𝒞𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁𝑜 2;

1.2K 94 3
                                    

𝒥𝑒𝑜𝓃 𝒥𝓊𝓃𝑔𝓀𝑜𝑜𝓀

Detestaba unas cuantas cosas en mi vida, algunas eran personas, otras situaciones de irresponsabilidad y la última que se había agregado a mi lista. Trabajadores incompetentes.

Mientras planeaba la apertura de mi nueva atracción hotelera, y a pesar de que había ido contracorriente, porque era un tanto difícil hacer que un hotel de prestigio se mantuviera como tal después de agregar un casino, logré hacer que funcionara y ahora todos estaban a la espera de la apertura.

En unos días pondría el listón hotelero aún más alto y si mi nombre ya tenía prestigio, después de esa noche tendría más. Para otros hoteles era difícil alcanzar este rango de importancia o relevancia en el medio, porque todos tenían lo mismo. Los mismos hoteles cinco estrellas con jacuzzi y un área de tenis en el techo, las mismas atracciones todos los días, y dado que la mayoría eran malditamente clasistas, su mercado se venía a pique cuando intentaban innovar un poco.

No me interesaba si quien hacía reservaciones era un plebeyo, o un trabajador de fábrica, para mi no tenía diferencia con uno de la realeza, no me importaba. Yo solo quería que todos disfrutaran mi ambición por los hoteles y por la comida gourmet. Eso era lo que me hacía diferente del resto.

Me había esforzado tanto en mis años de universidad, trabajaba siempre hasta caer rendido en la mesa que compartía con papá, aprendí tanto como pude y aproveché cada vacación familiar para fisgonear en hoteles extranjeros, para saber qué hacer y qué no. Aprendí todo tan bien que en la vuelta de un año mi nombre estaba en forbes y apenas me habia licenciado.

El éxito no era sólo mío, tenía muchas personas a mi lado que de alguna manera habían aportado a todo esto, papá por ejemplo. Él confió en mi desde el momento cero y me encaminó en el negocio para que cuando él pudiera jubilarse todo quedara en buenas manos, y hasta el momento no he errado al blanco. No planeaba hacerlo, el listón y todo el reconocimiento siempre sería mío.

Habían días mejores que otros y hoy era la prueba de que podías ser un hombre multimillonario y aún así estar rodeado de incompetentes. Casi me da un infarto cuando revisé las notas de la diseñadora de interiores, tenía un poco de todo metidos en un espacio para el que claramente pedí  "todo homogéneo".

Mi éxito no era solo en Seúl, no me limitaba a ser local, siempre he sido ambicioso y dado que gano todo el tiempo, mis alas y ganas de comerme al mundo, no se van. Con varios hoteles en el extranjero me di cuenta que dejaba por fuera una de las mejores islas de Corea. Jeju. Era un paraíso tropical con el mejor clima y la mejor playa, entonces no podía obviarlo. El hotel iba a estar listo en unos cuantos meses y dado que solo hacían falta pinceladas podía respirar tranquilo, claro que todo sería más fácil si se respetara lo que había pedido a la diseñadora.

No tenia caso seguir viendo imágenes de como iba a quedar el concepto del hotel si todo estaba horrible. Yo no sé de arquitectura menos de diseño, pero en el mundo de los hoteles el "todo" juega un papel muy importante cuando se quieren atraer clientes de todo tipo. Yo no quería un maldito mural cultural repleto de retazos de telas de todo el mundo, pedí un espejo gigante en el que todos pudieran observar como todas las personas del mundo venían a un mismo lugar. Pedí algo holistico, no un saturado visual.

Suspiré cansado del día y de la semana, añorando poder llegar al viernes y ver a la bola de incompetentes que me dijeron alguna vez que esto solo sería un sueño dorado.

𝓛𝓸𝓿𝓮 𝓐𝓯𝓯𝓪𝓲𝓻 |𝒥𝑒𝑜𝓃 𝒥𝓊𝓃𝑔𝓀𝑜𝑜𝓀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora