Capítulo 26

15 1 0
                                    


Ciel

¿Saben que es lo peor de tener un cuarto repleto de ropa? La frustración.

Estás sentada durante horas, mientras miras con angustia hacia tu armario y perdiste la cuenta de cuántas canciones han pasado por tu bocina desde que despertaste. He intentado arreglar mi delineador en el espejo cerca de unas seis veces, pero se corre una y otra vez, gracias a las lágrimas de desesperación y furia, porque toda la ropa que he probado esta mañana hace verme patética.

Todo esto, es una completa mierda.

El claxon de Alex apresurando desde la chochera me hacía llorar aun mas. Necesito encontrar algo rápido que ponerme si no quiero llegar tarde a geografía por cuarta vez en el mes...

- ¡Ciel!- grito mi hermana fastidiando desde el pasillo- ¡Voy a llegar tarde!

Mire por última vez el espejo. Ni la falda ni el top me cubrían lo que quería.

<<Te ves bien, te ves bien, no vuelvas a llorar...>>

Limpie el negro decorando mis ojeras y lo cubrí con dos buenas capas de polvo compacto y corrector. Tan "natural".

Esta vez no fue el claxon, sino mi puerta recibiendo golpes desesperadamente gracias a mi adorada hermana menor.

- ¡POR UN DEMONIO, YA VOY!

- ¡Si llego tarde será tu culpa Ciel!

<<No avientes el corrector al suelo, recuerda que te costó 100 dólares>>

Oficialmente, mi conjunto rosa favorito es el que más odio.

No utilizo pantalón desde el invierno pasado y el mom jean guardado en el armario que jure nunca volver a vestir, empieza a lucir bastante tentador.

De nuevo, el puto claxon.

Solté un grito, aventando el décimo sexto atuendo al suelo. Ya puedo entender porque Conan le dio la gran idea a mi hermano de llamarme "Regina George". Camine hasta el fondo de los estantes para buscar el odioso pantalón y los converse rojos que tenía años sin usar. Sudaderas, no tenía ni una sola con diseños bonitos, pero por suerte mi hermano está obsesionado con ellas, además, es una jodida moda usar ropa mucho más holgada que tu cuerpo y no es la primera vez que lo hago...

<<Mamá aún conserva sus faltas del convento de monjas>>

La tela del pantalon era acariciada por mis dedos, pero la blusa de color negro sobresaliendo torpemente entre el monton de ropa tirado en el suelo, ¡¡Agh!!, ¡Maldita reputación!, ¡Odio los claxon y las entradas puntuales de las ridículas escuelas!

Me puse la blusa, gracias a dios que el aire de otoño empieza a ser más constante, lo único malo, es que me pica el cuello alto y las mangas largas, igual es una insignificancia, se ve bien. Cuidando de que nadie saliera al pasillo, corrí al cuarto de mis padres, lo último que quiero es que alguien me vea en bragas y las botas a medio cerrar. ¿A quién diablos se le ocurrió poner una escalera justo en la entrada?

Voy a describir el armario de mi mamá en tres partes: Lúgubre, oscuro, con las cortinas cerradas, la gente puede ser tan precavida con sus cosas cuando se van de viaje. En el verano, esta habitación siempre tiene las cortinas abiertas y el sol entra directo al cajón de azulejos que llena todo con colores, pero hoy, el maldito gran y a la vez pequeño espacio me esta matando, poniéndome la piel de gallina como si esperara a que uno de los monstruos más famosos de las películas de terror saliera por detrás de la cortina blanca y atacaran en cualquier momento. Esa pequeña oscuridad debajo de los abrigos me está poniendo nerviosa y el botón de mierda que prende la luz no está por ningún lado. Parece que nunca dejas de temer al monstruo oculto en las sombras.

Cuando vas a besarme...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora