𝐓𝐑𝐘 [ᴛᴏᴅᴏʙᴀᴋᴜ] (Terminada)

Extra 1 - Past 1 "Herido"

---Este capítulo tal cual lo menciona es un extra, pero contiene temas sensibles, si deciden pasarlo está bien. No afecta tanto la lectura---

— ¡Por favor no, no diga eso!— grito la chica golpeando el pecho del doctor.

— ¡Basta!— dijo Hakamada, mejor conocido como Best Jeanist en la actualidad, sosteniendo a la castaña entre sus brazos y el mayor se retirará viendo con lástima a los adolescentes.

— ¡Suéltame!— volvió a gritar ella separandosé del rubio y arrodillandose en el suelo.

Todo perdía sentido en su vida, si uno de sus amigos ya no estaba.

➜ Koyama Ai, estudiante de preparatoria cursando el primer año, tiene 17 años, su piel es pálida sus ojos son azules y sus cabellos son azules oscuros. Quiere ser una gran diseñadora de modas, pero últimamente está decaída por los sucesos extraños de su vida┏┛

Su amigo ya no estaba en este mundo.

Ellos no pudieron salvarlo.

Todos estaban con la cabeza inclinada conteniendo sus lágrimas mientras los padres del albino estaban aún en la habitación de la clínica.

No saben ni como ni cuando pero lo único que vieron fue como las manos de la mujer comenzaban a arrugar sus ropas y ella comenzaba con sus gritos.

Su madre estaba destrozada. Y ella los culpaba a ellos por la muerte de su primogénito.

Todo estaba bien en casa, no había indicios de querer hacer eso, pero ¿Entonces porqué, porqué el albino decidió terminar con todo?

Su madre no era conocedora de esas temas, su padre menos, o eso se creía. Su padre era el terror del chico de apenas 17 años, el le había enseñado todo basto conocimiento, pero que se entere que su hijo estaba perdiendo todo ello por andar detrás de alguien no se lo perdonaría. Y mucho menos si se trataba de un hombre.

Ellos se dejaron hacer, dejaron que la mujer se descargue con ellos, no se opusieron. Todos ellos cargaban la culpa.

No directamente, pero igual lo hacían.

Después de que el hombre interviniera y separé a su mujer de los jóvenes. Los miro con cierto repudio. El mayor sabía que eran mala compañía y por eso ahora su hijo ya no estaba. Y hasta enredado entre las sabanas de un muchacho como ellos.

Los odiaba, sí, pero no quería tener problemas con los padres de esos jóvenes, aunque no quiera aceptarlo todos ellos eran importantes.

Así que tragándose sus palabras salió con su esposa destrozada y no volteo. Dejaría las cenizas de su hijo a cargo de sus empleados y luego se iría de allí.

Ya no tenía motivos para seguir allí.

Y ellos tampoco, no se puede traer a la vida a un muerto.

Así que sin siquiera mirarse salieron de los pasillos blancos, caminaron juntos durante un largo tiempo, pero nadie hablaba.

Los recuerdos les chocaban, les llegaban como baldes de agua fría, pero aún así seguían caminando. Sabiendo que si hubieran intervenido ahora su amigo estaría con ellos, sabiendo que si hubieran sostenido sus piezas rotas el estaría ahí, riéndose de ellos.

Pero como los hubieran no existen...

Y llegaron al límite, al mismo lugar donde su amigo les dijo que ya no quería verlos. Que ellos estaban contaminados.