CAPÍTULO 21

158 22 4
                                    

sentía como si en mi cabeza estuvieran pequeñas personas martillando dentro de ella, los ojos los tenía muy pesados por lo que se me dificultaba abrir los, mi corazón latía a toda prisa, el cansancio lo tenía en todo mi cuerpo, no quería mover ni un solo centímetro de mi ser, pero, los rayos de luz en toda mi cara, y una arcada saliendo de mi boca fue lo que hicieron que me levantará de inmediato de la cama.

~¡oooo mierda! ~ pensé, todo a mi alrededor daba vueltas, por un momento pensé que caería al suelo, me sostuve como pude del borde de la cama, me tomo un poco de tiempo estabilizar me y cuando lo hice con dificultad caminé hasta mi baño, me arrodillé frente al retrete, subí la tapa de este y devolví todo lo que había consumido la noche anterior.

Al terminar, toda mi garganta ardía como el infierno, la boca la tenía re seca, mi cabeza seguía doliendo como nunca pensé que me dolería, tenía demasiado sueño, aunque tenía que levantar me, salir de este puto lugar y perderme por ahí en algún lugar, sin importar que la persona que amo esté allá afuera esperando por explicaciones que de momento no pienso dar, y si, me di cuenta que se alejó por completo de la habitación cuando llegué, pues al momento de acostarme sentí como su lado dejaba de estar cálido.

Con dificultad me fui levantando del suelo, aun veía un poco borroso, bajé la tapa del excusado y luego solté el agua, me dirigí al lavabo a paso lento, cuando llegue frente a este pose mis manos a cada costado, me mire fijamente en el espejo y pude ver las consecuencias de mis actos. Mis ojos con un color azul natural, se encontraban apagados, no demostraban el brillo que solían tener, en el contorno de este se veía un tono rojizo acaparando el blanco que se supone se debería ver, fuera de estos, específicamente abajo se formaban unas pequeñas ojeras logrando así complementar mi aspecto asqueroso, eso, y lo pálido que me veía. Solté un fuerte suspiro, me aleje del lavamanos, dirigí mis manos al final de mi camiseta y me despoje totalmente de esta, y fue en el momento en que pasaba por mi cara que el olor a alcohol y marihuana impregnó por completo mis fosas nasales haciendo que mi cara tomará gesto de asco.

-¡mierda!, ¡jodeeer!- grité fuerte haciendo que mi garganta doliera aún más, no pensé que todo esto me afectaría a tal punto de volver a fumar de la verde, agarré la camisa del suelo y la arrojé de inmediato a la basura, y detrás de esta el resto de mi ropa, no pensaba conservar la. Caminé hasta la ducha, abrí la llave fría y solo dejé que todo el agua logrará llevar se todo el peso que sentía sobre mi.

[...]

pasados aproximadamente unos 30 minutos que duré dentro de la ducha, decidí por fin salir de ahí, puse una toalla a mi alrededor y tomé rumbo a mi closet, de allí saqué lo primero que encontré, no me importa lo que fuera, agarré una pastilla para el dolor de cabeza, la saque de su lugar y me la pasé de un solo tirón, así, sin agua.

Ya totalmente listo, decidí aplicar me colonia por todo el cuerpo y adicional ocultar mis ojos bajo unos lentes totalmente oscuros, suspiré profundo, me gire hacia otro lado del closet, abrí un cajón y al fondo de este presione un botón que hizo que el cajón anterior desapareciera y apareciera uno nuevo; Para abrir este tuve que posicionar mi mano en un lector, espere unos segundos a que fuera reconocido y finalmente el cajón se abrió revelando dentro de este múltiples llaves de los distintos vehículos que poseo, bien organizadas y limpias, pasé sutilmente mi dedo sobre todas indeciso por cual usaría, y no fue si no hasta la tercera ronda que me decidí, agarré las llaves negras con un toro gravado en ellas, mi Lamborghini plateado había sido el elegido, cerré todo dejando como si nada hubiera pasado, salí del closet y de mi habitación, pasé por todo el largo del pasillo hasta topar me con las escaleras, pero, antes de bajar, una voz a mis espaldas me hizo frenar en seco, era ella

