Capítulo 16: El príncipe niega la corona

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"La felicidad de una persona no se basa en su estirpe o dinero. Es vivir con su persona querida. Si yo no puedo tener eso, renunciaré al nombre de los Andrew para siempre".

Rosemary Andrew


-Lakewood, agosto 15 de 1912-

Aquella mañana, las hermanas Britter caminaban por la vereda en dirección a la Mansión de las Rosas. Los hermanos Crowell las habían invitado para recibir a su madre, Lina Crowell, que había avisado semana atrás de su abrupta visita.

— Muy clásico de mamá darnos este tipo de sorpresas. La esperábamos hasta octubre por mi cumpleaños. Pero así es ella, uno nunca sabe qué hará.

Esas habían sido las palabras de Archie, mientras leía con una sonrisa divertida la carta de su madre, hasta que de pronto su expresión cambió a una de cierta sorpresa e intriga. Stear, picado por la curiosidad de lo que pudo haber dicho su madre que causara esa expresión en su hermano, le quito la carta para leerla el mismo.

— ¡Vaya! Mamá nos ha pedido que las invitemos a tomar un té el día de su llegada. Quiere conocerlas en cuanto ella ponga un pie en Lakewood, y espera que acepten su pedido.

Ambas hermanas sentían un gran deseo por conocer, o en el caso de Anne, de volver a ver a la señora Crowell, por lo que aceptaron de inmediato.

— Candy, la verdad es que apenas y recuerdo el rostro de la señora Crowell. En aquel entonces no tenía idea de que tan importante era, y estaba tan encandilada con Archie que ni siquiera recuerdo haber conocido a Stear.

Candy soltó una risa por lo último dicho por Anne.

— Pobre Stear. Pero me alegra que por fin podamos conocer a la madre de los Crowell. Ellos hablan a menudo de ella, se nota que la extrañan mientras ella está viajando.

— Si. Debe ser difícil para ellos, ser separados desde tan pequeños de sus padres. Aún así, en todo el tiempo que llevamos de conocerlos, nunca se han quejado al respecto. Ni de eso, ni de la dureza con la que los hacen trabajar y relacionarse por ordenes de la señora Elroy. ¡Que señora! Es una pena que se haya llevado a Anthony con ella a ese viaje. Anthony es demasiado joven como para que demande tanto de él. ¡Pobre! Posiblemente no lo veamos hoy.

Candy soltó un suspiro al recordar al joven. Sonrió para sí cuando recordó como hacia tan solo una semana atrás se había reído tanto al verlo actuar torpe y asustado, tan impropio en él, al intentar aprender a trepar un árbol. Le agradaba que entonces, Anthony pareciera relajarse y sonreír con autentica alegría. Lo extrañaría mucho en todo el día.

Cuando escuchó toser a Anne con burla, supo que había sido demasiado transparente y cambió de actitud. No estaba lista para hablar al respecto de sus sentimientos. Miró entonces hacia adelante y sonrió al ver de lejos a los Crowell, que las esperaban en la entrada. Anne fue la primero en saludar.

— Buen día, Archie, Stear. Esperamos haber llegado a tiempo.

Claro que sí. Gracias por la puntualidad. El carruaje de mamá se retrasó un poco, así que todavía queda tiempo.

Archie las invitó a pasar a una mesa que habían acomodado en el jardín para tomar el té. La mesa y el lugar habían sido bellamente preparados, haciendo obvio que aquella sencilla merienda había sido preparada para alguien especial. Candy le hizo saber a Archie lo que pensaba. El chico entonces sonrió con calidez.

— Me alegra y me alivia que lo hayas mencionado. La verdad es que apenas y tuvimos el tiempo para prepararnos para recibirla, así que me preocupe al pensar que no tendríamos nada. Pero nos las arreglamos. Es más, antes de irse, Anthony dejó arreglado el jardín y ordenó donde debía ser puesta la mesa. Stear se encargó de la comida y yo de lo demás. Fue muy difícil conseguir el té favorito de mamá, pero pude hacerlo traer justo hace unas horas.

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⏰ Última actualización: Mar 23, 2022 ⏰

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La hija de los Britter (Candy White por siempre I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora