✨CAPITULO 15✨

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Ésa vez fui yo la que la besó, recorriendo con firmeza la piel desnuda de su espalda, a la vez que la instaba a echarse sobre mí. Lo hizo apoyando parcialmente su pecho sobre el mío y sosteniéndose en sus manos, que estaban colocadas una a cada lado de mi cabeza. A continuación, Lisa se separó un poco de mí y volvió a besarme el cuello y el hombro, haciéndome cerrar los ojos y obligándome a sentir aquel torrente de emociones que me envolvieron por completo. Acto seguido se colocó de rodillas a mi lado, me acarició los senos con las manos y fue descendiendo lentamente, pasando por mis costillas y mi abdomen hasta llegar a la cinturilla de mis pantalones de pijama. Con cautela extendió una mano y la colocó en mi muslo, haciéndome sentir una especie de fuego quemándome las venas.

Casi sin pensar en lo que hacía, y con una rapidez pasmosa, alargué la mano y la sujeté por la muñeca, pidiéndole en silencio que no continuara.

–No –casi le supliqué con la voz ronca.

– ¿Te he hecho daño?

Su tono de preocupación me hizo sonreír levemente.

–No. Pero... no siento nada –le aclaré, aunque mi respuesta había sido una mentira a medias. Claro que había sentido algo, pero no estaba segura de si había sido producto de mi imaginación porque sabía dónde estaba su mano o porque aún me quedaba algo de sensibilidad.

–No importa. Quiero tocarte –insistió colocando de nuevo la mano donde la había puesto antes y acariciando mi pierna con firmeza.

De nuevo volví a sentir aquel calor, aquella especie de calidez que se extendió por todo mi cuerpo desde el lugar en el que se encontraba su mano. Cerré mis manos en puños y respiré profundamente cuando una especie de hormigueo recorrió mis entrañas.

– ¿Qué? –preguntó ella al observar mi reacción. – ¿Lo sientes? –preguntó colocando su mano cerca de mi cadera, consiguiendo que aquel cálido hormigueo se amplificara. Sólo pude asentir en silencio, intentando acompasar inútilmente los latidos furiosos de mi corazón. –Jenn... ¿lo estás sintiendo?

–Sí –y entendí a qué se debía su fascinación. Se suponía que yo no tenía ninguna especie de sensibilidad por debajo de la cintura, y en aquel momento estaba notando a la perfección el contacto de las manos de Lisa sobre mi piel.

Sonrió ampliamente, y sin que pudiera decir nada más se inclinó hacia mí y volvió a besarme, acariciándome las mejillas con sus dedos. Le correspondí al beso cuando algo parecido a la adrenalina me envolvió por completo al darme cuenta de lo que sucedía. Teniendo sensibilidad en las piernas era mucho más probable que fuese capaz de volver a caminar y, a pesar de la amarga discusión que mantuve con Lisa la noche anterior, comencé a pensar que tal vez podría intentarlo. Que quizás ella tuviera razón al decir que ya era hora de que empezara a perdonarme.

–Quiero intentarlo –le dije con la voz entrecortada cuando nos separamos.

Ella parpadeó seguidamente para centrarse en lo que le estaba diciendo.

– ¿Qué?

–Quiero comprobar si soy capaz de volver a caminar. Cuando me has tocado... lo he sentido. Sentía el tacto de tus manos, y quiero saber si también puedo volver a caminar.

Los ojos de Lisa brillaron de emoción y la vi sonreír ampliamente.

–Lo intentaremos –me aseguró entrelazando nuestros dedos. –Y te juro que no pararemos hasta que vuelvas a andar.

–Bueno... antes tendría que hablar con el doctor para saber si hay alguna posibilidad.

–Está bien –Lisa asintió y respiró hondo. –Haremos esto como tú quieras. No te presionaré en ningún momento y... tampoco te dejaré.

𝑆𝑂 𝑆𝐻𝐸 𝐷𝐴𝑁𝐶𝐸𝑆 [Jenlisa - Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora