015.

7.7K 1K 30
                                    


Baby gimió y golpeó su cabeza contra el escritorio. El roble barnizado emitió un sonido hueco y satisfactorio cuando su cabeza cayó. Resopló y apoyó la mejilla en la fría superficie, con los ojos escudriñando la penumbra de su habitación.

No era demasiado tarde, alrededor de las ocho y media, pero era otoño y el sol se pondría pronto. Su habitación ya estaba envuelta en sombras. Sus muebles se asomaban en formas oscuras a su alrededor. El color negro se mezclaba con el gótico de la habitación.

Su encontraba cansado y el dolor de cabeza no parecía querer disminuir, mañana habría clases y él aún no había podido dormir en todo el fin de semana, desde el incidente del motel de California. Las pesadillas plagaban su mente y, sinceramente, estaba harto de ellas.

Derrotado, se levantó de nuevo y se dejó caer sobre el respaldo de su silla. Sacó distraídamente su teléfono y marcó un número. Danny tardó tres timbres en contestar.

—Baby.— Danny suspiró con una frustración audible. —Estoy en una cita con Ethan. Se estaba poniendo bueno.

—Me alegro.— sonrió Baby. —¿En dónde estás?

Danny exhaló ruidosamente por la línea, pero estaba teñido de cariño. —En un camión fuera de mi casa.

—Ohh, ¿Es ese tipo de cita entonces? ¿Interrumpí tu besuqueo?— se burló Baby.

—Sí. Sí lo hiciste. ¿Qué pasa?— un silencio se mantuvo por un largo tiempo en la línea, Baby ahora ya no sabía que decir, sabía que tenía la suficiente confianza con Danny pero...

—¿Qué pasa?— repitió Danny, su voz sonando ahora más suave.

—Pesadillas.— exhaló Baby. —Hace tiempo que no duermo...

—¿Ni siquiera durante el día?— preguntó Danny.

Los vampiros podían dormir de noche o de día, pero eran más propensos a ser nocturnos, algo que Danny ya sabía perfectamente.

—No. Tengo como una media hora para poder dormir, si no simplemente tendré que quedarme despierto.

Danny suspiró de nuevo. —Ven aquí entonces, si no puedes dormir, vamos. Sé que quieres hacerlo.

Baby sonrió satisfecho. —Estaré allí en cinco.

Tardó menos de cinco minutos en llegar a la casa de Danny.

Fiel a su palabra, pudo ver las formas de Danny y Ethan a través del parabrisas de un gran camión negro brillante. Las casas suburbanas que los rodeaban se iluminaban desde el interior y llamaban a la oscuridad de la tarde.

Golpeó el cristal y sonrió. Danny dio un respingo y Ethan le frunció el ceño. Baby abrió la puerta y se acomodó en medio de la pareja.

—Gracias por arruinar mi cita.— refunfuñó Ethan. Danny le dio una palmada en el muslo.

—Baby, ¿Necesitabas compañía?— Danny sabía que, a pesar de lo mucho que Baby amaba su soledad, de vez en cuando todo era demasiado y necesitaba estar en presencia de gente de sangre caliente.

—Danny, te vez aburrido ¿Ethan está  haciendo bien su trabajo?— La camiseta de Danny estaba arrugada y sus labios estaban hinchados con un rubor rojo decorando sus mejillas.

—Está haciendo un trabajo perfecto.— Danny sonrió.

Luego hizo una pausa. Su cara cayó y se estremeció, llevándose una mano al pecho.

—Me duele el pecho...— murmuró sorprendido.

—¿Pasa algo?— Ethan se movió ante el repentino cambio. Danny tosió.

BABY ✧ Stiles Stilinski Donde viven las historias. Descúbrelo ahora