"¿Qué onda amigo?" Recibí un mensaje en Facebook. Había pasado el resto de la tarde ocupada y distraída, lo suficiente como para no estar online.
"Hola."
"Tengo hambre, vamos por una pizza."
"Ok, ya voy." Le envié una imagen de mi fake. Una fotografía en donde parecía estar cruzando la calle, era noche y se ajustaba al momento, teniendo en cuenta que en la vida real la hora nocturna había llegado.
"Jajajajaja." Rio por la foto que le había enviado.
Estuvimos platicando durante un buen rato hasta lograr recordar que no había ido por la pizza, se lo mencioné y dijo que regresaría en un momento.
En el chat seguía apareciendo como conectado, pero no volvió a responder. Me recosté sobre la cama y coloqué mis auriculares en los oídos. Estaba escuchando música mientras esperaba oír ese típico sonido del inbox. Fácil me fue poder cerrar los ojos mientras Noches Reversibles de Love of Lesbian inundaba mis oídos y embelesaba mis sentidos.
"Listo." Envió un mensaje insertando una foto de la pizza que había comprado. Enseguida me llegó una notificación al perfil.
"Oye Aldrich como comes, no te la vayas a acabar," decía la descripción de la foto, y ahora con dos rebanadas menos.
Increíble situación, se había comido dos rebanadas en escasos segundos.
"Oye, yo no como tanto." Le escribí por inbox.
"¿Yo? Fuiste tú el que no me dejó nada," comenté en la foto en la que me había etiquetado.
Algunos de sus amigos comentaron la publicación. Querían pizza, era algo que todos queríamos, pero la tenía para él solo. No pude impedir imaginármelo recostado en su cama, tal vez, con la caja de pizza a un costado y con el móvil en una mano, porque con la otra apuesto que sostenía un pedazo de pizza que consumía pausadamente, bocado a bocado... Él solo.
Me quedé dormida minutos después de seguir con la plática sobre la pizza, era tarde y estaba muy cansada. Después de todo teníamos clases al día siguiente. Había sido un buen fin de semana a pesar de las incesantes preguntas de Carly.
Cuando desperté me apresuré a prepararme para ir a la escuela, estaba en tiempo y, por primera vez en la vida, quería llegar temprano a la primera clase. Corría por los pasillos para llegar al salón, me esforcé por hacer que mi cabello tuviera buen aspecto, pero para cuando me di cuenta ya era demasiado tarde. Después de todo no había cumplido con mi objetivo; salí disparada hacia la escuela.
Justo al dar la vuelta al pasillo que me llevaría directo a mi clase de Francés caí al piso, no porque yo hubiera querido o porque me hubiera resbalado, todo lo contrario: me estampé con alguien más que corría al igual que yo, pero en sentido contrario. Después de todo no había sido la única a la que se le había hecho tarde.
—Lo siento. —Se disculpó dándome la mano. Nuestras miradas se cruzaron, lo pude reconocer, era él. Tan espléndido, era real y no una ilusión en mi cabeza o en internet.
—Lu... Lucke —tartamudeé sin saber por qué.
—¿Me darás la mano o te quedaras ahí sentada? —respondió indiferente. Tomé su mano y él recogió mis libros.
—Gracias —dije recibiéndolos en las manos.
—Será mejor que vayas a tu clase, Francés, ¿no?
—Sí, gracias de nuevo. —Pude articular.
—Gi, ¿cierto? —Su tono ahora había cambiado, parecía haberme reconocido...
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FAKE
ChickLitEl amor duele, pero duele aun más cuando no es correspondido El amor surge a partir de una cuenta fake Esta obra está registrada bajo Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Registrada en safe creative: 1804146572556