LAGUNA AZUL (Ragoney)

34. Cielo y Tierra

Antes de nada me he tomado la licencia de cambiar partes de la canción para que cuadre al 100% jej espero que no os importe JAJAJAJAJAJAJA 💜💛

Volver a la rutina se les hace raro. Agoney debe repetirse mentalmente demasiadas veces que no puede coger de la mano a Raoul durante el trayecto hacia el estudio. El guitarrista, por su parte, debe recordar que en estas últimas horas han vuelto al mundo real y que no puede besar al moreno cuando se le antoje, mucho menos si se encuentran en mitad de la calle como es el caso.

Es por ello que, además de palabras, los dos chicos solo comparten un par de miradas y sonrisas no demasiado reveladoras. Saben que después del escándalo en la entrevista de Aitana van a estar más pendientes de ellos que nunca, y eso implica mantener la compostura en todos los sentidos de la palabra.

Sus labios solo se rozan ligeramente una vez se encuentran resguardados de cualquier mirada cotilla dentro del estudio de fotografía.

—Ya echaba de menos vuestra pegajosidad —ironiza Ariel dándole un beso en la mejilla a cada uno.

—Eres imbécil —protesta el insular, acentuando aún más su seseo debido a la vergüenza ocasionada por el comentario de su amiga.

—Oye, ¿cómo es que os fuisteis tan pronto de la fiesta de Aitana? —Interviene Roi con auténtica curiosidad—. Os perdisteis lo mejor, luego vinieron unos compañeros de Miguel y él con nosotros.

—No era muy de nuestro rollo —carraspea Raoul queriendo restarle importancia, pues sabe que el batería sigue sin sentirse del todo cómodo con el tema.

—¿Que una fiesta no era muy de tu rollo? —Alza una ceja escéptico el cantante—. ¿Quién eres y qué has hecho con mi mejor amigo?

—Lo que pasó es que un tío en los baños aprovechó para ofrecerme coca y llamarme marica, entre otras cosas, por rechazarla —explica Agoney sintiendo como los latidos de su corazón se agolpan en sus oídos—. Después de todo lo que se está diciendo de mí últimamente, no me apetecía una mierda continuar en ese tipo de ambiente. Se lo conté a Raoul y, como es la mejor persona del mundo, accedió a joderse por mí. No hay más, tampoco me apetece demasiado hablar de ello.

—Yo no me jodí nada, mi a... Ago —corrige el catalán, sonrojándose ante la nada sutil carcajada de Ariel.

El tinerfeño se limita a agradecer el gesto y las palabras del contrario con un beso de lo más tierno en la frente contraria. Inmediatamente después, la pareja decide juntarse con el resto del grupo, dejando a la chica y al gallego compartiendo una mirada vacilante entre el desconcierto y la ilusión.

No saben qué les habrá pasado a esos dos en el tiempo de descanso que se ha tomado la banda antes de reanudar el ritmo de trabajo, pero les ha sentado de lujo y ni Roi ni Ariel pueden estar más contentos por ellos.

La mañana pasa relativamente rápido entre fotos grupales, fotos individuales y fotos a los instrumentos. Una vez pierden la vergüenza inicial, se vuelve pan comido hacer el payaso frente a la cámara, pues el arte del disco sigue la línea de la imagen del grupo en general: la espontaneidad y naturalidad.

Una vez han elegido, en consenso con Miriam, aquellas imágenes que creen que pueden quedar mejor acorde con el disco, todos los integrantes de Laguna Azul comen juntos en el piso que comparten Luis y Roi para planificar al detalle la agenda de los próximos días.

La gira junto a Aitana está más cerca de lo que pueden asimilar.

—Muy bien, chicos, como sabéis el primer concierto coincide con la salida del disco —recuerda la mánager del grupo—. Nuestro objetivo para éste es simplemente utilizarlo como altavoz. Vais a presentar el álbum delante de un público de la magnitud de Aitana, es una oportunidad increíble para que os conozcan y daros promo. Así que necesito que estéis a tope y deis el doscientos por cien, ¿vale?