Capítulo 5, Across the universe

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Allí me encontraba yo, sentado en aquel todo cúmulo de personas, mi familia y la de Ana, me encontraba sentado junto a ella, comiendo un trozo del bizcocho que ha cocinado mi madre durante toda la madrugada, a mi derecha había un baso lleno de zumo de naranja, las naranjas que se utilizaron para crear aquel zumo eran totalmente ecológicas así que significaba que eran más caras que las normales, pude notar como a la familia de Ana no le faltaba el oro y los diamantes, en cuanto a la mía llegábamos a final de mes y con suerte.


Ana cogió un trozo del delicioso bizcocho de mi madre para llevárselo a la boca, al dar su primer mordisco al trozo de bizcocho pude ver como un trozo minúsculo del bizcocho se perdía por las profundidades de debajo de la mesa del comedor, Ana se había manchado la parte este de sus labios, en aquel momento hubiera deseado limpiar aquella mancha con mis propios labios, pero resultaba imposible porque estaba toda nuestras familias juntas, aunque cada uno hablaba de un tema diferente y con personas diferentes, nadie nos estaba prestando atención, pero preferí no hacerlo por si las moscas, cogí la servilleta roja que había encima de la mesa y con delicadeza le limpie aquella parte de sus labios, estaba muy concentrado en limpiarle los labios, podía sentir como Ana clavaba mí mirada en mi y en mis ojos marrones junto a mis labios, acabe de limpiar sus labios y volví a dejar la servilleta en la mesa, después de dejarla en la mesa todavía pude notar como Ana me seguía mirando así que giré mi cabeza hacia ella, pero ella rápidamente la volvió hacia adelante, mirando el trozo de bizcocho que había cogido, solté una sonrisa y me acerqué al oído de Ana y susurré.


-Después soy yo el que mira como si quisiera desvestir a alguien-


Ana después de escuchar mi susurro noté como su cara empezaba a coger un color rojizo, ella automáticamente volvió a pegar un mordisco al bizcocho y cuando acabo de masticar aquel trozo esta vez ella se acercó a la oreja de Eros.


-Me debes uno- dijo ella susurrándome al oído.


Al principio sinceramente no se a que se refería, pero segundos después pensando llegue a una conclusión y por fin supe de lo que hablaba, hablaba de aquel momento en la cocina de mi casa que había ocurrido aquella misma mañana, al percatarme de eso mi cara se tiñó de nuevo de color rojo a la vez que su temperatura subía, durante todo el resto del desayuno no nos dirigimos más la palabra, nos quedamos escuchando las conversaciones que tenían los demás en la mesa, hasta que el padre de Ana, Marcos, se hizo por un momento el protagonista del desayuno.


- Oye, oye, oye, ¿Por qué no venís este fin de semana a nuestra casa del lago?- dijo amablemente.


- ¿Tienes una casa en el lago?, que cabrón- dijo en modo cachondeo y riéndose con Marcos.


- Si, al parecer, sois encantadores y os tengo que compensar por el maravilloso y delicioso desayuno que nos ha preparado tu chef, que suerte tienes en casa eee macho JAJAJ- Dijo refiriéndose a mi padre.


- Por nosotros encantados - Dijo mi padre 


- Pues nada nos vemos el fin de semana - dijo riéndose y dándole palmadas en el hombro a mi padre.


Al escuchar esa noticia tan celestial mis ojos se abrieron como platos y mi sonrisa se manifestó de nuevo para mostrar mi felicidad por aquella noticia, Ana hecho un vistazo rápido a mi sonrisa y segundos después ella también estaba sonriendo, pero por desgracia llego el fin de aquel desayuno tan excelente , creo que aquella fue la mejor mañana de toda mi vida, todos empezamos a abandonar el comedor todos íbamos detrás de todos hasta llegar a la puerta principal por la que tiempo después todos salimos para abandonar aquella casa.


Todos nos dijimos a volver a casa para hacer nuestras vidas como siempre hacíamos, pero en cuanto cerré la puerta de mi casa no podía parar de pensar en los planes que podría hacer allí, en la casa del lago de Ana, todos aquellos planes tenían algo en común y era que en todos estaba Ana, estaba como ansioso por ir con ella allí sentía que era mi oportunidad idónea para estar con ella y con nadie más, uno de mis sueños estaba apunto de cumplirse y era pasar un día entero con ella y al fin se iba a cumplir como tanto deseé.


Después de fantasear durante minutos desde la puerta de mi casa, abandoné el recibidor para irme hacia mi habitación, allí sí que podía fantasear mejor, no sé que tenía mi habitación que siempre me hace soñar, al tumbarme en la cama y mirar hacia el techo hace que me teletransporte a las nubes donde hay tranquilidad , paz, y armonía, ese era mi mundo, ese es mi mundo, y nada va a cambiar mi mundo.


~Nothing's gonna change my world~

-Across the universe, Paul Mcartney & John Lennon

Con Amor, AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora