006.

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Baby se preguntaba honestamente cómo se metía en estos líos. La gente normal -bueno, él no era normal, pero ese no era el punto- no se encerraba en una habitación con dos hombres lobo asesinos desquiciados y salvajes. Fue solo su suerte. Su mala suerte no muerta.

Los dos hombres lobo gruñeron. Baby podía ver sus ojos amarillos brillantes en la oscuridad, golpearon la puerta cerrada varias veces antes de detenerse, Baby se escabulló, tratando de mantener la distancia entre ellos lo más grande posible.

-¿Hola?- gritó una voz nerviosa, Baby cerró los ojos frustrado.

Mierda, Sra. Blake, la van a matar.

Maldita sea su moralidad. Baby se subió la capucha por la cabeza, ocultando su rostro de la vista y con cuidado se coló entre los estantes y el gabinete, colocándose entre los lobos y la Sra. Blake. Los dos hombres lobo aún no lo habían visto, pero ellos podían olerlo, no tardaría demasiado hasta que los descubra.

La puerta se cerró con estrépito detrás de otra figura, otro hombre lobo y esta vez un Alfa si la nariz de Baby no le fallaba.

El recién llegado gruñó dominando a los dos lobos que gruñeron en respuesta, se lanzaron los dos contra el recién llegado, desgarrando y mordiendo. El Alfa logró agarrar cada uno de los cuellos de los betas, manteniéndolos firmes. Al no poder escapar, los dos comenzaron a atacar al Alfa que los sostenía.

Baby suspiró. Malditos tipos violentos, ese Alfa iba a hacer que lo mataran.

Asegurándose de que su capucha cubría su rostro, Baby se acercó a la pelea.

-Mantenlos firmes.- ordenó. El Alfa miró a su alrededor con sorpresa, incapaz de decir quién había hablado.

Baby se abalanzó sobre el lobo más grande primero. Sus manos se aferraron a los hombros del chico, las uñas clavándose en la piel. Sus toxinas se filtraron en el torrente sanguíneo del hombre, pero no era suficiente, el hombre lobo se estremeció, tratando de deshacerse de Baby. Baby se apretó más alrededor del lobo de modo que su rostro se presionó contra el cuello del chico.

Baby se encogió por lo que estaba a punto de hacer. Al no ver otra opción mejor, abrió la boca y mordió la yugular. El hombre lobo se arrugó, las toxinas vampíricas finalmente haciendo su efecto. Baby se separó y escupió una bocanada de sangre en el suelo.

-Uhg repugnante, los lobos tienen un sabor horrible.- se quejó Baby.

Después de eso se dirigió directamente a la mujer, la cuál cayó mucho más rápido que el contrario, el veneno haciendo efecto fácilmente sobre ella. Baby se limpió la bova con la camisa, mirando ahora al Alfa que tenía sus ojos aterrorizados mirando hacía sus betas.

-Oh, relájate. No están muertos, el veneno sólo los deja inconscientes durante un rato. En unas horas ya habrán despertado.- Baby se encogió de hombros, sin darle mucha importancia.

Miró nuevamente al Alfa, su rostro estaba cubierto de arañazos, su cuerpo también, sangre fluía por el contrario, nada bonito. Baby arrugó la nariz ante el fuerte olor de aquél líquido escarlata.

-Un agradecimiento sería bueno. Malditos lobos ingratos.- bufó con sarcasmo Baby.

-Eres un vampiro.- puntuó el hombre, respirando con dificultad. -¿Por qué estás aquí? ¿quién eres?

Aquél tipo estaba comenzando a cansarlo, sí sabía que era un vampiro se suponía que también debería saber qué enojarlo a él no era una buena idea.

-¿Por qué estás aquí?- repitió Baby con burla. -Estoy haciendo tu trabajo supongo. Siendo un Alfa, deberías tener un mejor control sobre tu manada. Ahora te recomiendo limpiar todo éste desorden y explicarl esto a la pobre señorita de por allí qué fue lo que sucedió.

Baby señaló hacía la esquina en dónde había visto por última vez a la profesora Blake escondida. Antes de que el Alfa pudiese decir algo más al respecto, la puerta se volvió a abrur, esta vez entrando aquél chico Scott Mccall, que Baby había reconocido de su clase de literatura. Entró corriendo seguuso por otra persona más.

Genial, más hombres lobo.

Al ver la puerta abierta, Baby aprovechó la oportunidad para escabullirse y escapar sin que nadie se diera cuenta. Baby realmente odiaba a los hombres lobo.

❪...❫

Stiles miró fijamente el cuerpo frío y muerto de Heather. Le cortaron la garganta, le golpearon la cabeza y tenía marcas de ligaduras alrededor del cuello. Había ido a la guardería con ella, iba a dormir con ella en su fiesta de cumpleaños. Y ahora ella era una víctima de asesinato.

-El forense dijo que no solo la estrangularon, el asesino también usó un garot, que es un palo que se pasa a través de la cuerda y uno sigue girando.- Explicó Melissa, observando también el cuerpo innerte. Se detuvo cuando vio la mueca en el rostro de Stiles. -Dios mío, ¿la conocías? Lo siento mucho, si lo hubiese sabido no te lo habría mostrado.- se disculpó, cubriendo nuevamente el rostro de Heather.

-Estuve en su fiesta. Era su cumpleaños.- le tembló la voz al intentar explicarse.

-Está bien, tenemos que llamar a tu padre. Eres un testigo.

Algo fastidiaba la mente de Stiles.

Volviendo al cuerpo que Lydia encontró, recordó el anillo que había estado alrededor del dedo del niño, un anillo de pureza. Y ahora volviendo la vista a Heather, recordó cuando ella le dijo que también había sido virgen. Tres métodos de muerte.

-¿Alguien ha pasado por aquí? ¿Algún otro cuerpo?- preguntó Stiles con una repentina urgencia.

-Uhm... No, no lo creo.- respondió Melissa, guardando silencio durante unos momentos. -Pero sí trajeron a dos niñas. Katelyn fue traída para una prueba de toxinas y escuché que su novia, Emily, había desaparecido.

-Tengo que hablar con ella.- Stiles hizo un movimiento para salir corriendo de la morgue, pero Melissa lo detuvo.

-¿Por qué?

-Porque creo que sé lo que está pasando.

Y él lo sabía. Estos no fueron asesinatos ordinarios, fueron sacrificios humanos.

Una vez más, el recuerdo del chico de ojos plateados apareció en su mente. ¿Qué era él? ¿Y sabía lo que estaba pasando? ¿Pudo haber sido parte de eso? Stiles no lo sabía, pero necesitaba averiguarlo.

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buenass, espero que esto les esté gustando tanto como a mí.

BABY ✧ Stiles Stilinski Donde viven las historias. Descúbrelo ahora