✨CAPITULO 22✨

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Me matriculé en la carrera de Historia el martes siguiente, después de que eligiera las optativas que cursaría con la ayuda de Lisa. Después de eso lo único que me quedaba por hacer era esperar a que comenzaran las clases en octubre.

El miércoles fuimos a hablar con mi doctor para que nos diera unas pautas para la hidroterapia. Nos animó a probarlo personalmente pues, según él, los ejercicios que se podían llevar a cabo en el agua eran muy beneficiosos para el paciente, y aquella buena noticia hizo que Lisa y yo tuviésemos más ganas que antes de probarlo.

Dos días más tarde las dos decidimos que ya había llegado el momento de probar la piscina del hospital. Nada más llegar a la clínica apareció María, la enfermera que había sido nuestra guía el primer día que habíamos visitado el hospital. Por ser amable le expliqué cuáles eran nuestras intenciones aquel día, y ella muy cordialmente se ofreció a enseñarnos las distintas piscinas de las que gozaba el hospital para desgracia de Lisa. La primera era cuadrada y simple, una piscina normal y corriente donde rehabilitar tanto brazos como piernas. La segunda tenía barras horizontales clavadas en el suelo para que los parapléjicos pudieran caminar en el agua, cosa que era mucho más fácil dentro que fuera de la piscina. Y finalmente, en la tercera podían usarse flotadores y todo tipo de objetos para ayudar al discapacitado a nadar o a caminar. Nosotros tres decidimos comenzar por la primera, para que me fuera adaptando a moverme por una piscina. María se marchó cuando vio que allí estaba de más, consiguiendo que Lisa sonriera ampliamente. Estaba más que claro que no la soportaba, y aquel hecho me hacía reír a mí.

Con la ayuda de Jackson, como siempre, me sumergí en el agua, que estaba templada, y me sentó en uno de los escalones donde el agua me llegaba por debajo del ombligo.

– ¿Vas bien? –me preguntó él, asegurándose de que estuviese cómoda.

–Sí –hice figuras con un dedo en la superficie agua, recordando cómo era estar sentada dentro de una piscina. –Creo que esto va a ser divertido.

Jackson se rió y me echó un poco de agua a la cara, sintiéndose con ganas de jugar, y yo le devolví el remojón aguantándome con una mano dentro de la piscina.

–Veo que os lo estáis pasando bien –comentó Lisa entrando en el agua lentamente.

No lo había hecho hasta el momento porque se encontraba en uno de los vestidores del hospital poniéndose el bikini deportivo que se había comprado expresamente para la ocasión. No pude evitar observarla de arriba abajo justo antes de que se sentara a mi lado en el escalón, pues aquel bikini le sentaba de maravilla. Y fue entonces cuando caí en la cuenta de que jamás la había visto con ropa de baño.

– ¿Vas a necesitar un babero, Jenn? –bromeó Jackson pasándome una mano por delante de los ojos, cortándome así el contacto visual con el bonito cuerpo de Lisa.

Mi novia se echó a reír y negó lentamente con la cabeza, mientras que yo volteé un poco el tronco y le di un manotazo a Jackson.

–Cállate –musité avergonzada aunque entretenida.

–Oye, si queréis os dejo solas para que podáis meteros mano en la piscina.

– ¡Jackson! –exclamó Lisa, a quien se le colorearon las mejillas de rojo.

–Qué tiquismiquis que sois...

–Bueno, ¿quieres callarte ya? –me reí yo, deseando que dejara estar el tema. – ¿Comenzamos?

–Vamos –Lisa volvió a ponerse en pie, y por mucho que intenté desviar los ojos de su cuerpo, me fue inevitable. Sin embargo, se trataba de mi novia, así que, ¿Qué más daba?

𝑆𝑂 𝑆𝐻𝐸 𝐷𝐴𝑁𝐶𝐸𝑆 [Jenlisa - Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora