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Rosé Pov

Cuando Jinyoung estacionó el auto en la entrada supe que era hora de marcharme.

-¡Abuela!- llamé para despedirme apropiadamente.

-Ya voy querida- respondió atravesando el pasillo.

Ella no tardó mucho en estrechar su cuerpo con el mio, le devolví con la misma fuerza el abrazo, aspirando su perfume una última vez antes de partir.

-Cuídate mucho pequeña, la casa se sentirá vacía sin ti- decía mientras trataba de contener la emoción.

-Abue, solo estaremos a una hora de distancia la una de la otra, cuando quieras puedes llamar a Jinyoung y pedirle que te llevé al internado.- rompí el abrazó y la miré fijamente.- te extrañaré mucho.- me estaba haciendo la dura como para no romperme, me sentía como si estuviera yendo por primera vez a una escuela, ese sentimiento de abandono se estaba instalando en mí.

Ella asintió y respondió de igual manera mencionó que me extrañaría y que me cuidase mucho, me acompañó hasta la entrada donde nos dimos el adiós definitivo.

Desde la ventana del auto vi cómo se despedía con la mano, mi vista empezó a nublarse, era difícil ir a un lugar nuevo con personas totalmente desconocidas para mí, pero ante mi Abue, demostraría que ya no era una niña miedosa, quería demostrar ser valiente, y con el tiempo tal vez creer que lo era.

De camino hasta mi destino, decidí escuchar música liberando así cierta ansiedad que se había acumulado en mí.

¿Serían personas agradables?

Me preguntaba cientos de veces, me sentía totalmente sola sin la compañía de Jisoo, y sin ella estaba expuesta a cualquier situación, toda la vida ella fue conmigo a donde yo iba, peleando todas mis peleas, siempre fue como una hermana mayor y ahora que no estaría conmigo me sentía tan vulnerable.

De mi cartera saque mi pequeña agenda color rosa que me acompañaba a todas partes, la abrí y vi aquella foto vieja de mis padres abrazándome en mi séptimo cumpleaños.

Pasé mis dedos por sus rostros, los extrañaba tanto, nunca había pensado en la posibilidad de estar algún día sin ellos, hasta aquel día.

Flashback on

-Linda- escuchaba la suave voz de mi madre tratando de despertarme- tienes que ir a clases- seguía, esta vez tomando una de mis mejillas entre sus cálidas manos.

-¿Por qué tengo que ir a la escuela?- cuestioné aún somnolienta y con un puchero.

-Porque si querida, ahora levanta perezosa- dijo quitándome la cobija.

Salí contra mi voluntad de la cama, maldiciendo el momento en el que la noche acabó y el día empezó.

Frente al espejo terminaba de arreglarme la falda, cuando estuve lista salí de mi habitación hasta el comedor donde se encontraba mi padre leyendo el periódico como era de costumbre y sorbiendo de su café.

-Buenos días querida- saludó mi padre cuando notó mi presencia.

-Buenos días pa- devolví dejando un suave beso en su mejilla.

-¿Lista para la escuela?- preguntó

-Pues sí, supongo- dije sin muchos ánimos.

-Recuerda hoy pasaremos por ti para tu primer clase de natación- decía mi madre entrando con un plato de pancakes.

-Si bueno- dije jugando con mi tenedor- es algo que no me entusiasma mucho-

-Tienes que intentarlo, al menos por nosotros-

Desenfreno || Chaelisa G!PWhere stories live. Discover now