- ,, 🦋 [ 𝑹𝒆𝒇𝒍𝒆𝒄𝒕𝒊𝒐𝒏 ]⌇·˚ ༘ | Jujutsu Kaisen Oc

𝟎𝟔 - 𝐄𝐬𝐭𝐚 𝐯𝐞𝐳

ੈ ✩‧₊ Seijaku

Calma en medio del caos.

❪ ;; ❜❜ 🦋 ੭ ⁾⁾ 

 Los dos albinos se encontraban parados, uno en cada extremo del pasillo que daba hacia la morgue, la menor mantenía la mirada hacia cualquier sitio del pasillo que no fuera el rostro de su hermano, temía que si le dirigía la palabra comenzara a reclamarle por lo sucedido hace poco. Satoru había regresado tan rápido como pudo una vez se enteró de que a su grupo de primer año se le asignó una maldición de posible grado especial. Habían corrido con algo de suerte, las bajas por la aparición de Ryomen Sukuna fue de solo una, y por desgracia, dicha baja fue de Itadori Yuji, su propio recipiente.

 — ¿Cómo están tus heridas?.— habló por primera vez en todo ese rato, quebrantando el silencio que pareció eterno. 

 Aeri llevó una de sus manos hacia su cuello, acariciando los restos de las marcas que Sukuna le provocó cuando la estaba asfixiando. No le tuvo nada de piedad, no le importo que estuviera muy por debajo de él en cuanto a poder, esa era la pureza de una maldición.

 — Cuando digo que quiero que me ahorquen me refiero a que lo haga Yeojun de TxT, no a que ese vejestorio lo haga.— soltó un bostezo aburrida mientras sus adormilados ojos esperaban su posible regaño ante su imprudencia. 

 Megumi la había mantenido despierta anoche, la pérdida tanto de Itadori como la de uno de sus perros divinos, lo llevaron a escabullirse al dormitorio de ella para peinar y entretener a sus mascotas para de esta manera poder despejar un poco su mente, aunque esto no le molesto, puesto que Aeri también tenía la costumbre de molestarlo a altas horas de la noche cuando se encontraba aburrida y no estaba Satoru para fastidiarlo. Era su manera de buscar consuelo sin decir ni una palabra. 

 El mayor negó con la cabeza mientras una leve sonrisa se dibuja en su rostro, se acercó hacia su hermana rodeándola con los brazos, la semi albina se dejó abrazar un tanto extrañada. En efecto, estaba molesto, pero no con ella, sino con las personas a cargo que dieron la orden de mandarlos a dicha misión. No solo peligro la vida de su estudiante protegido, que desafortunadamente falleció como ellos querían, sino que la vida de sus dos alumnos, y en especial, la de su hermana menor, peligraron por un momento. Todo por querer llevarle la contraria al más fuerte. 

— Agradezco que hayas regresado con vida, eso es lo importante para mí.— sintió como la tensión que le ofrecía, disminuía de a poco.— Pero aun así no te salvas, alguien me contó que te quitaste el guante y que hubo cierto destrozo de cristales en el lugar de la escena.