Desenfreno || Chaelisa G!P

*13*

Rosé Pov

"Me gustas mucho Rosie"

Aún me hallaba averiguando que era lo que había ocurrido, y cómo lo había permitido.

Los hechos eran que me encontraba compartiendo una cama con Lisa, y no solo eso, me había hecho sentir algo inigualable; llegar al orgasmo sin siquiera desnudarme, solo presionando mi intimidad, nunca había sentido algo como esto antes y menos me hubiera imaginado hacerlo en tales condiciones.

Lisa había respetado el hecho de seguir manteniéndome virgen, aunque una voz en mi mente deseo que ella la tomara a la primera.

Ahora descansaba con ella pegada a mi espalda, pero, cómo podría siquiera pensar en dormir después de lo ocurrido.

¿Cómo Lisa lograba siquiera descansar?

Tendría que haber estado exhausta, "ese es el efecto que tiene recorrer todo un bosque solo para encontrarte" me decía mi subconsciente.

Le agradecía, realmente lo hacía, no me puedo ni imaginar lo que hubiera pasado si no me encontraba.

(...)

Para cuándo amaneció me di la vuelta en el colchón viendo su rostro de cerca, sus pestañas tan largas, esos labios abultados tan apetecibles, y su nariz respingada eran en todo en lo que podía pensar.

¿Cómo seguiríamos después de este momento?

¿Siquiera había la posibilidad de tener una relación?

No era correcto.

¿Pero porque se sentía tan bien?

—Buenos días— Saludó Lisa con voz ronca, y apenas abriendo los ojos.

—Hola—susurré cerca de su rostro.

—¿Todo bien? ¿fiebre? ¿Congestión o Dolor de garganta?

Preguntó tomando mis mejillas para sentir mi calor corporal.

Para mí suerte, me encontraba más que bien, cálida y cómoda gracias a su abrazo.

—Me siento de maravilla, pero quisiera descansar un poco más, solo por las dudas.

—Creo que deberíamos ponernos en marcha Rose, me gustaría retozar sobre la cama todo lo que queda de la mañana contigo, pero tú tienes clases y yo tengo que sacar a este internado adelante.

—5 minutos más— puse mi mejor puchero a lo que ella respondió con un gruñido y arrastrando mi labio inferior entre sus dientes.

—No puedo negarme si abultas el labio así y tus mejillas se inflan de manera tan tierna.

Sonrojada desvíe la mirada a lo que escondían esos pantalones de cuadros.

—Yo no quise...— comencé, pero ella negó con una sonrisa ladina.

—Pero lo hiciste, y no es algo que puedas ignorar.

—Sin embargo, dijiste y cito: " Deberíamos ponernos en marcha, tú tienes clases y yo tengo que sacar un internado adelante".

Y era cierto, así que, sin perder mucho más tiempo, me levanté extrañando mi lugar a su lado y salí a la pequeña sala a buscar mi ropa.

Rato después, las dos caminábamos robándonos de vez en cuando alguna que otra mirada, era inevitable, esta tensión que creábamos solo con vernos era casi tangible y me asustaba mucho.

Ya en la entrada y con casi a una hora para comenzar la jornada escolar, nos despedimos y dividimos nuestros caminos, no sin antes hacer un pacto silencioso y una promesa no escrita.