Capítulo 11, para ti y por ti. parte 1

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El primer paso fueron juntar nuestros meniques, pero yo pronto separé mis meniques para después poner mi mano encima de la suya, sentía como nuestros latidos se aceleraban todavía más.

Nuestros pies empezaron a patalear como si estuviéramos nadando, y una pregunta se me escapó de la boca.

-Oye, ¿Cómo era tu hermano?-

Cuando Ana escuchó aquello separó mi mano de la suya, para juntar sus manos entre medio de sus muslos.

-¿A qué viene esa pregunta?- dijo confundida

-No lo sé, solo simple curiosidad, pero si quieres hablamos de otra cosa sí... Si no te sientes a gusto- dije de la mejor manera que pude

-Pues... pues él era y bueno sigue siendo la mejor persona que puede tener a mi lado, podría decir que fue el hombre de mi vida- dijo levantando la vista hacia el lago.

-¿Cómo era físicamente?-

-Pues físicamente... físicamente era muy alto, todavía recuerdo que para poder hablar con él necesitaba alzar la vista hacia arriba para mirarle a los ojos- dijo entre pequeñas carcajadas- también era muy guapo la verdad, ligaba con todo el mundo, y la verdad me encantaba su sonrisa era lo mejor que tenía-

-Ahora lo entiendo todo, a ti te gustaba tu hermano, haber empezado por ahí-

-!NOOOO!- Dijo entre carcajadas-Solo es que le echo de menos...me trataba muy bien, sabes, nosotros dos dormíamos en literas, yo en la de arriba y él en la de abajo, y siempre que me sentía mal, o estaba triste él apoyaba su cara encima del mi colchón y me intentaba animar y siempre lo conseguía, me hacía reír como nadie, sobre todo con sus chistes malísimos y anécdotas, había un chiste malísimo que era así, van dos ciegos y uno le dice al otro, ojalá lloviera, y el otro dijo ojalá yo también- dijo entre carcajadas

-Wow es realmente malo- dije con las mismas carcajadas que Ana

-había tenido mucha suerte, era el mejor hermano que pude tener- dijo cortando las carcajadas de golpe.

-Si la verdad- dije escondiendo mis labios dentro de mi boca

-Cuando le detectaron el cáncer, todo mi mundo se paró, para mí todos los relojes del universo se pararon, mis padres me lo dijeron justo cuando estaba... estaba en el salón dibujando con mis auriculares puestos, al escuchar la noticia el lápiz de color se cayó rotundamente al suelo y mi cuerpo de quedo completamente inmóvil, lo único que era capaz mi cuerpo en aquel momento era de expulsar lágrimas de mis ojos sin necesidad de parpadear, hasta que después de unos segundos mi cuerpo reaccionó y se fue corriendo hacia mi habitación cerré de un portazo y me senté a una esquina a llorar, mi mundo tenía fecha de caducidad, mi mundo ya tenía fecha para su extinción.

-Joder- solté

Después de la última palabra que dijo, las lágrimas volvieron a caer sobre sus mejillas.

-Al ... Al día siguiente fuimos a visitarlo al hospital donde hacía quimioterapia, al principio se le veía perfectamente feliz, con un nuevo look, ya sabes, pero todo eso fue a peor, veía como se iba deteriorando por momentos, hasta el día que su muerte... Antes de morir recuerdo que me dijo

-Oye... van dos ciegos y le dice el uno al otro... oye ojalá lloviera...-dijo mientras tose e intentaba respirar

-Ojalá yo también- Dijo Ana acabando el chiste

Al acabar el chiste él sonrió y Ana también, hasta que la sonrisa de él se esfumó convirtiéndose en un simple recuerdo de una persona sin vida.

Al acabar con aquella historia, Ana se puso a llorar sin freno alguno.

-Ana, no hombre- dije poniéndole una mano en el hombro

-No se lo merecía Eros, No se lo merecía- dijo entre llantos y suspiros mientras abrazaba a mi

A abrazarla pude sentir su dolor, pude sentir un dolor como en el pecho que me provocaba llorar como ella.

- Ana... Seguro que está bien este donde esté... todo saldrá bien, ya lo verás-

Ana se quedó llorando un rato más abrazado a mí.

-¿Cuál era su nombre?-dije interesado

-Su nombre era... era Marc- dijo dejándome de abrazar y secándose sus lágrimas de la cara

-Tenía un bonito nombre- dije recuperándome de nuevo de aquel momento.

-Si- dijo, volviendo a sentarse como antes y juntando sus pulgares en sus muslos.

-Oye... Ana, ya sé que... que esto para ti no es fácil y eso... y pues... pues quería que supieras que yo estoy aquí para apoyarte, si algún día me necesitas... quiero que sepa que estaré aquí para ti, las 24 horas del día, los 365 días del año para ti y por ti- dije

-Muchas... Muchas gracias Eros-

Después de decirme gracias, se recogió su bello pelo pelirrojo por detrás de su oreja, dejándome ver de perfil sus hermosas y únicas pecas.

-Oye, en realidad eres muy mono, me encantas- dijo sin venir a cuento

-Gra... Gra... Gracias, tú... tú también me encantas-dije totalmente avergonzado y mordiéndome el labio inferior.

Aquel momento en el lago fue uno de los mejores en mi vida, he podido conocer más al amor de mi vida, a la chica de mis sueños, he podido ver todo el sufrimiento que ha pasado, el dolor que sufría por dentro, era un momento frágil y mágico, era la primera vez que Ana se abría tanto a hacia mí, por un momento he podido tocar su corazón y eso no tiene ningún precio, y aquel momento no lo hubiera cambiado por nada del universo.

-Y bueno, cuéntame sobre ti Eros-

Con Amor, AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora