir soñando con sueños que parecen totalmente inalcanzables.
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Con Amor, Adiós
Teen FictionEros conoce a su nueva vecina la cuál ha estado en mil ciudades diferentes de todo el país, Eros se enamora perdidamente de ella a niveles de hacer cualquier tontería por ella.