Capítulo 25

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Ciel

Apenas puedo comprender cómo llegué a mi cama. Estaba tan cansada y lo único que quería era dormir hasta el próximo año.

- No se supone que te quedarías con... ¡Mierda!

Hundí mi cabeza en la almohada, recordando como Alex le aventó casi en la cara el cubo de palomitas a mi hermana cuando me vio entrar torpemente por la puerta principal.

No debían pasar de las 12:30 cuando el chofer de Poe abrió la puerta de mi casa, compadeciéndose, creo. La droga había dejado mi cuerpo hace un par de cuadras detrás y mi puta cabeza empezó a hacer el recuento consciente de todo lo que había pasado. El vaso rojo, el pasillo de la perdición, Edward, Tara y... Poe.

Como quisiera olvidar todo.

Alex casi se lanza al chofer de Poe por respuestas que ni siquiera tenía, de no ser porque Alizee reaccionó y corrió a tomarlo del brazo para dejar explicar a Andrew la situación, mis padres seguramente habrían despertado con el escándalo.

- Lamento mucho las molestias que esto les cause- Andrew extendió su mano para presentarse. - soy el chofer del señor Stiliski, su hijo me ha pedido traer a la señorita a su casa...

Un montón de palabras y no podía entender ni una mierda. Al menos se que por la expresión de mi hermano todo estaba en aparente orden, así sería mientras el chofer permaneciera en el pórtico de la puerta. La oscuridad de la sala era abrumante y el brillo del televisor iluminando la poca habitación casi me hace llorar una vez más. Llegue para interrumpir la mejor parte de End Game.

No me di cuenta cuando la puerta se cerró y pegué un brinco cuando Alex me tomó los hombros. Él me estaba agitando, haciéndome preguntas irrelevantes que no comprendí. Alizée me miraba con shock, sin saber que hacer y cuando bajó su vista al rasgón que enseñaba parte de muslo, me volví un mar de lágrimas.

- L-Lo siento- susurré- n-no quería arruinar el vestido.

- A la mierda el puto vestido Ciel- Mi hermana avento a Alex y me rodeo en un abrazo.

Me inque en el suelo, dejando que mi hermana diera pequeñas palmadas en mi espalda mientras lagrimeaba. Nunca en su vida Alizée me vio tan mal, no se lo permitía y aun así, sin saber que mierda me había pasado, ella estaba ahí, abrazándome, mientras susurraba malos chistes en mi oído para calmarme o hacerme reir. Alex apenas podía entender y su expresión de enojo me asustó, yo nunca lo vi tan enojado y lleno de impotencia.

Me aleje un poco de mi hermana para poder hablar y tome el puño apretado de mi hermano para llamar su atención.

- No vieron Fear Street sin mí, ¿verdad?- apenas y pude hablar.

- Si la vemos sin ti, dime quien va a gritar como bebé cuando Tommy Slater cometa el primer asesinato- Sonríe con dificultad y se agacha entre nosotras, completando el abrazo que no sabía que necesitaba.

Nos quedamos en el piso por más de media hora, a veces llorando, otras riendo y otras en silencio.

Ninguno preguntó, supongo que fue mejor así, al menos por ahora...

Obvio, eso fue hace hace no se cuantos malditos días, porque llevo acostada todo el puto fin de semana en mi cama, enredada entre las molestas sábanas calientes, con tres vasos de agua semi vacíos en el buró y miles de envolturas de chocolate regadas por el suelo de mi habitación. Una muy buena decoración para escenas depresivas debo decir. Hollywood debería contratarme.

El teléfono que mi hermano fue a recoger al día siguiente no para de sonar y no tengo ninguna maldita intención de estirar mi brazo para tomarlo y contestar. El resto del mundo puede irse a la mierda, se lo merecen.

Cuando vas a besarme...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora