Uno

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La cede principal de la clínica psiquiátrica de Madrid, mejor conocida como Internado Villa Vilá, se caracteriza por tratar con profesionalismo y excelencia todo tipo de trastorno psicológico o desequilibrio mental severo.

Su edificio está constituido por nueve pisos -Sin contar la recepción-, el rango de gravedad de sus pacientes es identificado depende de en qué piso se encuentre, mientras más arriba, más agravado es el problema.

Como en toda institución o centro hospitalario, hay un mala conducta en cada sección. Los doctores se rehúsan a atender a cualquier integrante de la lista de pacientes tachados como los más locos o intimidantes, es por ello que diariamente ejecutan el ridículo juego de tirar la moneda a ver a quién le toca atender al paciente con mala fama de cada piso. Cada perdedor se molestaba al quedar en tal puesto, así que descargaba la rabia contra los pacientes al violentarlos o desproticar palabras hirientes.

Cada paciente popular por mala fama del Villa Vilá tiene membrecía en un grupo específico bautizado por las malas lenguas como «La demencia». Los locos que integran dicho grupo están unidos por una conexión demasiado fuerte para ser casualidad, resulta ser que todos ingresaron al hospital el mismo día y, pese a que cada uno tiene un trastorno y conducta más grave que el anterior, todos se caracterizan por un factor en común; inadaptación social, siendo este término un eufemismo del verdadero concepto que abarca su comportamiento inapropiado.

Éstos han se encuentran divididos de la siguiente manera:

Primer piso: Apolo. Es un chico de apenas diecisiete años que fue expulsado de la secundaria porque su trastorno cleptomano lo llevaba a robar desde lápices hasta teléfonos celulares a sus compañeros y docentes. Es un paciente regular, se dice que oír música frecuentemente lo ayuda a dejar de lado el deseo de hurtar las pertenencias de los enfermeros.

Segundo piso: Hera. Es una mujer increíblemente atractiva, de físico perfecto y blanquecina cabellera envidiable, se dice que es pedófila por haber mantenido relaciones sexuales con sus primos menores de edad, pero la verdad es que está obsesionada con cometer incesto, se llevó a la cama a la mitad de su familia, incluyendo a su mismísimo padre. Desarrolló un anómalo romance con su hermano. También se le conoce como la ninfómana empedernida del mal llamado manicomio.

Tercer piso: Ares. El adolescente de diecinueve años ha pasado toda su vida entrenando en los más prestigiosos gimnasios, pero su oscuro secreto ya revelado en su expediente es que sufre un trastorno de personalidad disociativa, su lado negativo contiene un severo cuadro de esquizofrenia y padece síndrome de Párkinson. Es tan fuerte que los temblores de sus dedos pueden hacer estremecer lo inamovible.

Cuarto piso: Poseidón. Su talasofobia lo ha llevado a ahogar a múltiples individuos en un lago, alimenta su ocio del sufrimiento de las personas al luchar contra el oxígeno siendo sustituido por el agua, pero sus acciones son como un arma de doble filo, pues le llena de un horrible pavor el solo imaginarse estando en el papel de sus víctimas algún día.

Quinto piso: Medusa. La refulgente iridiscencia de sus ojos destella cierta atracción para todo el que la mira directamente, mantener contacto visual con ella es como experimentar el más intenso éxtasis. Medusa se encuentra internada y con los ojos vendados por su propia seguridad, pues el enigmático y excitante hechizo que emanan sus orbes la ha llevado a sufrir múltiples abusos sexuales.

Sexto piso: Némesis. Aunque la chica morena de cabello crespo disfrute de torturar a personas infames, es ilegal tomar justicia por mano propia, entonces se encuentra recluida en el psiquiátrico voluntariamente para no ir a prisión. Siente la latente necesidad de proteger a Medusa.

OLYMPUS: EL DESPERTARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora