CAPÍTULO 12

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Estaba fumando muy a gusto mi cigarrillo en el balcón de mi oficina, ya eran las 5 y observaba como el sol se iba desapareciendo con el pasar de los minutos, el paisaje desde esta altura era simplemente espectacular, tomé otra calada de humo y expulse este haciendo aros con el (de vez en cuando me gustaba hacer estas cosas, trucos con el humo), el panorama era muy relajado solo que faltaba algo y como si el destino leyera mis pensamientos sentí una mirada a mis espaldas, gire mi cuerpo en dirección a la puerta y la vi

-ven, acércate- le dije a vera quien estaba ahí parada observando me, no dijo nada y a paso lento se acomodó al lado mió, mirándome con sus ojos azules penetrando mi alma -¿cuanto tiempo llevas ahí?- cuestioné mientras posicionaba mi cigarrillo en la boca que pronto acabaría, pero antes de poder darle una calada acercó su suave mano a mi rostro, tomó el cigarrillo de mis labios, lo sacó de ellos y se lo llevó a los de ella, inhalo profundamente el humo para después expulsar lo hacía cualquier lado menos a mi rostro, botó el objeto cilíndrico que mataba mis pulmones al suelo y lo aplastó con su pie, alzó la mirada hacía mis ojos, se acercó más a mí y acabó con la distancia que nos separaba uniendo nuestros labios, empezamos con unos movimientos suaves y llenos de amor, rodeó mi cuello con sus manos, yo por mi parte posicione las mías en su cintura, nuestros alientos se mezclaban, el sabor a nicotina se sentía en todo su esplendor, cuando fui a intensificar el momento se separó de golpe, dejando me confundido

-lo siento, el día de hoy fue muy agotador- llevo sus manos a mi boca y con su dedo pulgar empezó a acariciar la herida en mi labio inferior que aun seguía ahí -besar esto es un poco raro- seguía acariciando la zona afectada -en verdad te lastimaron mucho, incluso te pudieron haber matado- guió ahora su mano izquierda a la sutura en mi ceja, la derecha la llevó a mi pómulo que aún tenía un color morado, y al mismo tiempo empezó a acariciar, pero la tuve que detener rápido -espera, me duele- agarré su mano entre la mía y la aparté de mi ceja, dejé que siguiera con la acaricia en mi cachete -afortunadamente no me mataron, o si no me hubiera lamentado de no haber tenido la oportunidad de estar contigo- le sonreí amplia mente -pero bueno eso ya pasó, mas bien, ¿ahora si respondes mi pregunta?-

-Claro, llevaba como 10 minutos ahí y no me acerqué porque estabas muy metido en tus pensamientos, aparte de que así podía admirar tu gran espalda, y ese culito bien redondito- soltó una carcajada, bajo su mano derecha con la que acariciaba mi cachete y apretó mi nalga haciendo que me sobresaltara

-oye, respeta- le reproche, ella simplemente no paraba de reír -que mujer tan vulgar- me hice el indignado llevando mis manos a mi pecho, eso simplemente hizo que se riera aún más,-óyeme te me vas a morir, y aun no quiero eso, no llevamos ni un mes- la observé y pude ver que ya se estaba calmando

-ay lo siento, estaba marcando territorio- calmó más su respiración y quito una lagrima que se le había escapado

-¿marcando territorio? ¿que crees que soy?-

-pues sencillo eres mi novio, solo yo te puedo tener-

-mmmm, bueno está bien para mí, solo si tú también seras solo para mí-

-de acuerdo-

-muy bien, ¿nos vamos?, la reserva es a las 6 y no podemos llegar tarde-

-si vámonos, no soporto estar más aquí y menos con el gruñón de armand-

-de acuerdo- no dije mas, le plante un casto beso y nos dirigimos al estacionamiento por el auto.

[...]

-hemos llegado, espero que te guste- le dije mientras extendía mi codo para que se enganchara a el.

Amor a primera vista (parmiga)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora