Capítulo 13, Otra noche más en el frío

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Ana se fue de la habitación para empezar a bajar para llegar al comedor, pero yo me quedé ahí, observando el suelo, notaba como Ana estaba evitándome, cada vez que le quería decir algo importante no le daba importancia, de hecho, no me dejaba ni terminar.

-Oye, tú, empanado, ¿bajas?- dijo Rod pasando por el pasillo.

Desconecte mi mirada hacia el suelo para mirarle a él.

-Si, si, ahora bajo-respondí.

-¿Y esa cara?-

-¿Qué cara?- respondí cambiando de rostro.

-Pues ese de parguela-

-Cállate-dije desanimado

-Uy a ti te pasa algo con la pelirroja-

-No la llames así, se llama Ana- respondí sentándome en la cama de su cuarto

-A ver que te pasa con "Ana"- preguntó entrando en la habitación y cerrando la puerta de la habitación.

-Nada, Nada- dije poniéndome las manos en la cara.

-A mí no me jodas hermanito porque algo te pasa, esa cara de pringao' extremo no aparece sola- dijo sentándose al lado mío

-Pues siento que Ana me evita- dije moviendo mis manos a los extremos de mi cara para tener campo visual con el suelo.

-Ay hermanito- dijo quitándose los auriculares del cuello y dejándolos en la cama-¿Por qué piensas eso cuéntame?

-Pues porque cuando intento hablar de sobre lo nuestro, pues me evita-dije con la mirada perdida en el suelo

-¿Y no has pensado porque lo hace?- dijo sacándose la cera de la oreja con el meñique

-Joder Rod, ¿Por qué te piensas que estoy así? Porque no lo sé joder-

- Eh, eh, eh, tranquilizó hermanito- expresó - Tal vez no quiera hablar de eso, ¿No has pensado en eso?-

-ufff, pues no la verdad-

-Joder tío, se supone que tú eres más listo emocionalmente que yo joder- dijo dándole un pequeño golpe en el hombro de Eros.

Después de ese golpe yo seguí en la cama mirando al suelo sin saber lo que hacer, Rod se me quedó mirando un buen rato hasta que soltó.

-Venga vamos a cenar que o si no ya sabes cómo se pone mamá-

-Ve tú, ahora iré yo- le contesté

-No tardes o si no mamá se enfadará-

Rod cogió sus auriculares y se los volvió a poner saliendo de la habitación, al irse dejó la puerta abierta, poco tiempo después salí como hizo Rod y cerré la puerta, hice el mismo recorrido de siempre, pero mucho más desanimado que las otras veces, recorrí sin ganas el pasillo y lo mismo bajando las escaleras, pero en cuanto bajé de las escaleras pude ver a Ana saliendo del comedor y acercándose a mí.

-Oye Eros, te estamos esperando, venga-

-Voy- dije totalmente desanimado y nervioso

-¿Te pasa algo?-

-No, no, no me pasa nada- dije pasando delante de ella y entrando en el comedor

Ana se me quedó mirando mientras entraba en el comedor, estaba totalmente desconcertada, y sin saber cómo reaccionar o lo que hacer.

Al entrar en el comedor me dirigí al mismo sitio que este medio día, Ana tiempo después volvió a entrar en el comedor con cara contenta, y se sentó delante de mí como lo había hecho siempre, aquella noche para cenar había sopa de fideos, y de segundo canelones, todo hecho por mi madre y por la madre de Ana, Ainhoa, pero aquella noche no me sentía con mucha hambre comí muy poca sopa, y solo me comí un canelón, mientras comía Ana no podía parar de mirarme, su cara a lo largo de la cena cambió radicalmente, al final de la cena su cara parecía preocupada.

Con Amor, AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora