𝐓𝐑𝐘 [ᴛᴏᴅᴏʙᴀᴋᴜ] (Terminada)

Capítulo XXVI: Preparativos

— ¿Cómo?— pregunto el joven deteniéndose para voltear a ver al rubio.

— Que me des las llaves del auto.

— Pero... Nunca te intereso conducir— comento frunciendo el ceño.

— Dame las llaves— volvió a insistir apretando sus hombros ligeramente, Sero juraría que se estaba conteniendo.

— De acuerdo— el pelinegro se llevó sus manos a los bolsillos y saco las llaves— toma, espero no estes haciendo cosas malas— dijo para ver como el rubio le miraba mal y salía de ahí.

Sero degustaba de su café cuando noto a Jirou bajando con una caja metálica, sabía por experiencia que esa cajita tenía boletos para todas las cosas.

— ¿Qué paso?— pregunto ella una vez llegó a su lado. Sero a estás horas del día normalmente salía a dar una vueltas en el vehículo grupal que tenían entre ellos.

Un vehículo grupal, porque Katsuki si bien era el dueño les había dicho que podían usarlo. 

— Le di el auto a Bakugou.

— ¿De verdad?

— Sí ¿Sabes algo?— pregunto mirándola

— Creo que tiene que ver con las entradas que le di.

— ¿Entradas?

— Sí, las de la apertura y la del pase gratis para los fuegos artificiales.

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— Bienvenido joven ¿en qué le puedo ayudar?— pregunto una castaña acercándose a Bakugou.

— Esto— dijo mientras le entregaba la entrada.

Solo pocas personas ganaron esa entrada para conocer a gente famosa de todo el mundo y el hecho que la tuviera era importante.

— Disculpe joven ¿Cuál es su nombre?— pregunto la dama debido a que los invitados ya estaban archivados por lo que debía agregar sus nombres.

— Bakugou Katsuki.

Y ella no necesitaba poner su nombre en los papeles porque con su sola presencia podía estar ahí las veces que requiera y desee. Ese era el beneficio de ser un miembro principal del comité mundial.

— De acuerdo y el de su acompañante.

— Todoroki Shoto.

— Oh, bueno me alegra informarle que los pases son solo formalidad, ya que ustedes dos constan con pases exclusivos por ser miembros del comité mundial— explico la chica alegremente, ahora que los imaginaba juntos le parecía una pareja peculiar y única. 

— ¿Dónde es?— pregunto Katsuki ignorando la sonrisa de la mujer, seguro una fujoshi como la cara redonda que conocía.

— La apertura es en tres semanas, en el rascacielos que será habilitado ese día en dónde estaremos en la azotea— explico la mujer reprimiendo una sonrisa.

— Bien, quiero hacer un acuerdo— menciono poniendo sus manos en sus bolsillos.

— Claro.

Y tras caminar por todo el tercer piso de dicho edificio se adentraron a la oficina de la mayor.

Los acuerdos eran temas personales que no se debían divulgar a terceros.

— ¿Y bien?— pregunto la mujer tomando asiento en el sillón negro.

— Quiero reservar el último piso antes de la azotea— dijo Katsuki con una paciencia que no sabía de dónde había sacado.

— De acuerdo, entonces debemos firmar un contrato para que se cumpla la renta. ¿Durante cuanto tiempo?

— El fin de semana después de la fiesta.

— Okey. ¿Algo más?

— La playa.

— Si quiere una suit cerca delo por hecho.

— Quiero la mejor.

— La tendrá— aseguro la mujer para terminar en su cuaderno, debía llevar eso al CEO y que este comuniqué el acuerdo y lo acepte.

— ¿Los preparativos?— pregunto el cenizo arqueando la ceja.

— El servicio especial ya es un regalo de parte de la casa.

— Bien, eso es todo.

— De acuerdo, entonces permitame unos segundos.

La mujer salió de la oficina dejando a Katsuki mirando la misma, el sitio era ostentodo, demasiado a decir verdad.

Bakugou con el paso de los minutos se estaba arrepintiendo de gastar semejante cantidad de dinero solo por simples cosas.

Pero sabía que nada era gratis y la sonrisa del bicolor era como encontrar gemas en el mar.

Así que ignorando esos pensamientos se puso de pie y camino de lado a lado sin detenerse. Lo que estaba haciendo eran los primeros pasos de su forma de decir perdón y aceptarlo a él.

Solo esperaba que no sea tarde.

No quería perderlo. Todavía no.

...

EDITADO

Nota curiosa: Katsuki ha madurado por ende puedo decir que no tiene la necesidad de siempre decir malas palabras para tener una conversación algo decente.