Capítulo V

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Smallville, Kansas City, 2011

No pudo dormir mucho, cada vez que entraba a un sueño profundo, empezaban las pesadillas; veía a su familia convertida en no muertos culpándola de no haber estado con ellos en el momento que más la necesitaban. Sentía como su cuerpo estaba inmovilizado, estaba teniendo parálisis del sueño, nunca le había sucedido, era la primera vez. El sudor frío recorría por todo su cuerpo, estaba luchando con todas sus fuerzas por despertar y lo logró, se sentó de golpe en la cama respirando con fuerza para intentar calmarse. Miró el reloj en su muñeca, a penas había dormido una hora, una hora desde que tuvo su primera pesadilla, fue una eternidad para Kara, intentó humedecerse los labios con su saliva y no pudo, su garganta estaba reseca. Suspiró agarrando sus tobillos colocando su cabeza entre las piernas para evitar un posible ataque de pánico, tenía tanto miedo, por más fuerte que quisiera aparentar, también tenía sus debilidades, su lado sensible. Ya más tranquila decidió ir por agua, todo estaba oscuro, a penas era casi media noche, corrió con suavidad un poco de cortina para asomarse, se habían agrupados más zombis, andaban de un lado al otro casi golpeándose ellos mismos. Suspiró volviendo a colocarla en su lugar, negando con su cabeza abrió la puerta para ir por agua.

Pasó por la habitación principal, no supo por qué se detuvo para preguntarle a Lena si quería agua, abrió la puerta y se encontró con un hombre que estaba asfixiándola con una almohada, su víctima agitaba sus manos intentando alejarlo, o golpearlo. Kara, en menos de un segundo lo tenía en el suelo de espaldas, le estaba aplicando una llave dolorosa con todas sus fuerzas.

—¿Está bien, Lena? —le preguntó primero ante de interrogar al sujeto y esta comenzó a toser asintiendo mientras intentaba respirar bien— Veamos quién es este bastardo —quitó el pasamontañas que cubría su rostro y lo tomó del cabello con rudeza para verlo —¿Lo conoce, Lena? —era similar al rubio que intentó violar a Lena— ¿Cómo llegó hasta aquí? —le tomó con más fuerza el cabello y este solo comenzó a reírse.

—La cabeza de Lena Luthor tiene precio —se quejó de dolor por sentir que casi le arrancaba su cuero cabelludo —Alguien, alguien muy poderoso está buscándola para matarla.

Kara tensó su mandíbula levantándose de la espalda, pero lo mantenía sujeto con la llave marcial. Miró a Lena que tenía un expresión de horror en su mirada y lo sacó de su habitación casi arrastrándolo como un trapo sucio. Los demás salieron para ver qué sucedía y por qué alguien hablaba en voz alta, miraron como la rubia hacía bajar a aquél desconocido casi tirándolo por las escaleras y se detuvo para mirarlo fijamente y le arrancó las mangas de la camisa sorprendiendo a todos, menos a Alex. Tenía una marca en su brazo, estaba marcado como una mula.

—¿Para quién trabajas ahora? —lo presionó contra la pared haciéndole una revisión rápida y le sacó varias armas punzcortantes, así como dos de fuego.

—Prefiero morir antes de decirlo, agente Danvers —comenzó a reírse, pero Kara lo cayó con un fuerte golpe en la nuca dejándolo inconsciente.

—¿Quién es este tipo, Kara? ¿Cómo diablos entró? —le preguntó Alex bajando las escaleras para buscar una cuerda para atarlo y amordazarlo.

—Antes de que llegaras a la Unidad, tuvimos un caso muy extraño —comenzó a contar empezando a amarrarlo con fuerza—, estábamos tras la pista de una banda que destazaba personas; mujeres y hombres rubios, o de ojos claros.

—Oh, Dios mío —Samantha estaba espantada abrazando a Ruby con mucha fuerza—, ¿ese tipo pertenece a esa banda? —Kara asintió sacando dos tiras de las mangas rotas.

—Sí, Sam —le tapó tanto ojos como boca -Estaba asfixiando a Lena cuando lo encontré, gracias a Dios llegué a tiempo. Por alguna extraña razón, alguien le puso precio a su cabeza.

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