-¿te vas así no más, sin decir me nada? - preguntó con voz débil y baja

no dije absolutamente nada, ni me inmute, solo me quedé completamente estático sin saber que hacer, no quería que llorara por mi culpa, pero supongo que ya había pasado, y tampoco me sentía completamente listo para dar le la cara, responder le a todas las preguntas que de seguro deben estar formulando se dentro de su cabeza, simplemente no me sentía listo

-¿no me vas a responder?- sentía el dolor en su garganta.

Me frustre, pasé mis manos por mi cabello aún húmedo y despeinado, gire mi cuerpo por completo en dirección hacia a ella, la analice de pies a cabeza volviendo a pensar en lo que haría. A paso firme me dirigí hacia ella, me ubiqué a unos centímetros de su cuerpo, la miraba intensamente aunque ella no lo notará, sus ojos estaban rojos e hinchados aunque no por la misma razón que la mía, se veía intimidada por mi presencia, sus labios los tenía entre abiertos, jugaba con sus manos y no sabía que hacer, pero yo sí, decidido acabé con la distancia que nos separaba juntando nuestros labios en un beso desesperado, ella correspondió igual, nuestros labios jugaban como les gustaba, posicione mis manos en cada costado de su cara, quería avanzar más, pero sabía que ahora no podía así que con dolor, me separé de ella, posicione mis labios en su frente depositando un beso corto pero dulce y finalmente me alejé, avanzando hacia las escaleras totalmente de espaldas a su presencia, sin siquiera voltear a ver la.

Descendí por las escaleras mientras un nudo en mi garganta se formaba, iba muy rápido en dirección al garaje ignorando por completo a mi madre que venía detrás mío

-hijo para, ya basta, tenemos que hablar- detuve mis pasos y me gire para ver la directamente.

-déjame solo necesito un poco de espacio para mi, no me busques por favor, solo te garantizo que volveré antes de navidad- solté sin mas para retomar mi camino, volviendo a ignorar la

-¿la vas a dejar?, necesita explicaciones de tu parte- llegué a mi auto al que le desbloquee el seguro, abrí la puerta y me introduje en el sin responder le a mi madre, encendí el auto haciendo que el motor rugiera fuertemente, y sin pensar en nada más y lo que pudiera pasar me alejé por completo de mi hogar esperando no arrepentir me dé la decisión que tome.

[...]

-señor, el jet y su piloto ya están listos- me dijo uno de mis guarda espaldas que me acompañó hasta el aeropuerto

-gracias, ten, ya sabes que hacer con el- le entregue las llaves de mi lambo y fui directo hacia el jet

-si señor- alcance a escuchar a mi guardia a lo lejos.

.

Subí al jet junto a otro de mis guardias que me acompañaría en este viaje, fui hasta la cabina del piloto y le hablé.

-vamos hasta los países bajos, especialmente a la capital-

-de acuerdo señor Wilson- contestó a lo que yo asentí y salí de aquel lugar para dirigir me a mi asiento.

-mateo, ven acá-

-dígame señor necesita algo?- preguntó mi guarda espaldas parado a mi lado

-si mira, necesito que por favor reserves una suite en el hotel más lujoso de Ámsterdam, que no atiendas ninguna llamada de mi madre, y si alguien más llama, di le que por el momento no estoy disponible, y por favor no digas a nadie en donde me encuentro, ¿entendido? -

-si señor-

-vale muchas gracias, te puedes ir a sentar-

cuando mateo se alejo por completo y se sentó en su lugar fue cuando el jet empezó a ascender, saqué un cigarro de mi bolsillo y lo encendí para poder disfrutar del humo invadiendo mis pulmones, mire hacia la ventana observando como la ciudad desaparecía por completo de mi vista y lo único que pude pensar fue en la absoluta nada.

Amor a primera vista (parmiga)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora