CAPÍTULO 9

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-ve más rápido- me dijo patrick, yo solo asentí y acelere mis movimientos, estaba completamente roja y llena de sudor, no sabía cuanto tiempo más iba a aguantar, solo podía emitir leves jadeos de lo cansada que estaba

-vamos ya casi acabamos- seguía saltando sin parar, iba a colapsar si seguía así. Lo mire un momento a los ojos, tenían un destello de satisfacción, lo estaba disfrutando mucho, lo iba a matar, prácticamente no está haciendo nada, yo soy la que hace todo debido a que el médico se lo recomendó, no esforzarse mucho.
Ya iba a acabar estaba a un solo movimiento pero antes de lograrlo, la maldita cuerda se enredó entre mis pies haciendo me caer de cara contra el suelo, las manos no las logre poner por lo que inevitablemente golpee mi nariz

-maldición, ¿estas bien?- se paro de la silla y se acercó a mi

-claro estoy de maravilla, solo que encontré un billete y lo quise recoger- le respondí de mala gana

-uy perdón por preguntar, ¿por qué tan malhumorada?- me pregunto mientras extendía su mano hacia mí ofreciendo su ayuda

-lo siento, es que llevo prácticamente 30 minutos saltando en esa maldita cuerda y tú lo único que haces es pedirme que acelere, no aguantaba mas- le respondí a medida que me levantaba con su ayuda

-lo siento, son ordenes del entrenador, las tengo que cumplir-

-¿y por que no me dejabas entrenar con las demás?- dije mientras tocaba mi nariz notando que estaba sangrando

-te quería solo para mí, no hubiera soportado ver la mirada del entrenador sobre ti, por eso te traje a mí gimnasio- respondió mientras se encaminaba a una parte del gimnasio, yo solo lo seguí con la mirada.

- si así eres siendo solo novios llevando solo unas horas, no me imagino como serás cuando seamos esposos- él solo soltó una carcajada

Después de que nos hubiéramos besando en su oficina, el entrenador personal de las modelos, Diego, llamó pidiendo mi presencia, cosa a la que patrick se negó y solo le pidió la rutina para que la hiciera sola delante de él, cosa que me molestó, pues yo quería entrenar con las demás.

-lo siento, no te dije, pero, soy muy celoso- me dijo ya cerca mio, tenía en sus manos un botiquín, abrió este y de el saco algodón y alcohol

-si me di cuenta- solo me sonrió

-que bien que no te torciste la nariz, fue una caída muy fea- remojo el algodón y lo puso en mi nariz limpiando la sangre

-si menos mal, o si no te hubiera hecho pagar la cirugía por obligarme a seguir-

-no fue mi culpa, tenía que seguir instrucciones- dejó de limpiar mi nariz -listo terminamos- me dio un corto beso en los labios antes de que dijera algo

-gracias-

-de nada bebe-

-¿bebe? -

-si, ¿te molesta?-

-no, solo que es la primera vez que me lo dicen, ¿lo puedo hacer yo también?-

-Claro, puedes poner me el apodo que quieras- me ofreció su mano la cual acepté -vamos, en mi oficina tengo un baño, te puedes dar una ducha allí-

-gracias-

[...]

-listo- le dije acercándome a él luego de haber me dado una ducha

-te ves hermosa- se levantó de la silla, se acercó a mí y puso sus manos en mi cintura -¿vamos a almorzar?- me preguntó con una enorme sonrisa

Amor a primera vista (parmiga)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora